lunes, 5 de agosto de 2013

1161 - ACTUALIDAD DE LOS PAÍSES MUSULMANES


EL RESURGIMIENTO DE LOS REGÍMENES NACIONALISTAS

La lucha de poder en el mundo árabe

Por JONATHAN SPYER

El derrocamiento del poder de los Hermanos Musulmanes en Egipto por parte del ejército es un acontecimiento de importancia histórica. Es importante sobre todo porque representa un enorme revés en un proceso que hace sólo unos meses parecía inexorable e imparable. Ese proceso ha sido el reemplazo de regímenes militares-republicanos en el mundo árabe por nuevos sistemas de gobierno basados en el islamismo sunita, los más prominentes de ellos con la franquicia de la Hermandad Musulmana.

El revés sufrido por los Hermanos Musulmanes en Egipto fue precedido por la recuperación de uno de sus principales enemigos. En el transcurso de este año, el régimen de Assad en Siria ha logrado revertir los logros rebeldes y poner fin a la amenaza a Damasco.

Desde entonces, las fuerzas de Assad, asistidas por Hezbollah y asesoradas por Irán, han hecho retroceder a los rebeldes islamistas sunitas en el oeste del país. Han consolidado el control del régimen en las áreas del oeste, la capital, y las rutas de comunicación entre ellas.

El régimen se encuentra ahora en el proceso de brutal aplastamiento de las zonas que aún quedan bajo el control de los rebeldes en la ciudad de Homs.

Los regímenes que han caído como resultado de la agitación “Primavera Árabe” han sido hasta ahora de un solo tipo: es decir, el tipo de régimen militar-nacionalista patentado por el coronel Gamal Abd el-Nasir y sus amigos en Egipto en 1952. En Túnez, Egipto, Yemen y Libia, los regímenes de este tipo cayeron en el curso de 2011-12. La versión siria se mantuvo debido a su alianza con Irán (a diferencia de todos los demás de la lista que, o bien se alinearon con EE.UU, o estaban aislados y no tenían amigos).

La afiliación de Siria a un bloque regional que comprende la importancia de estar al lado de los amigos y clientes (en los momentos difíciles) es el factor clave que le permite a Assad escapar de la suerte de sus colegas dictadores nacionalistas. Otros dos anticuados representantes del nacionalismo árabe también se las arreglaron para mantenerse en el negocio: Argelia y la Autoridad Palestina (AP) en Cisjordania. Había razones claras en cada caso. Argelia se hizo cargo de una versión temprana de la Primavera Árabe, cuando los militares intervinieron para aplastar al movimiento islamista FIS en 1991, después de que éstos últimos lograran triunfar en las elecciones.

En el caso de los nacionalistas de la AP, controlada por Fatah, la supervivencia fue asegurada por la presencia de una fuerza militar capaz de aplastar cualquier intento islamistas de tomar el poder. Esa fuerza militar -con la ironía que favorece la historia- es precisamente la fuerza armada del Estado que Fatah nació para destruir. Se trata del Ejército de Defensa de Israel.

Pero a pesar de estas excepciones, la dirección general de los acontecimientos parecía clara, es decir, el avance de los Hermanos Musulmanes.

Ya no más. En Egipto, frente a la anarquía inminente, el antiguo régimen actuó. Los Hermanos Musulmanes fueron destituidos. Cabe destacar que entre los primeros en felicitar al general Abd al-Fatah al-Sisi estuvieron el presidente, Bashar Assad, de Siria y el presidente de la AP, Mahmud Abbas. Ambos entendieron muy bien el significado del eclipse de la Hermandad en Egipto, a raíz de sus propias batallas con sus representantes locales.

Por lo tanto, ¿es el regreso de la dominación militar en Egipto un retorno a los gobiernos nacionalistas árabes “seculares”?

No tan rápido

En primer lugar, los últimos acontecimientos sugieren que los Hermanos Musulmanes han decidido no aceptar el veredicto de los generales. En cambio, el movimiento parece ahora estar tratando de incitar a la rebelión. Su partido Libertad y Justicia ha instado a “un levantamiento por parte del gran pueblo de Egipto contra los que tratan de robar su revolución con tanques”.

Decenas de personas han sido asesinadas

Así que el escenario parece fijado para un enfrentamiento sangriento en curso entre el Antiguo Régimen y la Hermandad -como en Siria- pero con la diferencia de que en el caso de Egipto, ninguna de las partes está alineada con Irán. Se trata de un conflicto intra-sunita.

En segundo lugar, el régimen egipcio resurgido no es “secular” en ningún sentido occidental. El general al-Sisi es un devoto musulmán observante. Entre sus principales apoyos está el Reino de Arabia Saudita, que considera a su propio absolutismo monárquico como la forma correcta de gobierno islámico, y odia y teme a los Hermanos Musulmanes. Los sauditas también estuvieron entre los primeros en felicitar a los oficiales egipcios golpistas, como también los Emiratos Árabes Unidos.

Los sauditas se han convertido en los principales opositores de la Hermandad en la región. En este sentido, su enfoque está en contraste directo con el adoptado por su vecino Qatar, que es el patrocinador principal de los Hermanos Musulmanes. Los generales egipcios dependerán de la generosidad saudita para evitar una catástrofe económica en los próximos meses. La generosidad de Qatar será una de las bajas del golpe de Estado.

Por lo tanto, el golpe de los generales en Egipto ha demostrado de manera concluyente que los antiguos regímenes nacionalistas, todavía no se han terminado. En Siria y ahora en Egipto, la Hermandad Musulmana ha sido enfrentada. La lucha no ha terminado en ambos países.

Pero la lucha es por el poder, no sobre la ideología o los métodos de gobierno. Los Hermanos Musulmanes, el general al-Sisi, los rebeldes sirios, Bashar Assad, Irán, Arabia Saudita y Qatar pueden estar en conflicto, pero tienen en común lo siguiente: ninguno de ellos son demócratas y ninguno de ellos está interesado en la democracia.

El problema para Occidente, por lo tanto, debería ser cuáles de estas fuerzas están interesadas en la alineación pragmática con Occidente, y cuáles desean oponérsele. Sobre esta base, Occidente debe determinar su actitud hacia los diferentes actores del turbulento Oriente Medio.

FUENTE: AURORA-SPYER-RESURGIMIENTO-25/07/13

REFLEXIÓN:

La claridad de conceptos de Spyer siempre sorprende, pocas palabras para explicar la confusa situación de la región, que no siempre alcanzamos a comprender tan rápidamente.

¿Y Turquía? ¿Qué pasará allí? ¿Qué tipo de gobierno trata de imponerse en Turquía?

Las elecciones cambiaron un gobierno de corte secular (herencia de Ataturk) por otro con aspiraciones de imponer la religión en áreas del gobierno. Notablemente, mientras Turquía tuvo un gobierno laico pudo despegarse económica y socialmente del resto de los países de población musulmana, con el agravante que su actual presidente ambiciona ser un líder en la región. Allí también hay desinteligencias entre los que quieren seguir progresando alejados de las restricciones que impone la Sharía y los que quieren, poco a poco, imponerla.

Su presidente, Erdogán, es el aliado de Medio Oriente más cercano a Obama, quien promueve con insistencia que se supere el conflicto que surgió con Israel luego de los enfrentamientos con las flotillas que fueron detenidas en su camino a Gaza. Otra vez, Israel es presionado.

Increíblemente, Israel mantiene su democracia a prueba de todo, también tiene todas las etnias y religiones dentro de su territorio pero todas conviven pacíficamente. Es un ejemplo, pero cuando se lo presiona para que baje la guardia parece que se creyera que si lo hiciera la paz reinaría en la región... como por arte de magia. Un delirio...

Dura la vida del Estado más democrático -sino el único- del inestable Medio Oriente.

ANA

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