Tokio se angustió por la reacción de la administración con respecto a la prueba de misiles balísticos en tres fases de Corea del Norte. Japón reconoció la traición inherente en el anuncio del secretario de Defensa Robert Gates, por la más nueva provocación de Pyongyang de que los EE.UU. sólo derribaría al misil si fuera dirigido hacia el territorio de los EE.UU. En una frase, que no se pronunció en consultas secretas sino que se declaró al mundo por CNN, Gates revocó el compromiso estratégico de América para la defensa de Japón.
India, por su parte, se preocupa por las reiteradas afirmaciones de Obama que por la negativa de India a transferir el control de las provincias en disputa de Jammu y Cachemira a Pakistán, se inspira el terror pakistaní en contra de la India. También se aflige por la negativa de la administración de Obama para hacer que Pakistán termine con su apoyo a los grupos terroristas de la jihad que atacan a la India, un componente central de su estrategia para luchar con Pakistán y Afganistán. En general, los funcionarios indios han expresado su profunda preocupación por la aparente falta de respeto de la administración de Obama con respecto a la India, como un aliado estratégico y un importante contrapeso de China.
Luego está Irak. Durante su breve visita a Bagdad el martes por la tarde, Obama ni siquiera fingió asegurar que garantizaría la democracia y la libertad iraquí antes que las fuerzas de EE.UU. se retiren el próximo año. El mayor apoyo que pudo efectuar en su declaración se produjo durante su conversación con estudiantes turcos en Estambul ese día. Allí dijo: "Tengo la responsabilidad de asegurar que, al llevar las tropas, lo hagamos de una manera lo suficientemente cuidadosa como para que no veamos un completo colapso en la violencia."
Escuchando las declaraciones de Obama, y viéndolo a él y a sus asesores haciendo declaraciones diarias de amistad a los mullahs de Irán, los líderes iraquíes están considerando sus opciones para sobrevivir a la tormenta que se está acercando rápidamente.
Luego está Europa. Aunque Obama recibió un entusiasmado aplauso de su público en Praga, cuando anunció su intención de destruir el arsenal nuclear de Estados Unidos, reducir drásticamente sus programas de misiles de defensa y de forjar una nueva alianza con Rusia, sus palabras fueron todo menos música para los oídos de los dirigentes de los satélites de la antigua Unión Soviética amenazados por Rusia. Los gobiernos checo, polaco, georgiano y ucraniano fueron rápidos en reconocer ese fuerte deseo de Obama de obtener el favor del Kremlin y que al debilitar a su propio país pondrá en peligro la capacidad de ellos para resistir la agresión de Rusia.
No es una coincidencia, por ejemplo, que el día que Obama regresó a Washington, la oposición de Georgia patrocinada por Moscú anunció su plan para lanzar protestas masivas en Tbilisi para forzar la expulsión del pro-occidental, anti-ruso Presidente de Georgia Mikhail Saakashvili.
Y en cuanto a Rusia, como Irán, quien respondió a la última oda de Obama a los mullahs abriendo una planta de combustible nuclear y anunciando que tiene 7.000 centrifugadoras de avanzada en funcionamiento; así Moscú reaccionó a la hoja de parra (como para cubrir su vergüenza) de Obama, con una ametralladora, anunciando su negativa a apoyar las sanciones contra Corea del Norte y repitiendo su falsa afirmación de que el programa nuclear de Irán no es agresivo.
Por último está Israel. Si las afirmaciones de Obama sobre que Israel debe apoyar el establecimiento inmediato de un Estado palestino, sus declaraciones de apoyo al así llamado "plan de paz" saudita (iniciativa árabe-ver Post Nº201-noviembre/2008), que exige a Israel que cometa suicidio nacional a cambio de "paz" con el mundo árabe, y su continuo y cada vez más frenético llamamiento a Irán para que se "comprometa" con su administración, no son suficientes para demostrar que Obama está sacrificando la alianza de Estados Unidos con el estado judío en un intento de apaciguar a los árabes y a Irán, el martes, el Vice-Presidente Joseph Biden formuló esta política explícitamente.
Cuando Biden dijo a la CNN que Israel estaría "mal aconsejado" si atacara las instalaciones nucleares de Irán, dejó claro que desde la perspectiva de la administración, un ataque israelí que impida a Irán para que se convierta en una potencia nuclear es menos aceptable que un Irán con armas nucleares. Es decir, la administración de Obama prefiere ver a Irán convertirse en una potencia nuclear que ver a Israel garantizar su propia existencia.
LA TRAICIÓN DE AMÉRICA a sus aliados democráticos hace a cada uno de ellos más vulnerable a la agresión a manos de sus enemigos, enemigos que la administración de Obama está activamente tratando de apaciguar. Y, como EE.UU. refuerza a sus adversarios a sus expensas, estas democracias menospreciadas deben considerar sus opciones para sobrevivir como sociedades libres en este nuevo y amenazante medioambiente post-Americano.
En su mayor parte, los despreciados aliados de América carecen de la capacidad para derrotar a sus enemigos por su propia cuenta. India no puede fácilmente derrotar a un Pakistán armado nuclearmente, que a su vez se está fragmentando en facciones dispares, una islamista en contra de India, acorazada nuclearmente, y otras que apoyan a islamistas.
Hoy Japón no puede enfrentar por sí mismo a Corea del Norte -que actúa como un agente chino- sin correr el riesgo de una confrontación con China. La invasión de Rusia a Georgia en agosto pasado mostró claramente que sus ex repúblicas y satélites no tienen forma de escapar solas al dominio de Moscú. Esta semana, la conferencia de la Liga Árabe en Doha demostró a los líderes de Irak que sus hermanos árabes no están en condiciones ni dispuestos a confrontar a Irán.
Y los intensos esfuerzos de la administración de Obama de cortejar a Irán junto con su plan para recortar los programas de misiles de defensa -incluidos aquellos en los que participa Israel- y, según se informa, su presión a Israel para que desmantele su propio presunto arsenal nuclear, deja en claro que Israel hoy está solo contra Irán.
LOS RIESGOS que el recién inaugurado mundo post-americano plantea para los amenazados amigos de América son claros. Pero sí existen oportunidades viables para su supervivencia, e Israel puede y debe desempeñar un papel central en su desarrollo. Concretamente, Israel debe actuar con rapidez para desarrollar activamente alianzas estratégicas con Japón, Irak, Polonia y la República Checa y debe ampliar su alianza con la India.
Con la capacidad tecnológica de Israel, su inteligencia y su experiencia militar, puede desempeñar un papel vital en la consolidación de las capacidades de estos países para contener a los estados delincuentes que los amenazan. Y conteniendo a los parecidos como Rusia, Corea del Norte y Pakistán, será más fácil para Israel contener a Irán, inclusive de cara al apoyo de los Estados Unidos a los mullahs.
Las posibilidades de cooperación estratégica entre todos estos estados e Israel van desde el intercambio de inteligencia y entrenamiento militar a misiles de defensa, desarrollo naval, colaboración satelital y cooperación nuclear. Además, por supuesto, la ampliación de los vínculos económicos entre estos Estados puede ayudar a cada uno de ellos en la lucha por mantenerse a flote durante la actual crisis económica mundial.
Aunque distan mucho de estar libres de riesgo, estas oportunidades son realistas, ya que se basan en firmes, compartidos intereses. Este es el caso, a pesar del hecho de que ninguna de estas posibles alianzas probablemente aumente el apoyo a Israel en los foros internacionales. Ya que son dependientes del petróleo árabe, no se puede esperar que estos aliados potenciales voten con Israel en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pero eso no debería preocupar a Jerusalén.
Lo único que debería preocuparle a Jerusalén hoy es cómo debilitar a Irán, tanto directamente mediante el ataque a sus instalaciones nucleares, e indirectamente por el debilitamiento de sus socios internacionales de Moscú, Pyongyang, Islamabad y más allá, en ausencia de la falta de apoyo de EE.UU. Si Japón es capaz de contener a Corea del Norte a fin de limitar la libertad de Pyongyang para la proliferación de sus armas nucleares y misiles a Irán y Siria, y otros más, Israel estará en mejores condiciones. Así también, Israel estará mejor si Rusia es contenida por los gobiernos democráticos en Europa oriental y central. Estas naciones, a su vez, están en mejor situación si se contiene a Irán y se evita que las amenace a ambas tanto directa como indirectamente a través de sus socios estratégicos en Corea del Norte, Siria y Rusia, y sus socios en el terror en Irak, Pakistán y Afganistán.
Durante los últimos 16 años, sucesivos gobiernos israelíes han creído erróneamente que la política es una carta de triunfo para los intereses estratégicos. La idea de conocedores con poder de decisión de Israel -no muy diferente a la idea que ahora informa la administración de Obama- era que los intereses estratégicos de Israel estarían garantizados como consecuencia de sus esfuerzos para apaciguar a sus enemigos a través de su propio debilitamiento. Apreciando los sacrificios de Israel por la paz, las naciones del mundo -y en particular los EE.UU, los árabes y Europa- vendrían en defensa de Israel en su hora de necesidad. Ahora que esa hora ha llegado, la estrategia política de Israel para protegerse se ha expuesto como un completo fracaso.
Las buenas noticias son que, sin duda, más temprano que tarde, igualmente el desastroso intento de Obama de despojar a los EE.UU. de su poder militar, bajo la ingenua suposición de que será capaz de usar su nueva estatura como una débil estrategia moralmente pura para poner a sus enemigos de su lado, fracasará espectacularmente y la política exterior de Estados Unidos volverá a la racionalidad estratégica.
Pero para sobrevivir al actual período de locura estratégica americana, Israel y los otros no deseados aliados de EE.UU. deben construir alianzas entre ellos -encubiertas en caso necesario- para contener a sus adversarios en ausencia de América. Si lo hacen con éxito, entonces el daño a la seguridad global inducido por la mutilación de Obama de su país será limitado. Si, por otra parte, ellos fracasan, entonces el posible retorno a sus sentidos de América será más probablemente demasiado tarde para sus aliados, si no fuera que también lo será para la propia América.