TERMINANDO CON LA LEGITIMIDAD CONDICIONADA DE ISRAEL
Por CAROLINE GLICK
(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)
En las cancillerías de Europa los dados han sido aparentemente tirados. Ha llegado el momento de lanzar una exhaustiva guerra diplomática en contra de Israel. O sea, que ha llegado el tiempo de comenzar a buscar una solución para la aceptación de la UE sobre el derecho de Israel a existir.
El último viernes, con anticipación al juramento del nuevo gobierno de Netanyahu, los ministros de relaciones exteriores de la Unión Europea se encontraron en Praga y discutieron cómo le pegarían a los judíos.
De acuerdo a la información de los medios, los ministros y diplomáticos allí reunidos decidieron que congelarán el proceso de mejorar las relaciones de la Unión Europea con Israel, hasta que el Primer Ministro Beniamin Netanyahu explícitamente comprometa a su gobierno a establecer un estado palestino y acepte que la única política legítima que un gobierno israelí puede tener es la así llamada "solución de dos estados".
El Mº de Relaciones Exteriores checo, Karel Schwarzenberg, cuyo país tiene la presidencia rotativa de la UE, según se informa, se sumó a la nueva propuesta diciendo: "No habrá ningún progreso en las relaciones entre Israel y la Unión Europea hasta que el gobierno israelí aclare su postura acerca de la creación de un estado palestino".
En un nivel operacional, los ministros y diplomáticos reunidos decidieron cancelar la cumbre de la Unión Europea-Israel fijada ahora para fines de mayo hasta que Israel se haya sometido a la demanda de Europa.
La decisión europea de lanzar un ataque preventivo contra el gobierno de Netanyahu, inclusive antes que hubiera jurado el martes, aparece contra el telón de fondo de su creciente entusiasmo por abrir relaciones formales con Hamás. Como informó el Jerusalem Post el jueves, el cortejo diplomático de Europa al grupo terrorista genocida patrocinado por Irán está siendo encabezado por Suecia y Suiza. Pero ellos lejos están de estar solos.
El Mº de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, David Miliband, abiertamente reclamó hace pocas semanas por el reconocimiento de Hamás. Se informó que Francia está usando su compromiso para asegurar la liberación del rehén israelí Gilad Shalit de sus captores, controlados por Hamás, para avanzar en sus propios lazos bilaterales con el grupo jihadista. En la reunión del último viernes, se informó que el Ministro de Exteriores belga Karel De Gucht también llamó a abrir relaciones con Hamás.
En su movida para aislar a Israel -y en realidad para tratar al único país libre en Medio Oriente como si fuera moral y políticamente inferior a Hamás- la Unión Europea cree que está actuando en consonancia con la administración de Obama.
Desde que empezó su gobierno, y cada vez más en las semanas recientes, la administración de Obama ha señalado directa o indirectamente que adoptará una postura hostil hacia Netanyahu y su gobierno. Congresistas demócratas no identificados y fuentes de la administración han estado advirtiendo a Israel, a través de los medios, que la administración no acepta el derecho de los votantes israelíes de fijar una nueva agenda para el próximo gobierno, que rechace la subordinación de los intereses nacionales de Israel del gobierno de Olmert-Livni al establecimiento de un estado palestino.
La misma administración ha declarado a través de ambos, los voceros de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, que está completamente comprometida al establecimiento rápido de un estado palestino, sin considerar la posición de Israel sobre este asunto.
Otros formadores de políticas globales también han pesado. El anterior primer ministro británico y actual mediador del Cuarteto para Medio Oriente, Tony Blair, ha estado haciendo declaraciones diarias advirtiendo sobre una ruptura con Israel si el gobierno de Netanyahu no se alinea. El miércoles, por ejemplo, Blair amenazó, "No hay otra alternativa más que una solución de dos estados, excepto la de un solo estado. Y si hay una solución de un estado, va a haber una gran pelea."
Los palestinos están disfrutando el paseo. El pasado sábado, el negociador de Fatah, Saeb Erekat, publicó una respuesta a un editorial del Washington Post donde retrató a Netanyahu como más radical que Hamás y exigió que los Estados Unidos muestre que es un verdadero "mediador honesto" tratando a Israel y a los terroristas palestinos como iguales en el aspecto moral, político y estratégico.
El líder de Fatah, Mahmoud Abbas, también se agregó anunciando que boicoteará al gobierno de Netanyahu hasta que esté de acuerdo.
Quizás el más notable aspecto de la histeria internacional sobre el gobierno de Netanyahu es su habilidad de escoger el momento oportuno. Los llamados para el aislamiento internacional de Israel, la decisión de tratarlo como a una nación paria mucho peor que Hamás, surgió inclusive antes que asumiera el gobierno de Netanyahu. ¿Cómo fue posible que ocurriera este sucio estado de cosas? ¿Por qué la unica democracia en Medio Oriente está siendo tratada peor que Corea del Norte, Irán, Sudán, Hamás y Hezbollah?
LA RESPONSABILIDAD por esta horrenda situación le corresponde principalmente a sus predecesores, el anterior primer ministro Ehud Olmert y la líder de la oposición Tzipi Livni. Durante sus mandatos, Olmert y Livni efectivamente adoptaron la visión de los enemigos de Israel que, a diferencia de la OLP e inclusive de Hamás, Israel no tiene el derecho independiente de existir. En realidad, ellos no sólo aceptaron esa visión sino que la hicieron política oficial del gobierno.
Alrededor del momento en que el primer ministro Ariel Sharon fue derribado por una apoplejía en enero del 2006, Olmert y Livni comenzaron a afirmar que la verdadera legitimidad de Israel es dependiente del rápido establecimiento de un estado palestino. Por ejemplo, en su discurso en la conferencia de Herzliya en enero de 2006, Livni declaró abiertamente que hasta, y a menos que, un estado palestino tenga un lugar en la tierra actualmente controlada por Israel, el estado judío no puede esperar que el mundo acepte su derecho a existir. Olmert hizo suyo este punto explícitamente en una serie de entrevistas en los meses recientes.
Livni mantuvo su fidelidad a este punto, que un estado palestino es más legítimo que Israel, cuando durante las conversaciones para una coalición con Netanyahu ella estipuló que tal como la Unión Europea y la OLP, sólo aceptaría la legitimidad del gobierno de Netanyahu y así acordaría servir en él, si él aceptara el paradigma de dos estados.
Para entender completamente el significado de lo que Livni y Olmert han hecho, es necesario comprender la fuente de la frase "solución de dos estados".
El término fue creado por la OLP. Cuando la OLP discutió el tema, la pregunta en debate no era si se debía o no construir un estado palestino, sino si se debía o no aceptar la existencia de un estado judío. Esto es, el debate sobre si se debía aceptar "una solución de un estado" o una "solución de dos estados" no giraba sobre el establecimiento de un estado palestino, el que existiría de cualquier manera. Lo que se cuestionaba era si se aceptaba la existencia de Israel. Para los palestinos de entonces y para los que apoyan el paradigma de dos estados, como Blair y su cohorte europea y americana, es la existencia de Israel, no la existencia del estado palestino, lo que está siendo condicionado.
Israel se embarcó en el camino hacia aceptar la posición de la OLP cuando aprobó la legitimidad de la OLP con el lanzamiento del proceso de paz de Oslo en 1993. Sin embargo, la primera vez que Israel explícita y formalmente aprobó el establecimiento de un estado palestino ocurrió solamente en el 2004 con la aceptación calificada del gobierno de Sharon del así llamado mapa de la Hoja de Ruta del Cuarteto de Medio Oriente, para el establecimiento de un estado palestino.
Esa aceptación no fue incondicional. Como ambos, las reservas del gobierno y las repetidas declaraciones de Sharon lo hicieron claro, Israel sólo aprobaría el eventual establecimiento de un estado palestino después que la Autoridad Palestina desmantelara a todos los grupos terroristas que estuvieran operando en la sociedad palestina, incluyendo sus propios grupos de terror de Fatah. O sea, para el gobierno de Sharon, la legitimidad del estado dependía de las acciones del estado palestino, no del estado judío.
La innovación del gobierno de Olmert-Livni fue descartar esta posición. En noviembre de 2007 Olmert y Livni firmaron con entusiasmo la fórmula de Anápolis para una palestina con categoría de estado, la que en sí misma no fue más que una regurgitación de la posición de la OLP. Entonces, la secretaria de estado Condolezza Rice exaltó la fórmula de Anápolis específicamente porque quitaba el requerimiento que los palestinos desmantelaran todos los grupos terroristas que operaban en su territorio antes de recibir la categoría de estado. O sea, ella aplaudió el hecho que, en Anápolis, el objetivo de fomentar la coexistencia pacífica entre los palestinos e Israel era reemplazada por el establecimiento de un estado palestino como el objetivo del así llamado proceso de paz.
Adoptando la así llamada plataforma de "dos estados" de Anápolis, el gobierno de Olmert-Livni aceptó la posición de la OLP que la legitimidad de Israel, no la de la OLP y sus grupos terroristas hermanos, dependía de su comportamiento. No es la OLP quien necesita detener su actividad terrorista a fin de ser aceptable. Israel necesita aceptar a la OLP -y para el caso a Hamás- sin considerar su comportamiento si desea que cualquiera siquiera lo reconozca.
Debido a la aceptación incondicional de la posición de la OLP por parte del gobierno de Olmert-Livni, hoy la aprobación condicional israelí del eventual establecimiento de un estado palestino, paralelamente con la condicional aceptación del Gobierno de Sharon de la Hoja de Ruta, ya no es suficiente. Ahora, como Europa, los Estados Unidos y los actores regionales lo están haciendo claro, Israel debe aceptar que su propio derecho a existir depende del establecimiento de un estado palestino, sin considerar el carácter o la identidad del liderazgo palestino. O sea, si Israel no acepta la legitimidad de un estado terrorista palestino gobernado por Hamás o Fatah en Judea, Samaria, Jerusalem y Gaza, entonces no tiene derecho a existir.
Esta realidad, por supuesto, fue vista claramente por el griterío que el Mº de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman produjo con su denuncia oficial de la fórmula de Anápolis. Lieberman, después de todo, no dijo nada particularmente anti-palestino. En realidad, él puso en claro que el gobierno de Netanyahu permanece comprometido con el establecimiento de un estado palestino.
Todo lo dicho por Lieberman es que el gobierno de Netanyahu no aceptará un estado terrorista palestino. O sea, todo lo que dijo es que el apoyo de Israel a una palestina con categoría de estado depende del comportamiento palestino. Además, Lieberman correctamente señaló que la propia posición internacional de Israel ha sido más bien dañada que mejorada por su deseo de comprometer sus posiciones y por aceptar las de sus adversarios palestinos.
El griterío por las observaciones de Lieberman -de Livni, sus defensores domésticos y de la comunidad internacional- pone en claro que será excesivamente difícil para el gobierno de Netanyahu apartarse de las posiciones anti-israelíes adoptadas por su inmediato predecesor. Pero también muestra cuan urgentemente esas posiciones necesitan ser rechazadas.
En los últimos 16 años, desde la primera aceptación de la OLP como un legítimo actor, a la aprobación de Israel de la posición de la OLP, que es la legitimidad de Israel la que está condicionada en lugar de serlo la de un estado palestino, la posición internacional de Israel se ha vuelto más débil, del mismo modo, las perspectivas de paz son todavía más remotas. El gobierno de Netanyahu fue elegido para poner fin a esta desastrosa tendencia. Es prometedor ver ese sinceramiento del comienzo de todo, es trabajar para realizar esta esencial tarea.
FUENTE: JERUSALEM POST - 03/04/09
caroline@carolineglick.com
COMENTARIO:
Me parece que este es un artículo muy esclarecedor sobre la rara situación que vive Israel hoy con respecto al resto del mundo y alguna buena explicación debía tener. No hablemos de Obama, que merece un artículo aparte, pero la Unión Europea, que ni siquiera acepta a Turquía como miembro porque le teme a quienes podrían ingresar con ella, sin embargo, de un territorio cuyos líderes no se allanan a liberarse del terrorismo para que sea legítimamente aceptado como un estado normal... eso se lo imponen a Israel.
Seguramente el camino para revertir esta situación será largo y complicado, pero el pueblo israelí ha votado y eso sí debe ser respetado, lo contrario sería subvertir el valor de estado democrático que Israel puede exhibir con orgullo entre sus vecinos y cuya voluntad nadie debería intentar quebrar, para su propia vergüenza.
Tan pequeño entre tantos grandes, sin embargo, ni siquiera le permiten prevenir los ataques.
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