jueves, 5 de mayo de 2011

823 - EL "NUNCA MÁS" DEL PUEBLO JUDÍO

 
PALABRAS DE SHIMON PERES Y DISCURSO DE NETANYAHU EN YAD VASHEM
 
Yad Vashem, Jerusalén, 1º de mayo, 2011


El Presidente Shimon Peres habló en la ceremonia de Yom Hashoah en Yad Vashem. A continuación, un extracto de sus consideraciones:

“Estábamos solos, sin un país propio. Los bombarderos aliados que volaron sobre Auschwitz no tiraron, siquiera, una sola bomba sobre las instalaciones de los asesinados en masa. La Shoah finalmente estableció que no hay sustituto de un Hogar Nacional propio. No hay reemplazo de las Fuerzas de Defensa de Israel. Hoy establecimos nuestro propio Hogar Nacional. Hoy tenemos un  excelente ejército que se ganó el respeto de todo el mundo. Tenemos un régimen democrático que puede proteger nuestras necesidades y buscar la paz, que es necesaria. Ésta es la respuesta a un enemigo. A todo enemigo. Incluso hoy, luego de la Shoah, hay un régimen en el mundo cuyos líderes son negadores e incitadores del Holocausto. Esto podría causar un shock a toda persona y conciencia. El liderazgo fanático de Irán es una amenaza para el mundo entero; no sólo  para Israel. Es una intimación a cada hogar y cada lugar. Es un peligro real para la humanidad. Las naciones del mundo declararon que no aceptarán a un Irán nuclear. Ahora deben pasar la prueba de sus dichos. Nosotros, el Pueblo judío, fuimos víctimas del racismo, la persecución y la discriminación, pero nunca descuidamos el mandamiento de respetar a toda persona; porque cada persona, según nuestra tradición, fue creada a imagen de D´s. Incluso en un mundo oscurecido, aspiramos, y aspiraremos a ser una luz entre las naciones. Este es el significado del Estado de Israel: defender físicamente a nuestro pueblo, y defender moralmente a nuestra tradición. Todo ciudadano de Israel, sin importar su religión o su raza sabe que Israel es y será, el país más anti-racista en el mundo. Israel es la conmemoración histórica de las víctimas del Holocausto”.

Discurso del PM Netanyahu

Hoy, el ex Presidente de la Corte Suprema de Israel, Moshe Landau, falleció. Fue  uno de los jueces en el juicio a Eichmann.

Recuerdo, hace cincuenta años,  aquel memorable acontecimiento. Recuerdo las escalofriantes palabras dichas por el fiscal Gideon Hausner. Recuerdo la historia de Miki Goldman, quien siendo niño en el Holocausto recibió 80 latigazos y, luego, se convirtió en un oficial de policía y estuvo parado al lado de Eichmann. Lo llamó El Azote  81.


Recuerdo que el juicio dejó tal profunda impresión en mí, como niño, como en todos los niños en Israel y nos expuso con tal intensidad a los horrores del Holocausto y, no menos, a las historias de los sobrevivientes.

Con pesar, la cantidad de sobrevivientes del Holocausto que viven entre nosotros disminuye, año a año pero, al mismo tiempo, nuestra consideración por su heroísmo durante el Holocausto y su contribución al renacer del pueblo judío se incrementa, tanto como nuestro deseo de escuchar sus historias. La memoria del Holocausto es un mosaico de miles de historias personales, casi  triviales que se combinan en una gran cuenta que es horrorosa pero, además, espléndida. A veces es un objeto pequeño que contiene la memoria de una familia judía entera perecida.

Eva Modval era, en 1939, una niña de tres años cuando sus amados padres le compraron una muñeca por su cumpleaños. La llamó Gerta, por el nombre de su niñera, Gertrude. Durante los siguientes cinco años, la vida de Eva se llenó de horror y terror cuando escapó, de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, como un animal perseguido. ¿Cómo pudo esa joven criatura sobreponerse a tanta  angustia y terror? Fue su muñeca quien protegió su espíritu. Y ella salvaguardó a la muñeca. El padre de Eva, jefe de su familia, fue capturado y asesinado.

Eva y su madre también fueron capturadas. Sobrevivieron y, luego de la guerra, llegaron a Israel. Años después, Eva se casó y formó una familia, pero incluso como madre y luego como abuela, mantuvo su pequeña muñeca, la misma que llevó a través de todas las dificultades del Holocausto y durante el establecimiento del Estado de Israel. Gerta: la muñeca judía.

Durante muchos años, Yad Vashem solicitó a Eva esa muñeca. Finalmente, con un corazón fuerte, Eva acordó donarla al museo, y esto es lo que escribió: “Mi querida muñeca, tal vez seas capaz de contar hoy a la gente y, en especial a los niños, lo que viste y dónde estuviste conmigo. Ahora te convertiste en una parte inseparable de mi pueblo, surgido -como el Ave Fénix- del fuego y las cenizas”.

Eva Modval Haimovitz murió hace un año y medio. Su familia está aquí con nosotros esta noche: su esposo Yitzhak, sus tres hijos Michael, Danny e Irir, sus nueras y yerno y sus nueve nietos. Aquí están hoy, sentados entre nosotros, dando prueba que la vida puede triunfar sobre la muerte, que el bien derrota al mal.

Todos conocemos la lección nacional y global, debemos aprender de este horroroso acontecimiento que no puede ser resumido en esas  palabras.

Como hijo del Pueblo judío, como Primer Ministro de Israel, deseo agregar más lecciones que debemos tomar del Holocausto para que sirvan, como brújula y mapa, que nos guíen hacia delante.

La primera y más importante lección es que si alguien amenaza con aniquilarnos, no podemos ignorar esas intimidaciones. No debemos esconder nuestras cabezas en la arena. No debemos sacudirnos el peligro con desdeño y desprecio.

¿El mundo, aprendió esta lección? Lo dudo.

¿Aprendimos esta lección? Creo que lo hicimos. Pero debemos admitir que a través de nuestra historia, Israel no se destacó por predecir el futuro. Siempre reprimimos la horrible realidad que enfrentamos.

En la víspera de la expulsión de los judíos españoles, su gran líder, Don Isaac Abarbanel, dijo que a los judíos en España les iba bien.

Cuatrocientos años después, cuando nuestro pueblo tuvo líderes que predecían el futuro, que sentían y esperaban la inminencia de la tempestad antisemita, fueron ridiculizados e ignorados.

Theodore Herzl predijo la conflagración antisemita. Dijo que los judíos de toda Europa estaban amenazados. Ese fue el motivo por el que estableció el Sionismo y alertó a los judíos sobre el violento antisemitismo, declarándolo una y otra vez. Pero fue percibido como un loco, un pesimista y muchos en nuestro pueblo así lo consideraban.

De manera similar, en 1938,  Ze´ev Jabotinsky advirtió a los judíos de Varsovia sobre una inminente catástrofe. Pero fue en vano.

Muchos amigos en el mundo, al menos en lugares progresistas, consideran la recordación del Holocausto con  veneración. Pero su actitud es la del recuerdo de los generales que se preparan para una guerra. Parece que es mucho más fácil hablar de las lecciones aprendidas del pasado que implementarlas en el presente y el futuro.

Nosotros, el Pueblo judío, no podemos ignorar las enseñanzas del Holocausto dado que se aplican hoy, en  nuestro tiempo. Nuevos opresores niegan el Holocausto al llamar a nuestra destrucción. Irán y sus títeres, Hezbollah y Hamas, convocan  a la aniquilación de nuestro Estado judío y actúan abiertamente para tal fin.

Todos los pueblos civilizados del mundo, todos aquellos que claman haber aprendido la lección del Holocausto, deben condenar, de modo inequívoco, a aquellos que llaman a la destrucción del Estado judío. Incluso Irán dispone de armamento nuclear  para cumplir ese objetivo y, hasta ahora, el mundo no lo detuvo.

La amenaza sobre nuestra existencia y nuestro futuro no es teórica. No puede ser barrida bajo la alfombra; no puede ser reducida. Nos enfrenta a nosotros y a toda la humanidad y debe ser desbaratada.

De manera que la primera lección es tomar, con seriedad, a quienes amenazan nuestra existencia.

La siguiente enseñanza  proviene del entendimiento que los ataques a nuestro pueblo, siempre llegaron precedidos por olas de odio que prepararon el terreno para el ataque. Por tanto, la segunda lección que debemos extraer del Holocausto es que necesitamos exponer la verdadera cara del odio contra nuestro pueblo.

¡Qué es lo que no se dijo sobre los judíos de Europa en la Edad Media y, en tiempos modernos, los judíos fueron, una y otra vez, culpados por las enfermedades del mundo; desde plagas y pestilencias, guerras y revoluciones hasta crisis económicas. El odio fue radical no sólo entre las multitudes ignorantes sino que se diseminó y  enraizó profundamente en las mentes y los corazones de los académicos y filósofos destacados de Europa.

El odio -de larga data- hacia los judíos está despertando hoy, y toma la forma de aborrecimiento al Estado judío. Hoy hay quienes culpan al Estado judío por todas las enfermedades en el mundo; desde el incremento del precio del petróleo hasta la inestabilidad en nuestra región. Hay quienes dicen que, si la mayor parte del mundo cree en esas afirmaciones, deben tener una semilla de verdad.

Ahad Ha´am ya dijo que en la Edad Media la amplia aceptación de los libelos de sangre prueba que, incluso cuando la mayoría del mundo cree en algo; eso no significa que sea verdad.

Y la tercera lección es que debemos controlar nuestro propio destino. Las  relaciones con los países líderes del mundo y con otras naciones son extremadamente importantes para nosotros e invertimos, las nutrimos y desarrollamos. Pero, si no tenemos la capacidad de auto-protegernos, el mundo no se colocará de nuestro lado.

Israel es un país amante de la paz; un país democrático, culto, próspero y desarrollado; un país que respeta los derechos humanos de cada individuo. Es una isla de progreso en una región donde no hay progreso.

Tendemos nuestras manos en paz a todos nuestros vecinos que quieren vivir, en paz, con nosotros. Pero permaneceremos firmes contra aquellos que desean dañarnos.

Y hoy, el Día de Recordación del Holocausto y el Heroísmo, hago un llamado a nuestros enemigos y les digo: deberían saber una cosa sobre el Pueblo judío: se enfrentan al formidable espíritu de un Pueblo que superó  al peor mal que conoció el hombre.

Y permitan que el mundo sepa que, cuando el pueblo de Israel y las Fuerzas de Defensa de Israel  dicen “nunca más”;  significa eso.

FUENTE: CIDIPAL-PERES Y NETANYAHU-HOLOCAUSTO-2011

COMENTARIO:

Como todos los años se hace una ceremonia en Yad Vashem en este día. Es el recuerdo de un pasado tan doloroso que obliga a recordarles a quienes se atrevan a intentar repetirlo que los judíos ya no están en la misma situación de indefensión. Aquel mundo que permitió que ocurriera una barbaridad semejante parece estar ajeno a las amenazas que se ciernen sobre el estado de los judíos y también parece que aunque se le recuerde todos los años, está tan ciego y sordo como entonces.
 
Parece que todo está bien si se trata de eliminar a un terrorista que amenaza al mundo, excepto cuando se trata de quienes  amenazan a Israel, esta vez sin eufemismos, sin esconderse, sin disimulos. A ellos se les permite armarse, unirse, se los ayuda ignorando cuáles son sus objetivos. Lamentablemente este proceder alimenta sus ambiciones y deslegitima el derecho del pueblo israelí a tener su patria, recuperada y siempre en desarrollo con mucha dedicación y esfuerzo. Ellos lograron hacer florecer su desierto, a su alrededor sólo hay odio, rencor, envidia.
 
Las palabras de Netanyahu no son leídas ni escuchadas por todo el mundo pero será suficiente que sus enemigos presten atención, porque el "Nunca Más" de Israel es una seria advertencia que no debería ser desestimada para evitar enfrentamientos desastrosos para todos. Esas horribles escenas que están en la memoria colectiva sobre el Holocausto deberían ser razón suficiente para que el mundo ayudara a un pueblo que no quiere guerra, pero que si quiere sobrevivir está obligado a ganarla.
 
ANA


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