viernes, 31 de diciembre de 2010

745 - GLICK - GUERRA ETERNA CONTRA ISRAEL


THE WARS OF 2011 (ESPAÑOL)

Por CAROLINE B. GLICK

(TRADUCIDO POR SUSANA KOHAN - ´SHOSH´)

Israel debe estar preparado para dos cosas en este próximo año: Una guerra de misiles con Hamás y una guerra política con Fatah.

El domingo miles de enemigos de Israel se reunieron en el puerto de Estambul para darle la bienvenida al buque del terror turco-árabe "Mavi Mármara". Engalanada con banderas palestinas la multitud coreaba "Muerte a Israel", "Abajo Israel" y "Alá akbar" con el entusiasmo típico de Hezbolá.

Los manifestantes turcos se comprometieron a apoyar a Hamás la próxima vez que haya guerra con Israel. Puede que no tengan que esperar mucho para cumplir esa promesa. Durante las últimas dos semanas Hamás ha aumentado su cantidad de misiles sobre Israel a más de 30 lanzamientos. La semana pasada, un misil que casi cae sobre una guardería, hirió a una niña.

Desde la operación "Plomo Fundido", hace dos años, Irán ha ayudado a Hamás a incrementar masivamente sus misiles y otras capacidades militares. Hoy en día el grupo terrorista que gobierna Gaza (Hamás) tiene misiles capaces de alcanzar Tel Aviv. Se ha avanzado además en misiles antitanques. El portavoz de Hamás, Abu Obeida, dijo el sábado: "Ahora estamos más fuertes que antes de la guerra y nuestro silencio en los dos últimos años fue sólo para evaluar la situación."

Esta evaluación no ha atenuado el objetivo de Hamás de aniquilar a los judíos de Israel. Como el colega de Obeida, Ahmed Jaabari, dijo el sábado:
Los judíos de Israel tienen dos opciones, "la muerte o salir de las tierras palestinas".

Los comandantes de las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) están tomando en serio estas bravuconadas de Hamás. Recientemente varios han dicho que el poder de disuasión de Israel se ha erosionado. Otra operación "Plomo Fundido" es sólo cuestión de tiempo, advierten.

Mientras tanto, Fatah, -a veces rival y otras veces hermano de Hamás- está preparando su próxima ronda de guerra política junto con muchos de sus simpatizantes en el mundo. A pesar de algún reciente reposicionamiento táctico, su objetivo es claramente seguir con
su plan de proclamar un Estado independiente con el apoyo internacional, como máximo en los próximos 9-12 meses.

Con este fin, Fatah y sus aliados están operando en múltiples frentes. El 24 de noviembre la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución para celebrar la "Conferencia Durban III" a llevarse a cabo el 21 de septiembre. La primera conferencia, celebrada en Durban -Sudáfrica- en septiembre de 2001 es principalmente recordada como un pogromo diplomático contra Israel y los judíos que complementó la guerra armada contra Israel.

Mientras los judíos estaban siendo asesinados en pizzerías en Jerusalén, los enemigos de Israel se reunieron para negarles sus derechos humanos. Ellos se valieron de pancartas anti-racistas para afirmar que no es racista matar ni incitar al asesinato de judíos.
Los judíos fueron señalados y condenados como la única nación en el mundo cuyo movimiento de liberación nacional -el Sionismo- es racista.

Pero aún más importante que su servicio de glorificar a los terroristas suicidas y a sus comisarios políticos y sólo tres días antes del asalto jihadista del 11 de septiembre en los EE.UU, la primera "Conferencia Durban I" fue la cuna del anteproyecto para iniciar una guerra política contra Israel. En la conferencia de las ONGs que se realizó junto con Durban, los autoproclamados grupos de "derechos humanos" de todo el mundo acordaron que su trabajo era criminalizar al estado judío para aislarlo política, diplomática y económicamente. Según sus organizadores más importantes confirmaron, el trabajo de los "activistas" sería llevar a cabo una jihad no violenta para complementar el trabajo de los "luchadores de la resistencia" masacrando a los niños y a sus padres en Israel.

La conferencia de Durban II realizada en Ginebra en 2009, se suponía que revigorizaría la guerra política que se lanzó en 2001. Pero fue un fracaso.
El único jefe de Estado que quedó presente para abordar el asunto fue el dictador iraní Mahmoud Ahmadinejad y allí aprovechó la ocasión para instar nuevamente a la destrucción del Estado judío.

Para evitar otro fracaso, los palestinos y sus partidarios decidieron que el 10º Aniversario de Durban se llevara a cabo simultáneamente con la apertura de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Su objetivo es hacer coincidir Durban III con la Asamblea de la ONU para conseguir que todos los jefes de estado que ya estarán en N. York se les unan en su guerra política contra Israel.

Tienen razones para ser optimistas.
Aunque Canadá e Israel han anunciado que boicotearán Durban III, el gobierno de Obama ha estado notablemente menos dispuesto a apoyar ese boicot.

Dado el marco ostentoso que tendrá Durban III, los palestinos y sus amigos confían que van a disfrutar de una repetición de la misma virulenta y anti-judía conferencia de hace una década.
Esta resolución aboga claramente por ese resultado haciendo un llamamiento a "la sociedad civil, y a las otras ONGs a organizar y apoyar" Durban III contribuyendo con un alto porcentaje de asistencia.

Para los líderes de Fatah y para los "no-electos" presidente Mahmoud Abbas y su primer ministro, Salam Fayyad,
la Conferencia Durban III será la culminación de su actual campaña para ilegitimar a Israel.

La semana pasada la Autoridad Palestina anunció que pedirá al Consejo de Seguridad de la ONU que apruebe una resolución anti-semita que defina como ilegal la construcción en Judea, Samaria y Jerusalén. Esta movida encaja muy bien con la declaración de Abbas durante el pasado fin de semana:
"Palestina" debe estar libre de judíos. Como él mismo dijo, "Si hay un estado palestino independiente con Jerusalén como su capital, no deberá quedar ni un solo israelí en el estado. Cuando un Estado palestino sea establecido, no habrá ninguna presencia israelí."

Hasta la fecha ninguna de estas propuestas racistas para negar los derechos básicos de los judíos a sus hogares y a sus tierras, sólo porque son judíos, no ha encontrado oposición por parte de ningún gobierno ni grupo de derechos humanos.
Y si el gobierno de Obama permite que este pedido de resolución antisemita avance en la ONU, esta movida sería una gran victoria para la guerra política contra Israel.

Esa guerra ya ha tenido algunas victorias importantes. La decisión de los cinco gobiernos sudamericanos de reconocer a "Palestina árabe" dentro de las líneas de armisticio de 1949, como la decisión de un número de estados europeos -siguiendo a EE.UU.- de elevar el estatus diplomático de la OLP constituyen ventajas tácticas.

La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, señaló este mes que el gobierno de Obama está totalmente a favor de la guerra política de Fatah contra Israel. En su discurso en el Instituto Brookings, el 10 de diciembre ella dijo que la administración Obama apoya el plan de Fatah para construir hechos de base que le dificultarán a Israel mantener su control sobre Judea, Samaria y Jerusalén.

Después de mencionar la presencia judía en las áreas como "ilegítima", Clinton declaró: los EE.UU. "van a profundizar el apoyo a los esfuerzos palestinos para la construcción de su estado."

Entre otras cosas, ella se comprometió a continuar con la formación y el despliegue de un ejército palestino en Judea y Samaria, y presionar a Israel para que retire el ejército israelí de esas áreas.

Según sus propias palabras: "Como las fuerzas de seguridad palestinas son cada vez más profesionales y capaces creemos que Israel va a facilitar esos esfuerzos. Y esperamos ver una reducción significativa en las incursiones de las tropas israelíes en zonas palestinas."

Este es el lineamiento de los planes de guerra de los palestinos para 2011. Hamás lanzará una guerra misilística ilegal para provocar un ataque del ejército israelí sobre Gaza. Irán, Siria, Hezbolá, Turquía, la ONU y una amplia gama de ONGs y de gobiernos de izquierda desde Noruega hasta Brasil apoyarán esta guerra ilegal.

Fatah intensificará su guerra política. Su campaña será apoyada por los EE.UU, la Unión Europea, la ONU y una amplia gama de organizaciones no gubernamentales y gobiernos de izquierda.

El propósito de estas dos campañas -que se complementan entre sí y que probablemente culminarán en la ONU en septiembre- es debilitar militar y políticamente a Israel con el propósito de destruirlo en su momento de mayor plenitud.

¿Qué debe hacer Israel? En primera instancia, debe decidir que su objetivo no es sólo capear esta tormenta, sino ganar estas dos guerras. (política y militar)

En los últimos días hemos sido testigos de una pelea ligeramente entretenida entre el ministro de Defensa Ehud Barak y el ex primer ministro Ehud Olmert. Olmert acusó a Barak de no haber derrotado a Hamas durante la Operación Plomo Fundido. Y dijo: "Barak hizo todo lo posible para defender a Hamás y para evitar su caída como gobierno terrorista en Gaza".

Barak respondió a esta andanada acusando a Olmert de "Churchillianismo falso" por no haber podido derrotar a Hezbolá en la guerra de 2006.

Irónicamente, por supuesto, ambos tienen razón. Llevaron a Israel a la guerra con extrema incompetencia. Ambos se negaron a unificar las estrategias necesarias para salir victoriosos.

Ahora que en Israel se anticipa una repetición de la operación "Plomo Fundido", el Primer Ministro Binyamin Netanyahu debe asegurarse que cuando las fuerzas de defensa israelíes actúen lo hagan con decisión para salir victoriosos. Si esto significa despedir a Barak, entonces él debe ser despedido.


Lo mismo ocurre en el ámbito político. La ofensiva palestina debe toparse con una contraofensiva bien informada sobre la estrategia adecuada para lograr la victoria. El Ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, mostró el punto de partida el pasado domingo cuando les dijo a los embajadores de Israel que la paz con los palestinos es imposible. Pero eso no es suficiente.

Cualquier estrategia para ganar una guerra política debe comenzar con un claro reconocimiento de la realidad. La paz es imposible, porque tal como Hamas, Fatah es también el enemigo. Sus dirigentes rechazan nuestro derecho a existir. Ellos quieren construir un Estado que estará en guerra con nosotros y están luchando denodadamente junto a Hamás para ilegitimar y destruir a Israel con la ayuda de EE.UU. y otros países.

Una guerra política contra Fatah requiere de una participación activa para desacreditar a sus miembros y líderes. En la actualidad Fatah está ejecutando una campaña de difamación contra los soldados israelíes y sus comandantes acusándolos de criminales de guerra. Israel debe presentar quejas válidas contra los terroristas de Fatah y sus dirigentes políticos ante los foros judiciales internacionales y extranjeros.

Fatah utiliza a la ONU para ilegitimar a Israel. Delegaciones israelíes deberían presentar a diario ante la ONU pedidos de condena por los esfuerzos palestinos para criminalizar y llevar a cabo crímenes de guerra contra Israel.


Israel también debe movilizar a sus aliados para buscar apoyo. Debemos pedir a nuestros amigos en el Congreso de EE.UU. para que los fondos para la Autoridad Palestina y la UNRWA sean eliminados. La Autoridad Palestina es un sindicato criminal terrorista que usa dólares de los contribuyentes estadounidenses para financiar el terrorismo y llenar los bolsillos de los amos del terror. La UNRWA, que se supone es una organización de asistencia social, reconoce abiertamente que emplea a terroristas, permite que sus escuelas y campamentos se utilicen como centros de adoctrinamiento para la jihad y como plataformas de lanzamiento de misiles. El Servicio de Investigación del Congreso ha respondido que es imposible afirmar que los fondos de EE.UU. para la UNRWA no se usen para financiar al menos indirectamente a grupos terroristas.

En Israel el gobierno debe suspender todas las transferencias de impuestos a la Autoridad Palestina. Se debe prohibir el despliegue del ejército palestino entrenado en Judea y Samaria. Se debe rechazar la presión de EE.UU. para limitar las operaciones antiterroristas de las fuerzas de defensa israelíes en Judea y Samaria.

El gobierno debe prohibir las operaciones militares y políticas de todas las organizaciones que prestan asistencia a los palestinos, debe apoyar las demandas legales colectivas en contra de la Autoridad Palestina por parte de las víctimas israelíes del terrorismo árabe ante los tribunales locales; debe suspender la entrega de visas diplomáticas a los representantes de países como Gran Bretaña, donde personal militar y políticos israelíes tienen prohibido viajar debido a las operaciones de "guerra legal" palestinas.

El gobierno debe implementar el plan de Netanyahu de ondas abiertas para alentar la puesta en marcha de una red privada de noticias en todo el país al estilo de Fox News.

Los palestinos ven claramente a 2011 como el año decisivo en su guerra para destruir a Israel. El gobierno de Netanyahu tiene que reunir fuerzas para esta batalla. Estas son las batallas que podemos ganar. Pero para hacerlo, debemos comprometernos a salir victoriosos.

FUENTE:
J.POST-GLICK-WARS OF 2011-28/12/10

COMENTARIO:

No hay solución fácil para un pequeño país judío en medio de un mar de países árabes. Si además tiene en contra al viejísimo antisemitismo, o como se lo llame correctamente: judeofobia, todo disfrazado como antisionismo; y si le agregamos la ideología que lo considera el "Pequeño Satán", esa misma que aplaudía a Stalin y ahora apoya a cuanto régimen violador de los DD.HH. exista en la ONU, sólo porque se supone que es amigo del "Gran Satán", entonces Israel está en un serio apuro.

Para empezar a encontrar una respuesta a los ataques de tantos enemigos, lo importante es reconocer que los tiene, uno por uno. Que no desaparecerán porque se niegue a verlos, están y son muy activos. Y cuando uno tiene un enemigo declarado -aunque trate de ocultarse- lo mejor es ser muy fuerte y disuadirlo para que sepa que no puede vencernos. Porque no hay mejor defensa que un buen ataque. Glick enumera los problemas y pasa al ataque.

Atacar no significa usar las armas, sino tenerlas y estar dispuesto a usarlas y, más que nada, tan poderosas como para disuadir al enemigo, que cuando crea que está más fuerte no tenga duda que Israel estará más fuerte todavía como para vencerlo y también más determinado.

Se vence cuando el enemigo no se atreve a emprender la batalla, y esto es lo que le ha permitido a Israel progresar y convertirse en un país del primer mundo en medio de millones cuyo mayor logro es gritar que son mejores, cuando huyen a donde los reciban porque sus países los han condenado a la miseria, la ignorancia y la guerra eterna.

¿Es que Israel puede hacer todo lo que debería? ¿Todo le es permitido? ¿Es que no tiene la posibilidad de equivocarse? ¿Es que sus líderes son impolutos? ¿Tanto le exigimos a Israel y nada a sus enemigos? ¿Serán ellos incuestionables?

Cuando no se previó que Hamás ganara las elecciones en Gaza con el voto de un pueblo traicionado por la corrupción de Al Fatah, ¿no se equivocó el mundo entero al permitir que una organización a la que ellos mismos calificaban de terrorista participara? ¿No le pusieron a Israel, a sus puertas, a un enemigo que lo torturó con un constante bombardeo hasta que tuvo que reaccionar? ¿Lo ayudó ese mismo mundo que se equivocó?

¿Pagan ellos el error o lo está pagando Israel?

¿Qué pretenden ahora? ¿Que Al Fatah, que usa a un insulso y amigable anciano como Abbas, cuyo único mérito es decir que no a todo, sólo para que consiga apoyo militar y económico para construir un estado que, sin control efectivo, se convertirá en otra Gaza?

¿Pagarán ellos el error o lo pagará nuevamente Israel?

Israel está en riesgo y sus estrategias cambiarán tanto como las de sus enemigos. ¿No lo habrá hecho a la perfección hasta ahora? No le fue demasiado mal y cada vez aprendió un poco más.

Ahora está frente a una situación nueva, necesita nuevos amigos y los consigue, los amigos de siempre, ¿lo siguen siendo?


ANA

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