jueves, 16 de diciembre de 2010

734 - WIKILEAKS Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN


NO CRUZAR LA LÍNEA ROJA


Es evidente que si Estados Unidos hubiera considerado muy importante la información que se filtró, no la habría dejado al alcance de tantas personas. Este es el primer aspecto que hay que tener en cuenta. Entonces, cualquier periodista que haya tenido acceso a ella tiene el derecho de publicarla y no está obligado a citar la fuente. Esto es libertad de expresión y no puede ser acusado de cometer un delito.

Es distinto el caso de quien cometió lo que podría llamarse "abuso de confianza", un delito tipificado en el Código Penal. En este caso el analista no estaba autorizado a copiar y mucho menos entregar la información a su alcance y abusó de la confianza depositada en él. Por eso está preso.

Pero "hecha la ley, hecha la trampa", Julian Assange no fue encarcelado por lo que publicó sino por el delito de abuso sexual. Algo bastante difícil de probar en su circunstancia, simplemente alguien lo denunció y lo pondrán en libertad sólo bajo fianza. Un caso como este acobarda a otros, porque se lo acusa de un delito muy grave que puede coartar su independencia para ejercer la profesión. Imaginemos a otros periodistas que publicaran algo inconveniente y fueran acusados de violación, todos evitarían hacer algo que pudiera llevarlos a esa situación.

Aunque la información hasta ahora no pasa de ser comentarios en charlas diplomáticas, información solicitada -que es lo usual en la relación entre países- o supuestas declaraciones que se dan por ciertas, además de videos comprometedores, ninguna de ellas es espionaje, traición, ni pone en riesgo la seguridad de un país. Esta es la línea roja que ningún periodista puede cruzar sin tener que rendir cuentas al país afectado, sería como el ataque de un enemigo.

El aspecto positivo de la aparición de Wikileaks y ojalá siga concitando la atención del hombre común, es que todo este barullo puede moverlo a interesarse por lo que ocurre en el mundo, algo que quizá no habría pasado sin este escándalo. Me parece bueno que sepa qué se dice, qué se hace y qué se trató de ocultar a la opinión pública. Por lo menos sabrá un poco más y podrá tener una opinión más veraz de todo lo que ignora.

Por supuesto, quienes se han encontrado siendo citados en estas filtraciones están tratando de suavizar, explicar o negar lo que se les atribuye, y muchos se están movilizando con ese objetivo. El resultado final es que la libertad de expresión provoca un sinceramiento que sirve para encontrar soluciones, porque ocultar los hechos lo impide. Saber un poco más enriquece nuestras posiciones que a veces son muy superficiales y generalmente erróneas.

Con poca o distorsionada información es fácil equivocarse y la opinión pública es manipulada según la conveniencia de quienes dan a conocer lo que más los favorece.

ANA


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