EL VALOR DE LA LIBERTAD
"LIBERTAD VETE AL INFIERNO"
Esta foto lo dice todo. El largo camino de la historia humana es fundamentalmente alcanzar ese objetivo, nacer para vivir en libertad. ¿Qué otro objetivo podría tener la vida? ¿Como ser y sentirse único sin libertad?
Quienes creen en un Dios y dedican su vida a él, los que nacen y alcanzan la paz espiritual viviendo para y por él están en su derecho, hacen uso de su libertad de elegir.
Lo que no se puede hacer es imponer ese sentido de la vida a los demás, porque cada cual debe poder optar por la vida que tendrán según su propia convicción, sea o no a través de una religión. Y todos deben ser respetados.
Decir que Occidente es la suma de todas las bondades del hombre es absurdo, el hombre nace con las mismas potencialidades en cualquier parte del mundo, lo cambia la cultura en la que ha nacido y su propia decisión individual.
Cuando los fanáticos islamistas señalan los muchos pecados de Occidente en oposición a su cultura, que hace del hombre un esclavo de un ser superior, donde el pecado es castigado y la vida una cárcel de múltiples limitaciones y penalidades para quienes no cumplen con los preceptos de su religión, no consideran a la libertad como motor de la vida humana. Es su elección, es su problema, no el de occidente.
Su mundo es la negación de la belleza del cuerpo humano, viven escondidos tras sus ropajes como si haber nacido no fuera valioso por sí mismo, un desafío; mostrarse es invitar al pecado como si todos fuéramos más bestias que personas y exhibirse una invitación al mal. No usar el velo es pasible de castigos que ninguna persona en su sano juicio podría jamás comprender, o cortar miembros por una infracción que puede ser corregida de mil formas incruentas.
Nos enrostran nuestra libertad para elegir un camino propio, individual, donde cada triunfo o fracaso es nuestra obra, la que dicta nuestra moral y nuestro intelecto; nuestras leyes nos limitan porque hemos dejado de vivir en la selva, pero la penalidad será de acuerdo a la humanidad con que todos debemos ser tratados. Así son nuestras leyes, humanas, compasivas, respetuosas y producto de la evolución de la sociedad. Con la pena va el propósito de corregir al que infringió la ley, para ser rescatado, no la intención de venganza que produce terror, sino ordenar a la sociedad para que funcione civilizadamente.
Sus leyes son de otra época, todo es pecado, la sumisión a ese ser superior hace de este mundo un lugar inhóspito y la repetición de la vida de su profeta un mérito. La creatividad que sólo se produce cuando no se teme al error y corregirlo es lo valioso para avanzar hacia otros estadios es un riesgo si no se somete a los preceptos de su doctrina. Imposible progresar sin libertad de pensamiento y acción.
¿Es Occidente una fuente de conductas impolutas? De ningún modo, pero de la libertad que gozamos y que ellos se niegan nace el progreso que podemos ofrecerles. Y la diferencia está a la vista.
ANA
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