viernes, 5 de noviembre de 2010

712 - STEINER - POLÍTICA Y DERECHOS HUMANOS


FALTA UN MINERO

Este "minero" fue sepultado por el Hamás islámico que criminalmente lo secuestró hace más de 4 años tragándolo casi para siempre.

por NATALIO STEINER

El mundo entero se ha conmocionado por la tragedia -con final feliz- de los mineros chilenos. 70 días de angustia y desesperación han quedado atrás. Ahora cada uno de ellos está con su familia y amigos, contando los pormenores de un milagro que les dejarán huellas. Los medios masivos de comunicación no perdieron detalle -ni lo harán en los próximos tiempos- de lo que con ellos acontecía. El mundo entero se conmocionó por los esfuerzos de supervivencia en condiciones tan extremas. No faltarán libros, películas, reportajes, historias de vida y comparaciones con otras tragedias como la del avión uruguayo en los años 70. Los rescatados reordenan de a poco sus vidas; los que allí abajo se reían ahora se deprimen y a la inversa. Son secuelas. Gracias a Di-s y al esfuerzo humano que lo pueden contar.

El presidente chileno puso todo su esfuerzo y no escatimó dinero para sacarlos a la superficie armando un equipo profesional envidiable. Ya hay hasta chistes en Internet acerca de lo que hubiera pasado si esta tragedia acontecía en la Argentina. Pero todos se "olvidan" de algo: Hay un minero que NO fue aún rescatado. Claro, no vive en Chile sino que está atrapado en la Franja de Gaza. No está bajo una roca de 700.000 kilos y lo más probable es que no esté a 622 metros de la superficie sino mucho más cerca.

Este "minero" fue sepultado por el Hamás islámico que criminalmente lo secuestró hace más de 4 años tragándolo casi para siempre. Su causa no goza de la cobertura masiva de los medios masivos de comunicación probablemente porque es un soldado "sionista" (léase invasor y colonialista) y por lo tanto su suerte interesa mucho menos. Si hay un país que se conmueve por su suerte es Israel pero las cámaras de video de los socorristas no logran llegar hasta su trampa porque los miserables secuestradores lo impiden. No sabemos cuanta agua tiene ni qué come; si está bien o mal de salud. No sabemos si se distrae; en qué piensa, cómo pasa los sofocantes días en manos de sus secuestradores; si sufre 40 grados o está en un ambiente húmedo. Cada tanto se crea una esperanza artificial para negociar aunque no lo quieren liberar porque así sufre todo un país, pero la esperanza se debilita rápido. No se le puede prestar atención médica porque ni siquiera hay un diagnóstico sobre su salud, que debe ser precaria. Hundido en el silencio, olvidado por casi todos -inclusive por parte del pueblo judío- languidece en lo que debe ser una profunda tristeza y melancolía. Está peor que los otros mineros, que se tenían entre si ya sea para sobrevivir o pelearse. No hay "palomas" para hacerle bajar cosas.

Probablemente su "mina" cambie cada par de días para no ser detectado por los servicios de inteligencia de Israel. De ser así, la tierra se lo vuelve a tragar.

Los mineros chilenos despertaron el interés de todos y los defensores de los derechos humanos pidieron mejores condiciones para trabajos futuros. No es el caso de este olvidado minero que ya cumplió sus 23 años estando en cautiverio, pero a las organizaciones de defensa de los derechos humanos poco parece importarles la suerte de un "belicoso" soldado. No hay llanto por él (salvo sus padres y amigos) y las esperanzas se mantienen por la férrea tarea de su padre que no baja los brazos.

Es un minero judío. Se llama Guilad Shalit. Convendría apurar su rescate y llevarlo de vuelta a casa al precio que sea. Es un símbolo de los odiosos enemigos que el estado de Israel enfrenta que lo han enterrado en un silencio sepulcral sólo quebrado por un breve video el pasado mes de febrero y por un videito de Internet de muy mal gusto donde se parodiaba su muerte.

Se necesitan políticas de estado activas para sacarlo de la trampa que no buscó y se necesita mostrarle al mundo ya no sólo quien es Guilad Shalit sino también quienes son sus miserables captores.

El autor es director del semanario "Comunidades" de Buenos Aires.

FUENTE:
EL RELOJ-STEINER-FALTA UN MINERO-04/11/10

COMENTARIO:

El título de este artículo no hace más que desenmascarar la hipocresía de los medios de comunicación internacionales, porque Gilad Shalit no está enterrado vivo sólo porque Hamás lo capturó, sino porque el mundo entero lo acepta y lo ignora.

Supongamos que fuera un acto de guerra, que no lo es porque Gilad fue capturado en territorio israelí cuando estaba vigilando la frontera de un estado legitimado por la comunidad internacional. Pero supongamos que hubiera estado de guerra, ¿cumple Hamás con el Tratado de Ginebra? No, no lo cumple porque Hamás es considerado internacionalmente un movimiento terrorista y es inútil pedirle que se comporte.

Sin embargo, la Cruz Roja asiste a los palestinos de Gaza y exige todo lo que sea exigible a un estado civilizado como Israel, pero no reclama la contrapartida con respecto a Gilad. Esto es parcialidad.

No es Hamás quien lo condena impiadosamente sino todos los medios que no dan cobertura y denuncian esta crueldad con un joven veinteañero que nunca le hizo daño a nadie. Fue mucho más redituable y lo será mucho más en el futuro la historia de los mineros chilenos que informar todos los días desde hace casi cuatro años que un inocente está siendo abandonado por todos, menos por Israel y quienes todavía tienen conciencia de este drama.

Una mujer en Irán está presa, condenada por "adulterio" al estilo islámico -ya que era viuda- y será ejecutada, su hijo y su abogado defensor están presos, todos los días sale alguna noticia sobre ella. ¿Se acuerdan así de Gilad? ¿Qué diferencia una injusticia de otra?

La diferencia es que este "minero" es israelí, exponer su caso en la portada de los diarios y movilizar a la opinión pública es demasiado pedir. En política los derechos humanos no son iguales para todos.

ANA

2 comentarios:

  1. espectacular! GRACIAS Ana!!

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  2. Gracias Anónimo, no se podía dar un ejemplo mejor que éste que usó Steiner para expresar la situación en que está Gilad Shalit, pero para encontrarlo era necesario sentirlo. Y en nosotros se nos ha hecho más real su terrible destino y la hipocresía de este mundo. Gilad no vende y "contra Israel se vive mejor" como dice Pilar. Sin embargo, hay reductos -miles como el mío- donde no lo olvidamos y donde también denunciamos. Confío en que él sea fuerte y aguante, es un alma noble, como se muestra en sus dibujos y texto que podrás ver en la ETIQUETA "Gilad Shalit", sigamos teniendo fe en que pronto será rescatado. Afectuosos saludos.

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