domingo, 11 de julio de 2010

622 - GREENFIELD - VIOLENCIA ISLÁMICA EN USA


WHY DO MUSLIMS MURDER AMERICANS? (ESPAÑOL)

¿POR QUÉ LOS MUSULMANES ASESINAN A NORTEAMERICANOS?

Por DANIEL GREENFIELD


THE SULTAN KNISH BLOG


(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

El último tema de conversación en el campo occidental del terrorismo apologista es que el terrorismo islámico contra los estadounidenses comenzó en 1968 cuando un partidario de la OLP llamado Sirhan Sirhan asesinó a Robert Kennedy. Thaddeus Russell, un profesor radical y autor de algo llamado, "Una Historia Renegada de Estados Unidos", distribuyó la última versión de este meme, cuando escribió;

"Ni un norteamericano murió a manos de un árabe o musulmán motivado políticamente hasta el 5 de junio de 1968, cuando Robert F. Kennedy fue asesinado a balazos por Sirhan Sirhan. El asesinato se produjo poco después que el presidente Lyndon Johnson declaró que EE.UU. se convertiría en el principal patrocinador de Israel."

Por supuesto que hay un problema con esta afirmación. La historia.

La diferencia entre la Historia y la Historia Radical, es que la primera es un registro de los eventos que realmente tuvieron lugar, y la segunda es una distorsión de la historia basada en una agenda política. La idea de que los terroristas musulmanes comenzaron a asesinar y a intentar asesinar a norteamericanos, después de un anuncio de LBJ no es historia. Es una historia radical. Así que, en su lugar, echemos un vistazo a la historia.

En 1958, diez años antes que Sirhan Sirhan comenzara a pulir su arma, la República Árabe Unida (un monstruo geográfico tipo Frankenstein, bajo el venerado gobierno del Hitler de Egipto, General Gamal Abdel Nasser) financió y armó una revuelta musulmana contra el gobierno libanés cristiano del presidente Chamoun. Eisenhower respondió con el envío de los Marines de EE.UU. como fuerzas de paz. Los terroristas musulmanes respondieron poniendo bombas en las plazas públicas, restaurantes y grandes almacenes, donde era probable que hubiera estadounidenses.

Un
café de Beirut lleno de soldados norteamericanos fue bombardeado. Así también lo hicieron con un autobús ubicado afuera del Hotel Capital, que estaba lleno de americanos. Los grandes almacenes ABC, un edificio de cinco pisos frecuentado por estadounidenses, fue embestido por un camión bomba. En el mismo edificio también estaban las oficinas locales de la Empresa de Máquinas de Coser Singer. Una bomba explotó a 30 yardas de distancia del coche del embajador de EE.UU. Un sargento estadounidense fue muerto a tiros por un francotirador. Pero por supuesto, ya hemos olvidado el asalto de los marines a la Playa Roja en un de aviso de 24 horas. Pero el terrorismo aún continuaba. La embajada de EE.UU. fue bombardeada en 1967 y nuevamente bombardeada en 1969. Y todo esto es sólo una instantánea de los ataques terroristas de árabes musulmanes contra EE.UU. en una sola ciudad, en un país.

Pero los apologistas de los terroristas musulmanes van a decir simplemente, que nosotros no deberíamos haber estado en un país cristiano que estaba siendo reclamado por los musulmanes. Del mismo modo que podrían ponerse de acuerdo en que no deberíamos apoyar a Israel, un país judío reclamado por los musulmanes. O Tailandia, un país budista también reclamado por los musulmanes. En esencia, nosotros deberíamos mantenernos al margen de todos los países no musulmanes que son reclamados por los musulmanes. Qué incluye la mayor parte del mundo conocido, inclusive partes de Europa, como España.

Así que en cambio, permanezcamos en casa. Seguramente, la violencia musulmana no nos dará problemas aquí. No antes del terrible año 1968, cuando Lyndon B. Johnson y Robert F. Kennedy dijeron algo positivo sobre Israel. Eso tiene que funcionar. ¿No es cierto?

Entonces volvamos a 1930, antes que ni siquiera hubiera un Israel. Antes de que las fuerzas de EE.UU. estuvieran llevando a cabo operaciones de paz en Medio Oriente. Cuando la
Nación del Islam fue fundada por W. F. Muhammad. Esa amistosa orden religiosa que afirma que los blancos son infrahumanos y que Estados Unidos es el diablo. No obstante, la Nación del Islam es más que una simple inscripción en una gorra de béisbol o un líder loco que de vez en cuando aparece en programas de entrevistas para explicar por qué odia a la misma gente que le está dando una plataforma. Como casi todo lo concerniente al islam, éste ha tenido una larga y sangrienta historia desde el mismo comienzo.

En 1932 Robert Karriem, uno de los seguidores de Mahoma, reunió a otros 12 seguidores, junto con su esposa e hijos, cuando ató a un inquilino suyo, James J. Smith, lo apuñaló en el pecho y luego le rompió el cráneo. Karriem proclamó "El infiel debe ser apuñalado en el corazón" y "todos los hijos del Islam deben ganarle una victoria al diablo. Cuatro victorias y el hijo obtendrá su recompensa". Todas son citas de las enseñanzas de Mahoma sobre el islam. Kerriem fue capturado y encerrado, pero la violencia sólo aumentó.

En ese mismo año, el reverendo J. D. Howell, párroco de
St. Stephen's African Methodist Episcopal Church, advirtió contra "el culto siniestro del islamismo", que "volcó a la cordura en fantasías homicidas".

El Reverendo Howell también hizo hincapié en que "La raza negra no puede, como tal, ser responsable de las acciones y las enseñanzas de los fanáticos. Su dirigente "árabe" es el único responsable. Tiene que haber un rápido y justo castigo para los que vienen hacia nosotros y, para obtener beneficios personales, nos llevan por mal camino. La "Biblia" islámica y la Nación del Islam deben irse."

En 1955, el FBI describió a la Nación del Islam (NOI) como "un culto especialmente violento y antí-norteamericano." Su publicación contiene la cita, "De todos los gobiernos del mundo, nunca ha existido uno tan malvado como Estados Unidos, que ha engañado al santo pueblo de Alá." El boletín interno del FBI halló que la Nación del Islam representa "... una amenaza para la Seguridad Nacional Estados Unidos".

La Nación del Islam asesinó a los "infieles" que dejaron el movimiento o criticaron a Elijah Muhammad. Algunos fueron increíblemente brutales, el asesinato de toda una familia en Filadelfia, incluidos el ahogamiento de dos bebés. Pero lo peor estaba aún por llegar. A diferencia del Hijo de Sam o el asesino del zodíaco, los
asesinatos de Zebra, que tuvieron lugar en San Francisco en 1973 han sido generalmente olvidados... porque son políticamente incorrectos.

El número total de los asesinados por los "Ángeles de la Muerte" de la Nación del Islam nunca se sabrá. Las estimaciones fluctúan entre 71 a más de 200. Los blancos eran niños de tan sólo 11 años, como Michele Denise Carrasco, y tan viejos como de 81, como el conserje Ilario Bertuccio. Cadetes del
Ejército de Salvación, estudiantes universitarios, un guardacostas retirado. Las víctimas fueron fusiladas, mutiladas, violadas o decapitadas. Algunos estaban tan mutilados que nunca se conocieron sus identidades. Los asesinos eran miembros de la Nación del Islam y en algunos casos utilizaban los negocios del NOI (Nación del Islam) para llevar a cabo sus atrocidades. Su defensa fue pagada por la Nación del Islam. Los terribles crímenes se habían cometido porque los autores Black Muslim creían que el asesinato era su "boleto al cielo".

Los crímenes de Zebra fueron los peores actos de terrorismo islámico perpetrados en territorio de EE.UU. hasta el 11 de septiembre 2001. Lo mismo que prácticamente todas los atrocidades musulmanas, han sido barridas bajo la alfombra, su memoria borrada y olvidada en los polvorientos archivos. Porque es mucho más fácil afirmar que los musulmanes comenzaron a asesinar norteamericanos en 1968 porque estaban enojados con respecto a Israel, que admitir la verdad fea y desagradable. Que el islamismo, no es fundamentalmente diferente del comunismo o nazismo. Es una ideología que aboga por la conquista del mundo y el dominio absoluto de sus dirigentes.

Entonces, retrocedamos hasta antes de 1973, antes de 1968, antes incluso de 1955 y de 1932. Todo atrás hasta 1786. Cuando
los piratas musulmanes atacaban a los barcos estadounidenses, Thomas Jefferson y John Adams se reunieron con Sidi Haji Abdul Rahman Adja, el embajador en Trípoli, para tratar y entender qué justificación tenía para estos ataques, el embajador respondió que, "Fue escrito en el Corán, que todos las naciones que no hubieran reconocido su autoridad eran pecadores, que era su derecho y su deber hacer la guerra a todo aquel que pudieran encontrar y hacer esclavos a todos los que pudieran tomar como prisioneros, y que todo musulmán que fuera asesinado en batalla estaba seguro de ir al Paraíso." 35 estadounidenses murieron en las Guerras Berberiscas, mucho antes de que Lyndon B. Johnson, Robert F. Kennedy o Teodoro Herzl hubieran siquiera nacido.

La justificación de un embajador musulmán del siglo 18 por su piratería contra los Estados Unidos comparte un tema común con los Asesinatos de Zebra que tienen lugar en suelo norteamericano, casi dos siglos más tarde. La supremacía islámica, que insiste en que los musulmanes tienen derecho a matar a los que no son de su tipo por motivos de religión o raza, y que aquellos que cometan los homicidios tendrán un boleto al cielo. También forman parte de un común denominador con las ideologías de grupos terroristas musulmanes de la actualidad.

Los apologistas del Islam se centran en motivaciones prácticas detrás de las atrocidades islámicas. Los piratas berberiscos querían esclavos y dinero. Los Ángeles de la Muerte disfrutaban la violación y la tortura. Hamas y Al Qaeda quieren controlar a países diferentes. Pero ellos están unidos por el denominador común, que las enseñanzas islámicas les sirven para deshumanizar a sus enemigos y convertirlos en infrahumanos. Y ese es, y siempre ha sido el problema. La idea de que otros son infrahumanos, y que por lo tanto pueden esclavizarlos, matarlos y abusar de ellos justifica cualquier número de crímenes oportunistas. Esto se remonta a Mahoma y sus seguidores, que se embarcaban en épicas juergas de asesinato, esclavitud, violación y robo porque estaban haciendo la "Voluntad de Alá", y los que no se habían incorporado al Islam eran enemigos e infieles.

En la década de 1930, los países europeos trataron de negociar con la Alemania nazi a través del apaciguamiento, haciendo caso omiso de las realidades de la ideología nazi, en lugar de tratarla como un síntoma de problemas económicos y políticos. El resultado fue que el poder nazi creció, y lo mismo ocurrió con sus atrocidades. Pasaron de la violencia callejera y unos pocos asesinatos, a la conquista, la guerra y el genocidio. Al igual que los piratas berberiscos, los Ángeles de la Muerte y Hamas, los nazis tenían motivos prácticos para sus crímenes. Algunos de ellos querían saquear. Algunos disfrutaban la tortura y el asesinato. Pero tenían la misma justificación, que todo lo que hicieron era correcto y digno inclusive de elogio, porque sus víctimas eran monstruos infrahumanos.

La mayoría de las ideologías asesinas aprovecharán algún tipo de agravio popular y apelarán a los más bajos deseos de sus seguidores para matar y saquear. Pero ignorar la ideología real, es una peligrosa forma de negación. Intentar y apaciguar es aún peor.

Los musulmanes no comenzaron a asesinar a estadounidenses en 1968 porque estaban enojados con respecto a Israel. Ellos estaban asesinando a
los norteamericanos en 1929, porque estaban enojados con los judíos. Estaban asesinando a estadounidenses en 1909, porque estaban enojados con los cristianos. En 1973 estaban asesinando a cadetes del Ejército de Salvación, personas sin hogar y a un adolescente que le llevaba un osito de peluche a su pequeña hermana, porque estaban enojados con los estadounidenses. En 1955, fue porque los norteamericanos estaban allí con una fuerza de paz para evitar que hicieran una matanza de cristianos en Beirut. En 1786, estaban matando estadounidenses... simplemente porque estaban allí.

Ese es el feo resultado final. El islam justifica el asesinato de no musulmanes. Dice que sus propiedades pueden ser tomadas y sus mujeres violadas, si no se someten al Islam. El Corán dice que Alá es enemigo de los infieles. Afirma que la Jihad es obligatoria para todos los musulmanes. Promete el paraíso para quienes se incorporen. El no-musulmán tiene la opción de someterse a su gobierno y convertirse en un dhimmi, un ciudadano de segunda clase, o ser un infiel y un objetivo para cualquier cosa que a un musulmán le importe hacer con él o ella.

Los estadounidenses son objetivos porque son no musulmanes. Es por eso que Obama destacó en su discurso en El Cairo que Estados Unidos es un país musulmán. Es por eso que Rusia se unió a la OCI (Organization of The Islamic Conference). Ambas son maneras de decir: "No nos ataquen, somos uno de ustedes." Pero ¿por qué esa necesidad de decir? Es necesario decirlo, porque el Islam coloca a musulmanes y no musulmanes en diferentes categorías. Porque asigna diferentes categorías para los países musulmanes y no musulmanes. En el Islam, está Dar Al Islam (El Reino Musulmán) y Dar Al Harb (El Reino de la Espada). Un país que no es musulmán, que no está en proceso de convertirse en musulmán y que no tiene un tratado o tregua con todo lo que una determinada facción musulmana considera que es verdadero islam, es parte de Dar Al Harb, a quien se le debe hacer la guerra, conquistar y someter.

¿Por qué los musulmanes asesinan a norteamericanos? Porque no son musulmanes. E incluso cuando son musulmanes, porque no son el tipo correcto de musulmán. Porque los estadounidenses tienen cosas que ellos quieren. Porque Estados Unidos en ocasiones interfiere con su objetivo de volver a crear un califato. Porque el poder norteamericano es un insulto implícito al supremacismo islámico, que exige que los no musulmanes no pueden tener más poder o edificios más altos que los musulmanes. Pero al final, como siempre, los estadounidenses son un objetivo porque no son musulmanes, lo que los hace inferiores, les priva de la igualdad de derechos en la jurisprudencia del islam y los hace infrahumanos.

Si Estados Unidos nunca se alió con cualquier país no musulmán o con un país musulmán de quien los musulmanes tienen una queja, los norteamericanos aún serían asesinados. Porque en tanto una ideología adopta la violencia y la deshumanización para los que están fuera de la ideología, el asesinato es inevitable. Esto no empezó en 1965. Se inició en el 610. Y todavía no ha terminado.


FUENTE:
SULTAN KNISH-WHY DO MUSLIMS MURDER?-07/07/2010

PIRATAS BERBERISCOS
COMENTARIO:

Lo que nos deja perplejos es la unidad del pueblo árabe detrás de una religión que conlleva una ideología, cualquiera sea su nacionalidad están unidos por su religión. Y me parece que esto no ocurre con ninguna otra, otros creyentes pueden tener una identidad y nacionalidad diferente, unidos sólo por cualquier doctrina que enseñe valores fundamentales que puede compartir cualquiera aunque no tenga determinada fe, todos se adecuan al concepto que hoy tenemos de los derechos del individuo. Y nada más. No hay otras obligaciones si no se daña al "otro". Lo difícil de aceptar en el islam son las prohibiciones teniendo como ejemplo lo que hizo su profeta hace 1.500 años, es difícil de asimilar. Si, además, eso nos lleva a una época donde las costumbres eran brutales, más difícil se hace comprender que siga teniendo adeptos.

Me parece que quienes no tienen capacidad ni libertad para cuestionar porque eso es punible, no puede criticar, ni puede apartarse, es lo que hace que subsista en su doctrina la agresividad hacia el "infiel". Porque aunque sabemos que no todos los imanes lo viven e interpretan de la forma aquí descrita, no sabemos cuantos son porque lo pagan con su vida si lo manifiestan.

Entonces lo que vemos es millones de musulmanes que no saben cuanta violencia se justifica y cómo es el ejemplo de la vida de Mahoma, porque los violentos son los que mandan. Ese es el camino sin salida de quienes desconocen todo el mensaje del islam pero que si lo supieran tampoco podrían elegir otra vida. Ya no sólo otra religión, sino otro modo de vida.

Cuando se justifica su historia se lo compara con lo que hicieron otras religiones, pero ese pasado aberrante fue superado por ellas, en cambio el islam ha reverdecido sus antiguas costumbres y se hace sentir en todo el mundo. Lo que nosotros castigamos ellos legitiman su práctica. Ya estamos acostumbrados a leer las noticias de mezquitas quemadas por otras sectas, o sinagogas e iglesias quemadas por cualquiera de ellas. A veces cuarenta, cincuenta o muchas personas más, inocentes que han ido a rezar son atrapadas, niñas en una escuela que no han sido salvadas porque no llevaban el velo o no estaban vestidas adecuadamente según la sharía. Y nos hemos acostumbrado.

Conocer la historia, los detalles, las tergiversaciones que ocultan la verdad, es imperativo. Para que puedan evolucionar, cambiar su doctrina y ayudarlos a convivir con el prójimo debemos saber cómo es, porque nada hay peor que la ignorancia y el auto-engaño para no evitar que esta espiral de violencia siga creciendo. Todos lo necesitamos, ellos también.

ANA


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