domingo, 8 de marzo de 2009

311 - LA OBSESIÓN DE LOS PRESIDENTES AMERICANOS


CÓMO OBAMA, HILLARY Y KERRY, FINALMENTE, TRAERÁN LA PAZ A MEDIO ORIENTE

Por CAROLINE B. GLICK (*)

(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

Compare y contraste los siguientes tres sucesos:

En la reunión de la Junta de Gobernadores del miércoles de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), George Schulte, embajador de los Estados Unidos en la AIEA apuntó un dedo acusador a Siria. Siria, dijo Schulte, no aparece limpia con respecto a su programa nuclear. Ese programa, por supuesto, fue expuesto en septiembre del 2007 cuando se informó que Israel había destruido el reactor nuclear sirio al Kibar construido por Corea del Norte y financiado por Irán.


En su informe a la Junta de Gobernadores, la AIEA declaró que, analizando las muestras del suelo de la instalación bombardeada, sus inspectores descubrieron restos de uranio. La agencia de vigilancia nuclear también hizo notar que los sirios han bloqueado a los inspectores nucleares de la ONU de ese sitio y de otros tres sospechosos sitios nucleares.


Reaccionando al informe de la AIEA Schulte dijo que él "contribuye a la creciente evidencia de actividades nucleares clandestinas en Siria". Agregó: "Debemos entender por qué tal material (de uranio) -material que no fue declarado previamente a la AIEA- existió en Siria y esto sólo puede suceder si Siria provee la cooperación requerida."


El jueves, en una conferencia de prensa en Jerusalem con la Ministra de Relaciones Exteriores saliente Tzipi Livni, en visita a la Secretaria de Estado Hillary Clinton, ésta anunció que la administración de Obama está mandando a dos enviados senior a Siria. Su trabajo, tal como lo expresó, es comenzar "conversaciones preliminares" para un nuevo arranque de los lazos bilaterales entre Estados Unidos y Siria.

La declaración de Clinton hizo buenos titulares, pero fue superficial en los detalles. El miércoles, horas después que Schulte acusó a Siria de disimular su programa nuclear ilícito, el senador estadounidense John Kerry servicialmente llenó los espacios acerca de la naturaleza de las proposiciones de la administración de Obama con respecto a la proliferación nuclear de Damasco. En una exposición ante el Centro Saban para la Política de Medio Oriente, de tendencia izquierdista, en el Instituto Brookings en Washington, el Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado (Kerry), quien acababa de regresar de una visita a Siria, Israel y a la Autoridad Palestina dijo que el objetivo de las proposiciones de los Estados Unidos a Siria era apaciguar al presidente sirio Bashar Assad.

Si en el pasado, ambos, los políticos americanos e israelíes interesados en comprometer a Siria, habían tenido como objetivo central del compromiso propuesto que Siria terminara su alianza con Irán, Kerry desechó ese objetivo como irreal. En sus palabras: "No debemos hacernos ilusiones que Siria termine inmediatamente sus lazos con Irán".

Verdaderamente, en lo que concierne a Kerry, el rol de Siria en estas conversaciones no es en realidad dar algo de valor a los Estados Unidos. Más bien, el rol de Siria es tomar cosas de valor de los Estados Unidos y por supuesto de Israel.

Kerry propuso que a cambio de la aceptación siria de la oferta de amistad de Estados Unidos y del deseo de Assad de negociar una rendición israelí de los Altos del Golán, los Estados Unidos considerarían "aflojar ciertas sanciones" contra Siria. Haciéndolo, reclamó que sería bueno para la economía de los Estados Unidos porque abriría nuevas oportunidades comerciales estadounidenses.

En la superficie las dispares declaraciones de Schulte, Clinton y Kerry se nos presentan como un rompecabezas. En Ginebra, Schulte notó que Siria es un estado bribón de proliferación nuclear que ha rehusado cooperar con los inspectores nucleares de la ONU. En Jerusalem y Washington, Clinton y Kerry ignoraron las acciones peligrosas de Siria y abogaron por una política de apaciguamiento.

En la misma reunión de esta semana de la Junta de Gobernadores de la AIEA, la agencia informó que Irán ha producido más de mil kilogramos de uranio de bajo enriquecimiento, suficiente para construir una bomba después de ser enriquecido. Ese enriquecimiento puede ser completado a fines de año con 5.600 centrifugadoras. Más aún, entre la construcción rusa, pronto será abierto un reactor nuclear en Bushehr y un ilícito reactor de agua pesada en Arak, Irán tendrá la capacidad de construir dentro de dos años bombas basadas en plutonio.

Al comentar el informe de la AIEA acerca de Irán, el almirante estadounidense Michael Mullen, Presidente de la Junta de Jefes de Staff reconoció que Irán tiene suficiente uranio como para una bomba. Contradiciendo aparentemente a Mullen, el Secretario de Defensa Robert Gates reclamó que no hay razón para preocuparse por todo ese uranio porque Irán no tendrá una bomba por algún tiempo, puesto que el uranio que posee no está suficientemente enriquecido como para hacerla.

Por su parte, el Presidente de los Estados Unidos Barack Obama está siendo guiado en la lucha con Irán por el anterior congresista Lee Hamilton, quien fue coautor del informe Baker-Hamilton del Grupo de Estudios de Irak publicado en diciembre de 2006. Ese informe llamó a los EE.UU. a coordinar el retiro de sus fuerzas de Irak con Irán y Siria, los principales patrocinadores de ambas insurgencias, chiítas y sunnitas, en el país. Dicho informe recomendó que los Estados Unidos comprara la buena voluntad de Siria presionando a Israel para que rindiera los Altos del Golan a Damasco, y Judea, Samaria y Jerusalem a Hamás. Recomendó que los Estados Unidos ganara la confianza de Irán aceptándolo como un poder nuclear garantizando que no derribaría al régimen.

En una entrevista del mes pasado con el columnista del Washington Post David Ignatius, Hamilton reiteró esas recomendaciones. Reclamó que el punto de partida para las discusiones de EE.UU-Irán de parte de Estados Unidos es "establecer nuestro respeto por el pueblo de Irán, renunciar a un cambio de régimen como un instrumento de la política de Estados Unidos, buscar oportunidades para un amplio diálogo a través de un rango de temas, y reconocer lo concerniente a la seguridad de Irán y su derecho a tener poder nuclear para fines civiles."

Hamilton aseguró a Ignatius que estas recomendaciones habían sido adoptadas por la Casa Blanca.

Todo lo de arriba muestra que no hay contradicción entre lo que la administración de Obama entiende acerca de Irán y Siria y la política que ha adoptado para con ellos. Específicamente, tal como las declaraciones de Schulte y Mullen han aclarado, la administración está alertada de los peligros que ambos, Irán y Siria, constituyen para la seguridad global. Y, como han aclarado Clinton, Kerry, Gates y Hamilton, la política de la administración para manejar esos peligros es cambiar de tema y esperar que el público americano no se dé cuenta o no le importe.

Para este fin, la administración está afirmando ahora que Irán y Siria -los dos agentes más activos de la inestabilidad regional- comparten el interés de los Estados Unidos por un Irak estable y democrático. Y en razón de su devoción repentina por la estabilidad, los substitutos de Obama nos dicen que los sirios e iraníes apoyarán la nueva democracia anti-siria y anti-iraní e inclusive la protegerá después que los Estados Unidos y sus fuerzas se retiren del país.

También entonces, como Kerry y Clinton lo aclararon, la administración planea ignorar el apoyo de Siria al terrorismo irakí, palestino y libanés, sus actividades de proliferación nuclear y su arsenal masivo de misiles balísticos, lo mismo que su alianza estratégica con Irán. En lugar de enfrentar a Siria por su mal comportamiento la administración favorece una política basada en hacer creer que en el fondo de su corazón Assad es un demócrata liberal que aspira a la paz, esperanza y cambio.

Pero el núcleo de la campaña de la administración para ignorar el programa nuclear de Irán -así como el de Siria- es su búsqueda inexorable del gran pago: el estado palestino.

Esta semana Irán escenificó todavía otra conferencia "Destruya a Israel" en Teherán, repleta con la marca de Mahmoud Ahmadinejad de negación del holocausto, con el castigo ritual del Líder Supremo Alí Khamenei al Estado de Israel como un "tumor canceroso", con los Estados Unidos como un enemigo traicionero, y con la amenaza de Ali Larijani de atacar a los sospechados sitios nucleares de Israel. La conferencia se regocijó con un recién encontrado sentido de legitimidad internacional que tuvo lugar justo después de la visita a la mullocracia, por los buenos deseos de la celebridad hollywoodense Annette Benning, ataviada con una burka.

El magnífico espectáculo de genocidio en Teherán no obtuvo ninguna respuesta significativa de Clinton y Kerry. Ellos tenían cosas más importantes que hacer. Mientras que la administración y sus defensores parecen creer que los Estados Unidos no tienen derecho a hacer reclamos a Irán y Siria, quienes, ellos afirman, sólo están avanzando en sus intereses nacionales, para ellos Israel es una historia completamente diferente. Como Clinton y Kerry demostraron esta semana, la administración y sus defensores no pararán en hacerle reclamos a Israel.

Kerry justificó la alianza continua de Siria con Irán diciendo que se debe esperar que Siria "jugará para ambos lados del cerco (con los Estados Unidos y con Irán) como otras naciones también lo hacen cuando creen que es en pos de sus intereses."

Pero Israel no tiene ningún derecho en tomar la acción similar que considere necesaria para asegurar sus intereses. Bajo el punto de vista de Kerry ha llegado el momento para los Estados Unidos de mostrar que es serio acerca del estado palestino y la forma de hacerlo es forzar a Israel para que bloquee toda construcción judía en Judea y Samaria.

En sus palabras: "Para el lado israelí, nada será mejor que dejar en claro nuestra seriedad acerca de dar vuelta la página demostrando -con acciones más que con palabras- que de verdad queremos que Israel congele la actividad con respecto a los asentamientos en el West Bank."

También reclamó de los Estados Unidos que obligue a Israel a abrir sus pasos con Gaza. Y lo dijo bajo su perspectiva, que es inaceptable para el gobierno entrante de Netanyahu no adoptar como su más importante objetivo el establecimiento de un estado palestino.

Clinton se unió a los esfuerzos de Kerry para obligar al Estado de Israel a que ignore sus intereses nacionales por la causa del objetivo mayor que es el estado palestino. Como él, ella atacó a Israel por no dar el control de sus límites con Gaza a Hamás. Y como Kerry, declaró repetidamente que su mayor meta es establecer un estado palestino.

La única contribución de Clinton a ese gran esfuerzo "pro-paz" de esta semana fue su franca crítica del miércoles sobre la decisión de la municipalidad de Jerusalem de imponer las ordenanzas de construcción y planeamiento iguales para judíos y árabes. Esa política se hizo clara esta semana cuando los inspectores de la ciudad destruyeron edificios ilegales en ambos barrios judíos y árabes.

En lo que concierne a Clinton, algún día se le requerirá a Israel tirar a todos los judíos de Jerusalem este, sur y norte para hacer lugar para lo que ella cree es el "inevitable" estado palestino, Israel no tiene derecho a tratar a los árabes y judíos igualitariamente en la que pronto-será-inevitablemente su dividida ciudad capital. A los árabes debería serles permitido violar la ley a su gusto. Cuando Israel insiste en imponer sus leyes sin prejuicios, Clinton lo condena por ser anti-paz.

Kerry argumenta que forzando a Israel a dar su tierra a los palestinos los Estados Unidos estarán promoviendo la estabilidad regional a través de la licitación de estados anti-iraníes como Egipto y Arabia Saudita. Pero aún cuando apretando a Israel hace felices a El Cairo y Riyadh, su felicidad no tendrá impacto sobre los programas de armamento nuclear de Irán o sobre las actividades de proliferación de Siria. O sea, que Israel ceda territorio no afectará la estabilidad regional.

Y ese es precisamente el punto. La administración de Obama no tiene intención de prevenir que Irán se convierta en un poder nuclear o que Siria siga manteniendo su alianza con los mullahs. La Casa Blanca busca finales mucho más modestos.

Por medio de sus políticas hacia Israel por un lado y hacia Irán y Siria por otro, la administración de Obama demuestra que ya ha aceptado a un Irán nuclear. Su principal preocupación hoy es evitar ser culpada cuando las nubes de hongo aparezcan en el cielo. Y es bien posible que logre que ello ocurra. Después de todo, ¿cómo puede la administración ser culpada por un Irán nuclear cuando ha dedicado todos sus esfuerzos por avanzar en la justa causa de la paz?

FUENTE: JWR-JERUSALEM POST
MARZO, 2009


(*) Caroline B. Glick is the senior Middle East Fellow at the Center for Security Policy in Washington, DC and the deputy managing editor of The Jerusalem Post.

COMENTARIO:

Se suele decir que los israelíes tienen una obsesión por la paz y es comprensible, desde su independencia han estado bajo fuego y se han visto obligados a librar varias guerras. Trabajan más para mantener a su ejército que para ninguna otra cosa, eso es lo que indica la asignación de partidas de su presupuesto. ¿Quién, más que los israelíes puede desear paz en la región?

LOS ESTADOS UNIDOS. Cada presidente que jura cuando asume parece que debe estar pensando ¡qué bueno sería pasar a la posteridad habiendo logrado la paz entre árabes palestinos e israelíes! Esa sí es una obsesión que no se entiende.

Parece que Obama no es una excepción y todavía no sabemos si tenía un plan, si lo tiene o si lo tendrá. Algo que indique que sabe de qué se trata este tema. La verdad es que me río para no llorar, porque ninguno hasta ahora ha sido exitoso aunque todos fueron brutos pero decididos y no hay nada peor que una ignorancia activa.

Según Caroline Glick la administración de Obama ya habría tomado una decisión que se podría confirmar por la actitud de:

"El ministro iraní de Exteriores, Manoucher Mottaki, expresó su sorpresa por la propuesta de su colega saudita, príncipe Saud al- Faisal, de crear un frente árabe unido para frenar las ambiciones de Irán... La Liga Árabe, y en especial Egipto y Arabia Saudita, temen que el acercamiento de Estados Unidos a Irán cambie el equilibrio en Oriente Medio y reduzca su propia influencia en la zona. El pasado martes, el secretario general de la organización, Amro Musa, pidió que ningún país inicie un diálogo con Irán sin contar con los estados árabes. EFE - FUENTE: AURORA"

Los colaboradores de Obama tienen distintas orientaciones con respecto a la problemática de la región y no sabemos cuál será la táctica final de Obama. Es de suponer que tener distintas opiniones sobre este problema, tan difícil de resolver, es algo positivo. Pero ¿no sería un poco apresurado haber tomado una decisión ya, a sólo 45 días de estar en el poder?

No es una novedad que los Estados Unidos tienen una gran democracia puertas adentro pero que no dejan de ser provincianos, alejados del mundo cuando se trata de su política exterior. Les agradecemos que nos hayan librado de estar hablando alemán y cuadrándonos elevando nuestro brazo, o por habernos librado de ser peones de un mundo que se especializó en emparejar para abajo. Ahora, ojalá sean capaces de escuchar a los que saben.

Israel quiere un estado palestino pero también quiere seguridad dentro de sus fronteras. ¿La tendría HOY si un estado palestino con una población enfurecida en contra del pueblo israelí tuviera un estado propio HOY, a quien nadie podría impedirle armarse hasta los dientes y seguir la historia que desde que empezó no se ha detenido? Es decir, sin eufemismos, acabar con Israel. Para que haya un estado palestino primero hay que pacificar a una población que lleva muchos años siendo adoctrinada en contra del pueblo israelí, hacerlo antes sería una invitación a más guerras que nadie podría impedir. Cada vez que Israel cedió un territorio éste se convirtió en un polvorín. Quizá Obama no ha aprendido esa lección en su rápido curso sobre la región y es de esperar que alguien se la enseñe a tiempo.

Hay algunos detalles que ayudan, los países árabes también tienen petróleo y ellos no están contentos con la posibilidad que Irán sea una potencia nuclear, además, los Estados Unidos tienen que hablar con Israel que, según tengo entendido, es un país soberano.

ANA

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