DURBAN II - LA INFAMIA CONTINÚA
Por JULIÁN SCHVINDLERMAN
En abril del 2009, en Ginebra, veremos la secuela de la primera conferencia de las Naciones Unidas contra el racismo, la xenofobia y la discriminación racial, acaecida en Durban en el año 2001. En el cine, las segundas partes suelen ser malas. En el ámbito surrealista y perverso de la ONU, esta nueva reunión de alto nivel diplomático promete ser un desastre mayor.
En Durban I, árabes y musulmanes judeófobos unieron fuerzas para borrar a Israel del mapa del discurso moral contemporáneo. Ese “festival del odio” -como lo llamó Shimon Peres entonces- tuvo un fervor anti-judío y anti-israelí tan extremo que Estados Unidos optó por salirse del encuentro. La “Conferencia de Revisión de Durban”, como se denomina a ésta Durban II, es patrocinada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU con un presupuesto de más de cinco millones de dólares. El comité de veinte países-miembro encargado de los preparativos es presidido por la distinguida Libia. Entre sus vicepresidentes se encuentran emisarios de países tan magníficos como Irán, Pakistán, Rusia, Camerún, y Cuba; país que cuenta con dos enviados, uno a la vicepresidencia y otro al cuerpo de relatores. Será en reconocimiento a su prestigio en el campo de los derechos humanos, uno supone.
Tal como Durban I, la nueva ceremonia de la ONU ya ha hecho de Israel su obsesión central. Continuando con su política de reavivar “sionismo = racismo”, el borrador de la declaración afirma que la política israelí hacia los palestinos es -mejor siéntese- “una nueva forma de apartheid, un crimen contra la humanidad, una forma de genocidio y una amenaza seria a la paz y a la seguridad internacional”. El comité mantuvo una de sus reuniones más importantes el día de Iom Kippur para garantizar la no-participación de judíos e israelíes. Esta práctica es habitual en los varios foros de la ONU y muy especialmente en la CDH, la que, incidentalmente, entre 2001-2006 condenó al estado judío veintisiete veces. Un informe sobre antisemitismo del Departamento de Estado publicado el pasado mes de marzo, señala que ello fue más del doble de la cantidad de críticas realizadas por la CDH durante ese mismo período a Sudán, Burma y Corea del Norte combinadas.
Seguramente envalentonados por la experiencia gloriosa del 2001, los organizadores de Durbán II han ampliado el abanico de objetivos para este encuentro. Israel seguirá siendo blanco de sus ataques, pero ya no será el único foco de esta malicia desvariada. No menos inquietante resulta observar la dirección que Durbán II está tomando en relación a lo que el bloque islámico adora en llamar la “Islamofobia”; el supuesto sentimiento odioso contra el Islam y los musulmanes que albergan los occidentales. El borrador de la declaración sostiene que “Las más serias manifestaciones de difamación de las religiones son el aumento en Islamofobia y el empeoramiento de la situación de las minorías musulmanas alrededor del mundo”. El texto pide por la creación de “estándares normativos internacionalmente obligatorios…que puedan proveer garantías adecuadas contra la difamación de las religiones” (léase la religión islámica). “Si esto luce como censura”, opinó el Wall Street Journal, “es porque lo es”.
Detrás de esta presunta protección de las religiones, en rigor lo que busca la Organización de la Conferencia Islámica -el ente acuartelado en Arabia Saudita que reúne a los 57 países musulmanes del globo y gestador de esta iniciativa- es criminalizar toda crítica hacia el Islam y la Shaaría, tal como observó el comentarista israelí Isi Leibler. Si ellos se salen con la suya, entonces cualquier crítica hacia las prácticas bárbaras de la misma (lapidación de mujeres adúlteras, cortes de manos y/o pies para los ladrones, decapitación de blasfemos, apostatas y homosexuales) será punible. Como lo será cualquier crítica hacia las enseñanzas violentas de esa fe, desde la obliteración genital femenina hasta la justificación coránica del terrorismo suicida. Publicar una caricatura o producir una película percibidas como ofensivas por los musulmanes, quedará censurado. La lucha contra el terrorismo no ha escapado de la mira de la OCI. El borrador de la declaración exige que no se “discrimine” contra religión alguna, una evidente protesta acerca de las medidas defensivas contra potenciales terroristas suicidas, que en la absoluta (sino exclusiva) mayoría de los casos han surgido del mundo musulmán; ni que se “monitoreen y supervisen lugares de rezo, cultura y enseñanza del Islam”, precisamente los lugares usuales en que los terroristas prospectivos son reclutados.
Tanto la CDH como la Asamblea General de la ONU ya han adoptado formalmente resoluciones que piden por una condena penal a quienquiera que critique al Islam o a sus prácticas. El efecto acumulado de estas votaciones resultará en la creación de un falso consenso que verá a la inexistente “Islamofobia” como la peor forma de prejuicio contemporáneo. El término fue empleado por primera vez en mayo de 2005 por el Consejo de Europa bajo la presión del premier turco Recep Tayyip Erdogan, cuando condenó “todas las formas de intolerancia…incluyendo el anti-semitismo y la Islamofobia”. Al poco tiempo, el Consejo Musulmán de Gran Bretaña aseveró que “El hecho es que la Islamofobia ha reemplazado al anti-semitismo”. El analista político alemán Matthias Küntzel expuso el absurdo: “Nadie quiere borrar a un país musulmán del mapa de la manera en que algunos amenazan hacer con el estado judío. Los centros y casas de rezos islámicos no necesitan protección policial permanente en Europa, a diferencia de los sitios judíos. Ninguna estación satelital llama al exterminio de musulmanes, mientras que la televisión de Hizbullah y Hamás, por ejemplo, emiten vía satélites árabes a los livingrooms europeos, [y] regularmente instan a la destrucción de los judíos; incluso en programas infantiles”.
Canadá anunció en enero que no participará de este encuentro/patraña. Israel indicó otro tanto el mes pasado (inexplicablemente, diez meses después que Canadá). Holanda advierte sobre negarse a participar de ese "festival del odio" a menos que se modifique sustancialmente la tendencia antisemita de la conferencia. El Estados Unidos de Obama debiera decidir lo mismo, tal como toda nación que valore auténticamente la libertad. En cuanto a la ONU, si este es el modo en que combate al racismo, mejor ni imaginar como estarían las cosas si decidiera apoyarlo...
FUENTE: LIBERTAD DIGITAL - 15/12/08
http://exteriores.libertaddigital.com/durban-ii-la-infamia-continua-1276235937.html
COMENTARIO:
Cuando leemos qué países son los que presidirán esta próxima reunión sobre Derechos Humanos parece un chiste... pero no lo es. Ya nos estamos acostumbrando a los disparates de la ONU, un organismo que ha perdido el rumbo. Creo que es uno de los temas en la agenda del próximo presidente de los estados Unidos, si así fuera, entusiasma. De su plataforma política, cito:
“... Con ese fin, las Naciones Unidas requieren una reforma de gran alcance. Las prácticas de gestión del secretariado de la ONU siguen siendo débiles. Las operaciones de paz se ven desbordadas. El nuevo Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha aprobado ocho resoluciones que condenan a Israel, pero ninguna que condene el genocidio en Darfur o los abusos contra los derechos humanos en Zimbabue. Sin embargo, no se resolverá ninguno de estos problemas a menos que EE.UU. vuelva a dedicarse a la organización y a su misión..."
http://www.diarioeleste.com/articulos/cuchillodepalo170.shtml
En este artículo Schvindlerman se luce con su capacidad de síntesis, pocas palabras para describir la indiscutible parcialidad de la ONU sobre Derechos Humanos. Durban II es un despropósito admitido por países que de verdad los respetan, pero que permiten que su organización esté en manos de quienes más los vulneran, una vergüenza que se repite desde hace demasiado tiempo.
Es de esperar que este tema sea parte del cambio que Obama prometió...
MÁS INFORMACIÓN: POSTS Nos. 200, 213 Y 223.
Vuelta a lo de siempre, la ONU por sí misma está bien, lo que no es de ninguna forma tolerable es que diez amigos mafiosos o 57, tanto da, se compinchen para, desde la presión y el miedo, imponer el fascismo en una organización que nació democrática y para países democráticos.Saludos
ResponderEliminarIojanan:
ResponderEliminarSi la ONU permite la presión de esos diez o 57 mafiosos, no está nada bien. Su misión es otra y debe cambiar o ser superada por otro tipo de organización más justa, yo no siento simpatía ni justifico a los burócratas que se han enquistado en ella viviendo a costillas de todos cuando su obligación debe contribuir a que sea, como bien decís, una organización democrática para países democráticos. Cuando no se quieren ver las iniquidades de los países que no lo son y se les permite votar cualquier barbaridad se está impidiendo el progreso de la democracia en el mundo. Hay que exigir los cambios necesarios o reemplazarla. No es la primera vez que una organización cae por el propio peso de su ineptitud y esto no debe asustarnos, sacar a esa gente uno por uno me parece que es bastante difícil. Se verá, por ahora lo que vemos que hace, espanta. Saludos.
Aparentemente la ONU es otro intento fallido como lo fue la Liga de las Naciones hasta la Segunda Guerra Mundial. Solo que esta vez es peor, porque las Naciones Unidas, no solo que no cumplen las funciones para la que fue creada, sino que además es un instrumento utilizado impunemente y de manera permanente por las peores dictaduras y regímenes totalitarios del planeta para deslegitimar y atacar a las democracias. Las naciones civilizadas y democráticas, si tienen un poco de dignidad, lo mínimo que deberían hacer es boicotear esa payasada llamada "Durban II".
ResponderEliminarHola Anónimo:
ResponderEliminarHay siempre una resistencia a terminar con algo que es importante pero que ha perdido su esencia, como es la ONU. Por supuesto que si fuera posible cambiarla debería ser intentado, pero quizá sería más efectivo que se apartaran los países que realmente persiguen los fines para los que fue creada, quedarían allí los países antidemocráticos que se han enseñoreado en ella. Y creo que algo así va a pasar, ya vemos cómo hay países que están boicoteando a Durban II. Así debería pasar con todas esas resoluciones que son un insulto a la inteligencia por su parcialidad. Parece mentira, pero hay funcionarios que ven los derechos humanos con un solo ojo y siguen engañando al hombre común, haciéndoles el juego a quienes no respetan los derechos humanos en sus propios países, donde tienen que forzar a que se los respete y no se hace nada eficiente, como Sudán y todos los que tienen vigente la Sharía, con toda su brutalidad contra hombres y particularmente contra mujeres y niñas, como si fuera algo aceptable. No es una cuestión de relativismo cultural, es barbarie en pleno siglo XXI. Gracias por tu comentario.
Anucha queridas:
ResponderEliminarTienes un premio aqui
http://prensa-hebrea.blogspot.com/2008/12/el-blog-palestina-no-existe-se-honra-en.html
Saludos