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viernes, 23 de abril de 2010
566 - GLICK - ESTRATEGIAS EN MEDIO ORIENTE
LOS FUNDAMENTOS ESTRATÉGICOS DE LA ALIANZA EE.UU-ISRAEL
"THE STRATEGIC FOUNDATIONS OF THE US-ISRAEL ALLIANCE"
Por CAROLINE B. GLICK
(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)
El status de Israel como el aliado más vital de Estados Unidos en Medio Oriente ha sido tan ampliamente reconocido por tantos años, que los líderes norteamericanos e israelíes sintieron innecesario explicar qué hace a esta alianza tan importante para Estados Unidos.
Hoy, cuando la administración de Obama está distanciando abiertamente a Estados Unidos de Israel, mientras da la impresión que Israel es un impedimento estratégico para las tentativas de la administración para fortalecer sus relaciones con el mundo árabe, recordar por qué Israel es el aliado más importante de Estados Unidos en Medio Oriente se ha convertido en un asunto bastante urgente.
Se ha hablado mucho del hecho de que Israel es una democracia. Pero rara vez consideramos por qué importa que sea una democracia representativa. El hecho que Israel es una democracia significa que su alianza con Norteamérica refleja la voluntad del pueblo israelí. Como tal, permanece constante sin tener en cuenta quién está en el poder en Jerusalén.
Todas las otras alianzas de Estados Unidos en Medio Oriente son con regímenes autoritarios cuyos pueblos no comparten la visión pro-norteamericana de sus líderes. La muerte de líderes u otros acontecimientos políticos son propensos a ocasionar rápidos y dramáticos cambios en sus relaciones con Estados Unidos.
Por ejemplo, hasta 1979, Irán fue uno de los aliados estratégicos más cercanos a Estados Unidos en la región. Debido a la brecha entre el pueblo iraní y su dirigencia, la revolución islámica puso fin a la alianza Irán-EE.UU.
Egipto se dio vuelta y de ser un enemigo implacable de Estados Unidos pasó a ser un aliado cuando Gamal Abdel Nasser murió en 1969. La muerte que invade al octogenario Presidente Hosni Mubarack es propensa a causar un cambio similar en la dirección opuesta.
La inestabilidad en el reino hashemita de Jordania y en el régimen saudita podría transformar a esos países de aliados a adversarios.
Sólo Israel, donde el gobierno refleja la voluntad del pueblo es un confiable, permanente aliado de Estados Unidos.
Norteamérica cosecha todos los días los beneficios de esta alianza con Israel. Puesto que Estados Unidos sufre de crónicas lagunas de inteligencia, Israel permanece para él como la más confiable fuente de inteligencia sobre los enemigos de Estados Unidos en la región.
Israel es el único aliado de Estados Unidos en Medio Oriente que siempre libra sus propias batallas. De hecho, Israel nunca le ha pedido a Estados Unidos asistencia militar directa en tiempos de guerra. Puesto que Estados Unidos e Israel comparten los mismos enemigos regionales, cuando es llamado a filas para combatir a sus enemigos, sus éxitos redundan en beneficio de Estados Unidos.
Vale la pena recordar aquí la destrucción, llevada a cabo por Israel en junio de 1982, de las baterías antiaéreas soviéticas de Siria y su fuerza aérea. Esos sensacionales logros fueron la primera clara demostración de la absoluta superioridad de la tecnología militar estadounidense sobre la tecnología militar soviética. Muchos han argumentado que fue esa demostración israelí de la inferioridad tecnológica soviética la que convenció a la administración de Reagan que era posible ganar la Guerra Fría.
En ambas esferas, militar y no militar, los logros tecnológicos israelíes -a menudo desarrollados con el apoyo de Estados Unidos- son compartidos con Norteamérica. Los beneficios que Estados Unidos ha ganado de todos los adelantos tecnológicos israelíes desde equipos médicos a microchips o aviones no tripulados, no tienen par en el mundo.
Más allá de los beneficios que Estados Unidos disfruta de sus estrechos vínculos con Israel, hay tres que son fundamentales, permanentes y vitales para los intereses de la seguridad nacional de Estados Unidos en Medio Oriente. Un Israel fuerte es un prerrequisito para asegurar todos estos intereses.
Los tres intereses estratégicos permanentes de Norteamérica en Medio Oriente son los siguientes:
1 - Asegurar el flujo sin complicaciones de los productos de la región derivados del petróleo, asequibles a los consumidores mundiales a través del Golfo Pérsico, el Golfo de Adén y el Canal de Suez.
2 - Prevenir que los regímenes más radicales, y actores sub-estatales y no-estatales, adquieran los medios para causar daños catastróficos.
3 - Mantener la capacidad de Estados Unidos para proyectar su poder en la región.
Un Israel fuerte es el mejor garante de todos estos intereses. De hecho, cuanto más fuerte es Israel, más seguros están estos vitales intereses americanos. Tres aspectos únicos y permanentes con respecto a la posición regional de Israel dictan este estado de cosas.
1 - Al ser Israel el primer blanco de los regímenes más radicales y de los actores sub-estatales de la región, Israel tiene un interés existencial permanente en impedir que estos regímenes y actores sub-estatales puedan adquirir los medios para causar un daño catastrófico.
El ataque aéreo israelí de 1981 que destruyó el reactor nuclear Osirak de Irak impidió que Irak adquiriera armamento nuclear. A pesar de la condena de Estados Unidos en ese momento, posteriormente reconoció que el ataque era una precondición necesaria para la Operación Tormenta del Desierto de diez años después. Richard Cheney -que se desempeñó como secretario de defensa durante esa Operación- declaró que si Irak hubiera sido una potencia nuclear en 1991, a Estados Unidos le hubiera sido difícil expulsar al ejército irakí de Saddam Hussein de Kwait e impedir a su régimen ejercer control sobre los suministros de petróleo del Golfo Pérsico.
2 - Israel es un estado no expansionista y sus vecinos lo saben. En sus 62 años de historia, Israel sólo ha controlado el territorio vital para su seguridad nacional y un territorio que le fue legalmente adjudicado durante el Mandato de la Liga de las Naciones de 1922, el que nunca fue derogado ni reemplazado.
La fuerza de Israel, que sólo ha sido usada en defensa propia es intrínsecamente no amenazadora. Lejos de desestabilizar a la región, un Israel fuerte estabiliza a Medio Oriente disuadiendo a sus actores más radicales de atacar.
En 1970, Israel bloqueó el intento de Siria de usar a la OLP para derrocar al régimen hashemita de Jordania. La amenaza de Israel de atacar a Siria no sólo salvó entonces a los hashemitas, sino que a partir de ese momento disuadió a Siria de intentar derrocar al régimen jordano.
Asimismo, los vecinos de Israel entienden que su presunto arsenal nuclear es un arma de supervivencia nacional y por lo tanto lo ven como no amenazante. Esta es la razón por la que el supuesto arsenal nuclear de Israel nunca estimuló una carrera armamentista nuclear regional.
En claro contraste, si Irán obtiene armas nucleares, se producirá inmediatamente una carrera nuclear regional.
Aunque ellos nunca lo admitirán, los vecinos no radicales de Israel se sienten más seguros cuando Israel es fuerte. Por otro lado, los regímenes más radicales de la región y los actores no estatales siempre tratarán de debilitar a Israel.
3 - Puesto que el estado judío de Israel es el cuco regional, ningún estado árabe acordará formar una alianza permanente con él. Por lo tanto, Israel jamás estará en una posición de unir fuerzas con otra nación contra una tercera nación.
En contraste, la República Árabe Unida siria-egipcia de los años 60 se formó para atacar a Israel. Hoy, la alianza siria-iraní es una alianza intrínsecamente agresiva contra Israel y los estados árabes no radicales de la región. Al reconocer la fuerza estabilizadora de un Israel fuerte, los estados moderados de la región prefieren que Israel permanezca fuerte.
Desde la perspectiva de Estados Unidos, lejos de estar perjudicando sus capacidades de hacer alianzas en la región proporcionando asistencia militar a Israel, simplemente Norteamérica no está fortaleciendo a la fuerza más estabilizadora de la región. Está mostrando a todos los estados y a los actores no estatales en el Medio Oriente más grande que es digno de confianza.
Pero por otro lado, cada vez que Estados Unidos busca atenuar sus vínculos con Israel, todas las naciones de Medio Oriente lo ven como a un aliado de poca confianza. La hostilidad de Estados Unidos hacia Israel ocasiona que los vecinos de Israel minimicen sus riesgos distanciándose de Estados Unidos, no sea que Norteamérica los abandone en manos de sus adversarios de la región.
Un Israel fuerte le otorga poder a los actores relativamente moderados de la región para hacer frente a los actores radicales, porque confían que Israel los mantiene bajo control. Hoy el balance regional del poder en el que los moderados están en ventaja por sobre los radicales se hace patente con un Israel fuerte.
Pero por otra parte, cuando se debilita a Israel las fuerzas radicales se animan a amenazar el status quo. La estabilidad regional está partida en dos. Las guerras se han vuelto más probables. Los ataques a los recursos petrolíferos han aumentado. Se han envalentonado los regímenes y actores sub-estatales más radicales.
En la medida en que la solución de dos estados supone que Israel debe contraerse dentro de las líneas del cese de fuego de 1949, y permitir que un estado palestino aliado con organizaciones terroristas se apodere de las áreas que abandone, la solución de dos estados se basa en hacer débil a Israel y en dar poder a los radicales. En vista de esto, la solución de dos estados tal como se la constituye ahora es la antítesis de los intereses estratégicos más vitales de Norteamérica en Medio Oriente.
Cuando tenemos en cuenta los fundamentos de la alianza de Estados Unidos con Israel, es obvio que el apoyo de Estados Unidos a Israel a través de los años ha sido la inversión en seguridad nacional más rentable en la historia de Estados Unidos después de la SGM.
JWR contributor Caroline B. Glick is the senior Middle East Fellow at the Center for Security Policy in Washington, DC and the deputy managing editor of The Jerusalem Post.
FUENTE: JWR-GLICK-ALIANZA EE.UU.ISRAEL-23/04/10
COMENTARIO:
Se ha escrito hasta el cansancio que las probabilidades de un acuerdo de paz con esta dirigencia palestina son nulas y Caroline Glick detalla aquí la íntima relación de los pueblos de Estados Unidos e Israel, que se mantendrá más allá de cualquier gobierno circunstancial.
¿Cuánto vale estar cerca del poder? Cuando el gobierno actual de Estados Unidos se juega a fondo para tener apoyo mediático en su propósito de lograr un acuerdo de paz entre esta dirigencia palestina e Israel, encuentra aliados que argumentan a su favor pasando por alto la realidad que no lo hace factible. Ser oficialista desde los medios y desde dentro del mismo partido Demócrata debe dar algún fruto, aunque sea momentáneo. Y enfrentar al poder presidencial debe tener también algún costo.
Lamentablemente Estados Unidos se resfría y el mundo entero estornuda. Sin embargo, los enemigos de Israel se hacen notar en todo el mundo, dentro y fuera de Estados Unidos e Israel. Y esa es la voz de alarma que se está haciendo escuchar.
En vano Obama pregona las bondades del islam en el mundo, porque lo que este mundo ve y sufre son las aspiraciones megalomaníacas de sus fanáticos, algo que ya está sintiendo el pueblo norteamericano. Y el llamado de los minaretes se oyen cinco veces al día en los países cristianos que ya no hacen tañer sus campanas. Cuando las barbas de tu vecino veas cortar... nada mejor para ser aplicado a la situación del mejor aliado de Estados Unidos y del mundo contra el fanatismo islámico.
¿Puede Israel llegar a un acuerdo de paz con la dirigencia de organizaciones que se crearon y aún pretenden la destrucción de Israel y que todavía lo desconocen como estado? ¿Que dicen y repiten en cuanta ocasión tienen que jamás lo reconocerán? ¿Que lo siguen atacando con la excusa que es un estado invasor, porque están convencidos que TODO el territorio que Israel ocupa les pertenece? ¿Que eso es lo que enseñan en las escuelas y lo que publicitan en los medios?
¿Quién puede tener dudas que sólo un Israel fuerte puede disuadir a sus enemigos de que lo ataquen? Porque de lo que no se puede tener dudas es que nunca será aceptado, tendrá una paz fría, acuerdos para esto o aquello pero nunca lo aceptarán.
Obama podrá ser apoyado hoy por su "establishment" oficialista pero no será por mucho tiempo, cuando la verdad de Israel sea comprendida por el pueblo americano será otra historia y la euforia de un primer presidente negro pasará, y con él también nacerá la comprensión de tener un presidente con antecedentes familiares que no se condicen con una Norteamérica judeo-cristiana que está empezando a saber que su mejor aliado está siendo echado al ruedo en favor de sus enemigos.
Hasta que eso ocurra, Israel resistirá.
ANA
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