viernes, 11 de junio de 2010

596 - GREENFIELD EXPLICA EL TERRORISMO


HOW NOT TO GET SHOT BY A SOLDIER (ESPAÑOL-EXCELENTE)

CÓMO NO SER BALEADO POR UN SOLDADO

Por DANIEL GREENFIELD


THE SULTAN KNISH BLOG


(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

El siguiente texto tiene el propósito de servir como una guía útil para activistas, manifestantes, migrantes y gente completamente no-violenta que puede que estén llevando cuchillos, pistolas, piedras y barras de hierro. Ustedes se van a encontrar con soldados, oficiales de patrulla de fronteras y personal militar y de mantenimiento del orden, éste es para que sepan cómo hacer para que ellos no les disparen.


Antes que nada es importante recordar que si ustedes atacan a un hombre armado en uniforme, es probable que él les dispare. Inclusive las más restrictivas Reglas de Combate del mundo que le prohíben abrir fuego a menos que esté sobrepasado en número de 600 a 1, que haya una guerra nuclear en progreso y sólo cuando se le haya dado una autorización específica de la ONU para usar una fuerza letal, sin embargo, habrá un momento en que él abrirá fuego en su contra. Esto ocurrirá cuando sienta que él o sus camaradas están en peligro. En este punto habrá balas en vuestra dirección sin importar lo que ustedes hayan aprendido en vuestra madrasa o en Estudios sobre las Manifestaciones en la "Evergreen State High University", ustedes no son a prueba de balas. Realmente, no lo son.

La buena noticia es que hay una manera muy fácil para no ser baleados. Comienza cuando ustedes no atacan a los agradables hombres uniformados. Esto significa no tratar de destriparlos con vuestro pacífico cuchillo ni tirarles piedras a sus cabezas. Porque mientras que es probable que ustedes piensen que el activismo legal incluye la tentativa de homicidio, los agradables hombres uniformados piensan que la tentativa de asesinato debería resultar en muerte súbita. Y cuando eso sucede ustedes se darán cuenta que la pasión fanática por vuestra pobre y poco pensada causa y un arma medieval, no se equiparan a oficiales entrenados en el mantenimiento del orden público que tienen armas y saben cómo usarlas.

Lo que deben recordar es que casi toda revolución que hayan leído no involucra a una multitud que ataca repentina y rápidamente a hombres armados, esa gente generalmente termina muerta o en gran dolor. Deberían esperar que eso es lo mismo que puede pasarles a ustedes. Usar una Kefiyah (pañuelo) o un par de Birkenstocks (calzado) no los exime de las leyes de la física o del código del sentido común. Y considerando que Alá fracasó en salvar a numerosos ejércitos musulmanes y que el "Poder del Cristal" nunca logró que el Pentágono levitara, este tipo de historia puede tener una sola conclusión. Al poner aparte toda la política y creencias absurdas sobre un pedófilo que cabalgó sobre un caballo volador, si usted ataca a alguien, debe esperar que ellos le contesten. Y si ellos tienen una pistola les responderán con balas. En ese momento usted se convertirá en mártir o en el hombre más feo del mundo.

Cada uno tiene su propia narrativa y será el héroe de su propia historia. Y mientras usted probablemente tenga una gran historia en la cual usted es el Mahdí o la reencarnación del Che, el hombre al que usted está atacando simplemente puede tener una historia en la cual él es John Wayne. Y sólo para refrescar su memoria, el Che fue baleado a sus treinta años por las Fuerzas Especiales Bolivianas. El último Mahdí murió de tifus en sus cuarenta en una ciudad sitiada y sus restos fueron tirados al Nilo con el resto de la basura. John Wayne murió pacíficamente en sus setenta años. ¿Cuál es el destino que usted preferiría tener?

Desde el amanecer de los tiempos, los hombres han guardado las fronteras de sus naciones. El límite indica que esas tierras son posesión de su tribu y su cacique. Esa frontera puede ser cruzada con el permiso de las leyes de la gente que mandan en ellas. Cruzar ese límite sin su permiso es invitar a la guerra, o por lo menos a una lluvia de flechas, lanzas o, más recientemente, balas. Cruzar esa frontera con propósitos hostiles es tomar su vida en sus manos. Y a menos que tenga un ejército con usted, esas manos son resbaladizas, grasientas y operadas por una mente completamente desprovista de sentido común.

Del mismo modo, desde el amanecer de los tiempos, los hombres han respondido golpe por golpe, piedra por piedra, y puño por puño. Si usted afirma que es no-violento, eso puede alejarlo del riesgo de sufrir violencia preventiva, pero no le da licencia para involucrarse en la violencia bajo el dudoso escudo de las palabras. Porque las palabras solamente son buenas para luchar contra otras palabras. Una vez que usted sacó un arma, entonces usted ha puesto aparte palabras tales como "no-violencia", "pacifista" o "juventud". Usted ha renunciado a la protección moral de presunción de inocencia, por una lucha de vida y muerte. Y si usted no tiene el estómago para las consecuencias de esa lucha, entonces no debería levantar ese cuchillo o esa piedra. Porque no será de utilidad quejarse después de violencia desproporcionada.

También está escrito en los códigos del sentido común que sólo el atacante puede ser culpable de violencia desproporcionada, no el defensor. Es conveniencia del defensor sólo repelerlo con el menor daño posible hacia sí mismo, como sea posible. Si usted tiene una piedra, no debería esperar que él bajara su pistola y que le tirara piedras. Y si usted tiene un cuchillo, no debería esperar que él pusiera aparte su pistola a cambio de una hoja afilada. Este no es un duelo de honor, sino un intercambio de fuerza para causar lesiones o muerte. Su negocio no es impartir una fuerza de nivel y método similar a la suya, sino despacharlo tan pronto como sea posible. Antes que usted lo atacara su preocupación era su seguridad. Después que usted lo atacara, sólo se preocupará por los suyos.

Lo que usted debe entender es que para usted la violencia es política. Para los soldados y oficiales del orden público, la violencia es sólo una herramienta. En su mente, su tentativa de matar es noble, mientras que la tentativa de ellos de matarlo a usted es vil y cruel. Sin embargo, en la mente de él hay una ecuación, a la violencia se contrapone la violencia. A él no le importa particularmente qué es lo que usted cree, sólo que no lo ataque en el momento en que usted lo está creyendo. Para usted él es sólo un títere furioso en una narrativa religiosa o política. Una vez que usted ataca, para él usted no es más que un blanco móvil. Entender esto lo ayudará a no ser baleado. Fallar en entender esto es la forma en que se hacen los mártires. Pero el tema del martirio es que el plan de salud es terrible y no hay en absoluto perspectivas a largo plazo.

La diferencia entre activistas violentos y guardianes del orden y soldados, es que los activistas políticos quieren matar gente pero carecen de la pericia necesaria para hacerlo bien. Mientras que el personal que refuerza la ley y los soldados tienen la habilidad para matar gente, aunque preferirían no hacerlo. Cuando gente enojada con piedras, cuchillos, barras de hierro y algunas pistolas atacan a personal entrenado con armas, la victoria se la lleva la gente que está entrenada para matar, no va hacia aquellos que quieren matar. Y cuando los radicales ensangrentados se quejan de fuerza desproporcionada, lo que ellos están haciendo realmente es quejarse de cuán sorprendentemente difícil es matar gente.

El término medio de los radicales, izquierdistas o islámicos, es tan estúpido como despiadado. Su inteligencia se agota en inventiva y retórica, pero sorprendentemente descubre que esto es de poca aplicación en un tiroteo. Lo que queda es lo que iba a ser un asesino enterándose más bien tarde, ya inmerso en el juego, que ha estado tratando de matar a gente que, matando, es mejor que él. Y que él vino al choque deplorablemente preparado. Parte de su equivocado pensamiento es la creencia de que un cuchillo o una piedra son armas más morales que una pistola. No lo son. Una pistola es el arma más moral que se ha inventado porque es eficiente, rápida y letal. Matar a un hombre con un cuchillo es positivamente horroroso comparado con disparar a la cabeza. Soldados y oficiales del orden público entienden esto. Subconscientemente también lo saben los radicales, razón por la cual ellos anhelan el cuchillo, la piedra y las bombas repletas de clavos. Si ellos matan, prefieren ser brutales y crueles al hacerlo.

El terrorista es malísimo en el arte de la guerra, pero sobresale en el arte de hacer sufrir a sus inocentes víctimas. El soldado despacha a sus blancos rápida y limpiamente. Sin embargo, para los terroristas, infligir agonía es el propósito sádico del ejercicio completo. El suicida se da a sí mismo una muerte rápida mientras que mutila a quienes tenía cerca. Él siembra horror y conmoción. Y por supuesto terror. Pero los medios encuentran algo feo acerca del soldado que ejecuta a su blanco de una vez a su cabeza, y algo ligeramente heroico sobre el suicida "haciendo una declaración" al arrancarle los brazos a una jovencita de 13 años. Porque los radicales de los medios admiran la pasión asesina pero encuentran que es horrible la indiferencia del soldado que sólo está haciendo su trabajo. Matar horriblemente por pasión es de alguna manera mejor a sus ojos que matar limpia y desapasionadamente para tener a salvo a la gente a su alrededor.

Pero los terroristas sólo existen cuando son tolerados. Y lo son por gente que no piensa como soldados sino que piensan como los medios. Quienes quieren encontrar formas de hacer que los terroristas estén menos enojados, en lugar de encontrar la forma de que haya más terroristas muertos. Esa gente escribe reglas de combate específicamente restrictivas, procesa a los soldados por defenderse y están indignados cuando una bala evita una masacre en lugar de estarlo por la masacre que se planificó.

Pero seamos claros al especto. Cuando usted toma un cuchillo, una piedra o una pistola, usted no está enfrentando a los políticos o generales que reaccionarán ante ellos. Usted está enfrentando a hombres que no tienen por usted ningún resentimiento, sino que quieren volver a casa con sus familias esa noche, ese mes o esa semana. Y si usted hace algo que arriesga interferir con eso, ellos le dispararán. Ellos lo harán sin importarles sus políticas, su bufanda a la moda o lo que Karl Marx escribió sobre el rol de los industriales en la sociedad capitalista. Ellos simplemente le van a disparar. Porque usted es un aspirante a político tratando de impulsar su violencia innata para obtener poder político. Ellos sólo están protegiendo las líneas del frente. Ellos no son políticos. Ellos sólo tienen armas y saben cómo usarlas. Y si usted los ataca, usted morirá. Y en ese momento usted se dará cuenta que ni sus conmovedores poemas, sus canciones de protesta o su pasión por la imaginada situación difícil de los niños de Guatemala, Gaza o "Gazambalooza", servirán para nada mínimamente bueno para usted. Porque mientras usted tiene la pasión ellos tienen el entrenamiento. Y lo mejor que puede hacer para que no le disparen hombres entrenados en el arte de la violencia es dejar el cuchillo, la piedra o el arma y caminar hacia el otro lado.

FUENTE:
SULTAN KNISH-HOW NOT TO GET SHOT-09/06/10


MADRASA EN PAKISTÁN

COMENTARIO:

La ironía y el humor sirven aún para un tema tan grave como éste, porque como dice Greenfield, el terrorismo subsiste porque se le teme, apacigua y de alguna forma se lo justifica, como si la muerte de seres absolutamente inocentes no fueran suficiente razón para condenarlo en todos los ámbitos, y apoyar a quienes no tienen otra opción que combatirlo porque son sus víctimas más cercanas, como es el caso de los israelíes. Y lo combaten como pueden a pesar de la crítica de todos, por eso las vallas, el bloqueo del territorio abiertamente enemigo como Gaza y controles para que no puedan armarse y matar a su gente.

Y me interesa acotar algo a este magnífico texto. Los terroristas suelen ser gente muy joven, los que pueden ser fácilmente adoctrinados porque, como suele ocurrir, la juventud no valora la propia vida como los que han aprendido a disfrutarla porque ya han pasado por el proceso de adaptación al mundo en que les ha tocado vivir. Los jóvenes terroristas son las primeras víctimas de los verdaderos responsables, como también lo son los que creen que estarán a salvo de sus crímenes condenando a quienes se defienden de ellos.

De esto se trata este texto, el terrorismo sólo produce muertos y ningún otro beneficio para nadie porque se trata de profesionalismo. Los soldados son profesionales y su entrenamiento no implica tener o no una ideología, solo están preparados para ejercer su profesión de la forma más eficiente posible. Los terroristas son amateurs, ligeramente preparados para matar pero muy adoctrinados para morir inmolándose.

Y esa es un arma para lo que no hay una contraparte que sirva porque el soldado no está adoctrinado para morir sino para vivir. Y si es inevitable, su función es matar a quien lo ataque a él o a quienes debe defender.

¿De qué lado está usted?


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