martes, 23 de septiembre de 2014

1391 - OBAMA ATACA CON APOYO POPULAR



EN NOMBRE DE QUIÉN Y DE QUÉ

Hay tres cosas en la vida que nunca se debe hacer de manera ambivalente: casarse, adquirir una vivienda e ir a la guerra. Por desgracia, estamos a punto de realizar la N° 3. ¿Deberíamos hacerlo?

Por THOMAS L. FRIEDMAN


El presidente Obama tomó claramente esta decisión y pretende liderar la coalición para degradar y destruir al Estado Islámico (EI) en Irak y Siria con profunda ambivalencia.

Sin embargo, nuestra capacidad de resistencia es ambigua, nuestro enemigo es salvaje y sanguinario, nuestros aliados regionales son hipócritas, nuestros aliados europeos son irresponsables y los iraquíes y sirios que están tratando de ayudar son indisciplinados. No hay un francotirador decente en esta tambaleante alianza.

Aparte de eso, se trata de algo parecido a la coalición de los aliados contra los nazis en el Día D en Normandía.

Consideremos la posición de Arabia Saudita. Va a ayudar a entrenar a soldados del Ejército Libre de Siria, pero, al mismo tiempo, es una de las mayores fuentes de voluntarios yihadistas contra Damasco.

Además, de acuerdo con un estudio secreto de Estados Unidos realizado en 2009, firmado por la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, y divulgado por WikiLeaks, los «donantes privados en Arabia Saudita constituyen la fuente más importante de financiación de los grupos terroristas sunitas en todo el mundo»

Turquía permitió que yihadistas extranjeros entren y salgan de Siria y es un importante mercado para el petróleo que el EI está contrabandeando de Irak a cambio de dólares en efectivo.

Irán aportó los penetradores de formación explosiva que las milicias chiítas iraquíes utilizaron para echar a Estados Unidos fuera de Irak y anima a los líderes chiítas de ese país a despojar a los sunitas de tanto poder y dinero como sea posible, lo que alentó la creación del EI.

El presidente de Siria, Bashar al-Assad, permitió deliberadamente que el EI emerja para poder mostrar al mundo que él no es el único asesino de masas en su país.

Qatar está con nosotros lunes, miércoles y viernes y en contra nuestro martes y jueves. Afortunadamente, los fines de semana descansa.

Mientras tanto, Obama sabe que los miembros de su propio partido y del republicano que le instan a bombardear al EI serán los primeros en abandonar la nave si nos estancamos, fallamos o destruimos accidentalmente un jardín de infantes con decenas de niños muertos.

¿Entonces, por qué el presidente decidió seguir adelante? Se trata de una combinación de intereses geoestratégicos legítimos -si los yihadistas del EI consolidan su poder en el corazón de Irak y Siria, podrían amenazar Kurdistán, Jordania y Líbano y generar suficiente capacidad para dañar a Occidente en forma más directa- y las encuestas. Obama entendió claramente el repentino cambio en la opinión pública después de las ejecuciones de dos periodistas norteamericanos grabadas en sangrientos vídeos por el EI.

Ahora bien; dado este elenco de personajes, ¿hay alguna manera que el plan de Obama pueda terminar bien? Sí; pero sólo si somos muy disciplinados y tenaces acerca de cómo, cuándo y para quién usamos nuestro poder.

Antes de intensificar la campaña de bombardeos sobre el EI, tiene que quedar absolutamente claro en nombre de qué estamos luchando. El EI no surgió por casualidad y de la nada. Se trata del odio de miles de jóvenes de dos guerras civiles en las que los musulmanes sunitas fueron aplastados. Una de ellas es la de Siria, en la que el régimen alawita-chiíta respaldado por Irán mató a aproximadamente 200.000 personas, muchos de ellos musulmanes sunitas, con armas químicas, bombas y cañones. La otra es la iraquí, en la que el Gobierno chiíta del primer ministro Nuri Kamal al-Maliki, respaldado por Irán, despojó sistemáticamente a los sunitas de su poder y de sus recursos.

No habrá estabilidad posible en la región a menos que esas guerras civiles terminen y se establezcan normas decentes para gobernar a la ciudadanía. Y sólo los árabes y los musulmanes pueden hacer que sus guerras sectarias y sus feudos tribales se acaben.

Queremos convencernos a nosotros mismos de que el problema es sólo el «entrenamiento», cuando verdaderamente se trata del régimen que gobierna. Otorgamos miles de millones de dólares a soldados iraquíes que huyeron de las masacres del EI no porque no tenían la formación adecuada, sino porque sabían que sus comandantes eran corruptos que no merecían el mérito y que el Gobierno de Al Maliki era indigno de luchar en su nombre. Nosotros los subestimamos cómo árabes muertos de hambre en todos esos despertares.

Nunca se olviden; se trata de una guerra de dos frentes: el EI es el enemigo externo; el sectarismo y la corrupción en Irak y Siria son los enemigos internos. Podemos y debemos ayudar a derrotar al primero, pero sólo si iraquíes y sirios, sunitas y chiítas, se encargan seriamente de reducir al segundo. Si nuestros bombardeos se intensifican en Irak y Siria, y ello adelanta su reconciliación, nos convertiremos en historia y destino a la vez. Y eso es exactamente lo que el EI está esperando.

El EI será derrotado si nuestros socios árabes-musulmanes moderados pueden unirse y hacer de esto una guerra civil dentro del islam; una guerra civil en la que Estados Unidos sea la fuerza aérea de sunitas y chiítas decentes frente a los de la barbarie.

El EI triunfará si puede hacer que esta guerra sea de Estados Unidos contra el islam sunita; una guerra de la fuerza aérea norteamericana-chiíta-alawita contra los sunitas en Irak y Siria. El EI utilizará cada rincón de su red en Twitter o Facebook para tratar de representarla así y atraer más reclutas de todo el mundo.

Seguimos haciendo de esta historia algo nuestro, de Obama. Pero no se trata de nosotros. Es por ellos y por lo que ellos quieren ser. Se trata de un Oriente Medio plural que carece de pluralismo y que tiene que aprender a convivir.

Es el siglo 21. Es cuestión de tiempo.

Fuente: The New York Times

Traducción: www.israelenlinea.com


FUENTE: RADIO JAI-FRIEDMAN-EN NOMBRE-16/09/14

REFLEXIÓN:

Toda la presidencia de Obama fue orientada a evitar involucrar a las fuerzas estadounidenses en cualquier guerra y terminar las que ya estaban en curso.

Así se retiró de Irak dejándolo en manos de un chiíta que pronto se desembarazó de su vicepresidente sunita y comenzó la lucha interna entre ambas sectas. Los atentados se producían todos los días, eso era pasto seco para que apareciera el Estado Islámico, ningún sunita iba a defender al presidente en ejercicio (chiíta) y las fuerzas se entregaron sin luchar. De allí pasar a Siria, era un paseo.

Obama ejerció la presidencia apostando al caballo ganador, en Egipto lo hizo con Mubarak cuando fue derrocado y le soltó la mano; apoyó a Morsi -un dirigente de los Hermanos Musulmanes- que ganó las elecciones, y luego aceptó -a regañadientes- a Sisi, un general musulmán pero con un gobierno laico.

En Siria, a pesar de la espantosa guerra civil donde Assad cometió toda clase de tropelías, violando los derechos humanos de los civiles, lo dejó hacer, a pesar que estaba siendo apoyado y financiado por Irán. Pero no se involucró, todo el tiempo sólo dijo "todas las opciones están sobre la mesa", pero nunca hizo nada. Creo que todos rogábamos para que el mundo entero se involucrara y detuviera a ese asesino de traje y corbata que ejecutaba a niños inocentes para amedrentar a la gente. No era mejor que el Estado Islámico, pero nadie actuó. Obama sólo esperó a ver quien ganaba para apoyarlo. Así es Obama, no hay que andar con vueltas.

Ahora se ha instalado en los medios la idea que "Bashar al-Assad, permitió deliberadamente que el EI emerja para poder mostrar al mundo que él no es el único asesino de masas en su país." Cualquiera de sus enemigos lo quiere fuera de Siria, con o sin apoyo de Assad, son sunitas y son muchos y Assad es chiíta y son pocos. Sus enemigos se diferencian por la metodología, algunos son más bestias que los otros. Todos detestan al infiel y aborrecen mucho más a los judíos, no hay que hacerse ilusiones.

Con Irán ni hablar, lo mismo: "todas las opciones están sobre la mesa" e Irán se ha burlado de él hasta cansarse, lo ha ofendido de todas las formas posibles, hasta el día de hoy, pero Obama no se involucró. E Irán sigue adelante.

Ni hablar de lo que permitió que pasara en Bengasi ¿para no malquistarse con el pueblo libio no mandó a rescatar a un embajador y sus colaboradores? Por favor...

Con Turquía también apoyó al caballo ganador, a pesar de que Erdogán es un musulmán devoto y pretende olvidar el legado de Kemal Ataturk y transformar a su país en un estado donde la religión tenga un peso que antes no tenía, y por eso progresó más que cualquier país de Medio Oriente. Pero es fuerte políticamente, está en la OTAN y, además, se dice que es muy afín con Obama. No le va a reclamar su apoyo a Hamas y tampoco le reclamará si -quizás- está apoyando al Estado Islámico.

No debe sorprender que Arabia Saudita apoye a ambos bandos: los supuestos "moderados" y el Estado Islámico, ambos son sunitas, ahí aparece otra vez el problema de las sectas. Ese es un conflicto que existe desde hace demasiado tiempo como para que se espere una solución ahora, por arte de magia. Obama no tiene nada que ver, Estados Unidos sólo puede pretender que haya estabilidad para que sus negocios estén protegidos. Y la estabilidad no será producto del entendimiento entre las sectas, sino del mayor poder de una sobre otra, una dominará y la otra tendrá que aceptar ser dominada, esa es la única paz que conocen. Así es en todo el mundo árabe.

Entonces cuando Friedman habla de "nosotros" y "ellos": "Seguimos haciendo de esta historia algo nuestro, de Obama. Pero no se trata de nosotros. Es por ellos y por lo que ellos quieren ser" no sé a qué se refiere.

Es razonable que un editorialista del New York Times no diga abiertamente lo que es imposible evitar de ver: Obama no quería meterse en ninguna guerra, el pueblo americano tampoco, basta de recibir bolsas negras con los cuerpos de sus muchachos, no querían ser los gendarmes del mundo ni mandar a morir a sus soldados para proteger los intereses de los capitales americanos en Medio Oriente que al americano de a pie nunca le toca ni una porción. El que tiene que ver a sus hijos metidos en guerras con países primitivos que cortan cabezas como el que corta una calabaza.

A lo sumo se metió bastante en el conflicto entre palestinos e israelíes, pero presionó no a los -al fin- declarados terroristas de Hamas sino a los israelíes que se cansaron de recibir misiles todo el tiempo. Con los israelíes no iba a ir a ninguna guerra, ¿verdad? Mandó a entrenar a las fuerzas policiales de la Autoridad Palestina -una ayudita para Israel- que si Israel no reacciona habrían ido a parar a Hamas algún día.

El objetivo de Obama cuando asumió hasta ahora se había cumplido: "We can change", es decir, podemos cambiar y ocuparnos de nuestros asuntos en lugar de estar metidos en cuanto conflicto haya por allí.

Pero no pudo ser. La decapitación de americanos -y digo "decapitación" y no alguna muerte de americanos por atentados, que hubo muchos- prendió la mecha para los estadounidenses y, como el Rey de "El Principito" de Saint Exupery, Obama supo qué era lo que su gente quería, que atacara al Estado Islámico. Y lo hace, no sin enfatizar que de ninguna manera pondrá soldados en el terreno. Eso no lo quieren. De paso, seguirá sosteniendo a las casas reales sunitas con las que los americanos tienen buenos negocios y el mundo seguirá como hasta ahora.

Pretender que sunitas coexistan en armonía es sólo un deseo, hace cientos de años que están guerra y sólo tienen paz cuando una secta domina a la otra, no cuando hay paridad de fuerzas, si la hay se van a enfrentar. Así son "ellos" y ese "nosotros" de Friedman no tiene nada que hacer al respecto.

La información que llega es que Qatar está en la Coalición contra el Estado Islámico -al que se dice que financió- y Turquía todavía tiene que tomar una determinación. Y la tiene que tomar, no tiene más remedio.

Suponer que puede ser de otra manera es muy ingenuo. Y por eso es imposible que haya paz entre israelíes y árabes palestinos porque nunca van a aceptar que otro que no sea musulmán esté por arriba de ellos, mucho menos si es un judío. Impensable.

En cuanto a la corrupción: ¿Dónde no hay corrupción? Los árabes no van a ser una excepción, son tan comprables como cualquier pueblo del mundo, y siempre va a haber alguno que está dispuesto a pagar para hacer que su negocio sea más redituable.

Entonces dejemos de imaginar lo que no existe. Obama ataca porque puede hacerlo, es lo que su  gente quiere, no hay compasión ni democracia que se lo imponga como un deber. Si las hubiera habido, habría tenido mucho trabajo en una región donde ellas son un "material faltante".

ANA



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