miércoles, 7 de agosto de 2013

1163 - PARA QUÉ SIRVE EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU?


NO APRENDEMOS...

La mayor tragedia humanitaria del Siglo XXI se lleva a cabo en Siria ante nuestros propios ojos. ¿Hasta cuándo el mundo continuará cerrando los ojos frente a la masacre que allí tiene lugar?

Por Ahmet Davutoglu y Zlatko Lagumdzija

Hace 18 años en una ciudad de nombre Srebrenica, al este de Bosnia Herzegovina, el mundo fue testigo de la masacre de casi 8.000 hombres y niños musulmanes y la expulsión de casi 30.000 mujeres de su tierra. Srebrenica se convirtió en la palabra perseguida no solo para la guerra de tres años en la ex Yugoslavia sino, también, para uno de los peores momentos de la humanidad.

A diferencia de muchos organismos, los seres humanos son capaces de aprender de los errores. Srebrenica fue un trágico error con un alto índice para aprender. Pero, 18 años después, transcurridos los horrores de Srebrenica y el trauma de Bosnia–Herzegovina; la peor tragedia humanitaria del siglo XXI, tiene lugar en Siria. En otro tiempo y otro lugar, otra vez somos testigos de un desamparo de dimensión masiva. La misma dimensión que generó en el mundo la demanda de esa expresión “Nunca Más”, tiene lugar, otra vez, ahora.

Tras tres años de guerra en Bosnia Herzegovina, la cifra de muertes superó los 300.000 y la de refugiados alcanzó el 1,3 millón. En Siria murieron más de 100.000 personas desde el comienzo del levantamiento popular, en 2011. Más de 7 millones de sirios requieren ayuda humanitaria, 4 millones huyeron de sus hogares y 1,4 millón de refugiados buscan refugio en los países vecinos.

En 1992, personas inocentes morían en la calle Vase Miskina de Sarajevo, en el momento en que esperaban su turno en la fila para el pan. En 2013, habitantes inocentes de las ciudades de Homs y Haleb se vuelven objetivo de crueldad al momento en que intentan amasar el pan en sus hogares. En Bosnia Herzegovina los civiles fueron atacados con armas pesadas y artillería. En Siria, disparan misiles balísticos contra las concentraciones de población y ya se confirmó que el régimen sirio hizo uso de armas químicas contra sus ciudadanos.

El tono virulento de la guerra en Bosnia Herzegovina fue la limpieza étnica. En Siria, el régimen masacró a cientos de civiles, con crueldad y sin vergüenza, ante los ojos del mundo. ¿Por qué la comunidad global -un grupo tan grande de personas que actúan a favor de la paz y la conmiseración- permite que esto ocurra otra vez?

La doctrina internacional de la “responsabilidad de defender” surgió como respuesta a la tragedia de Bosnia Herzegovina. Si la responsabilidad de defender no rige con respecto a Siria, entonces, ¿Con respecto a qué es vigente? ¿Cuánto tiempo más, continuará el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas cerrando sus ojos mientras esa masacre sigue ocurriendo? ¿Cuánto tiempo más la comunidad internacional dará la espalda al tiempo que 5.000 sirios son asesinados cada mes a manos del régimen de Damasco? ¿Acaso el mundo espera una nueva disculpa, por parte del Secretario General de la ONU, ante la inacción de la organización frente a la catástrofe, en manos del hombre, como ya ocurriera en Bosnia Herzegovina?

Estamos seguros que el pueblo en Siria, al final, se liberará del yugo de ese régimen. La voluntad del pueblo siempre triunfa. Tras decenas de años de represión, quieren vivir en un estado donde su voluntad sea cumplida; un Estado en el que la soberanía le pertenezca al general de la población; un Estado que pretende acceder a valores universales como la democracia, los derechos humanos, el gobierno de la ley y un poder justo, que hasta ahora les fueron negados.

Los valientes hombres y mujeres en Siria serán recordados por su valerosa lucha en pro de esa visión.

El siglo XXI no puede ser un lugar para un gobierno cruelmente represivo, con mentalidad de la Edad Media. Casi dos décadas después de los horrores de Bosnia Herzegovina, ¿podrá ser tan alto el precio por la libertad?

Cuando las próximas generaciones miren hacia atrás, a la revolución en Siria, juzgarán las acciones de cada individuo. Llegó el momento que todos los sirios y la comunidad internacional ocupen sus lugares del lado correcto de la historia. Después de todo, la historia continuará repitiéndose, si nadie aprende de ella.

- Ahmet Davutoglu es Ministro del Exterior de Turquía.

- Zlatko Lagumdzija, Viceprimer ministro y Ministro del Exterior de Bosnia Herzegovina.

La nota fue publicada, primero, en The Washington Post

FUENTE: CIDIPAL-NO APRENDEMOS-06/08/13

REFLEXIÓN:

Creo que a diferencia de otros organismos el hombre puede aprender pero a veces no quiere. Los animales aprenden, no repiten sus errores, y todo otro organismo que sobrevive aprende, por eso ha sobrevivido. Hasta las plantas o los insectos más pequeños se mimetizan para no convertirse en presas.

Nada más cierto que el refrán "El hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra".

El hombre, que tiene el intelecto y podría aprender para no repetir su historia, la ignora por muchas razones: políticas, religiosas y por sus intereses y ambición de poder.

Lo que está ocurriendo en Siria es vergonzoso, nos degrada como seres humanos. ¿Cómo fue posible que no se pudiera detener la matanza desde un principio? ¿No será que los grupos que se disputaban el poder respondían a intereses supranacionales que pretendían que SU BANDO venciera? ¿Acaso esto no lo sabía el Consejo de Seguridad en lugar de esperar y dejar que la matanza llegara hasta estos intolerables límites?

La "primavera siria" comenzó pidiendo más democracia, igualdad de derechos y libertad. Nada extraordinario si no fuera porque eso es demasiado para un régimen autoritario que desde hace décadas gobierna como se le antoja. La respuesta fue represión, pero esta vez no bastó, y a Assad no le importó destruir vidas y bienes con tal de seguir en el poder. Entonces sus opositores se alinearon y comenzó la guerra, no era lo que el pueblo pedía, sólo quería paz en democracia.

Desde los primeros días se sabía que estaban matando a civiles indefensos, mujeres y niños, ancianos y hombres desarmados eran torturados y ejecutados sin piedad. Con esa información ya debía intervenir el Consejo y no lo hizo, dejó hacer, ¿para qué sirve entonces?

Si el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no puede impedir las masacres no tiene razón de ser, peor aún, las Naciones Unidas fallan permanentemente en la medida que tienen en su seno regímenes salvajes que no protegen los Derechos Humanos de su propia gente y sin embargo pertenecen a ella y votan como si nadie estuviera enterado de sus salvajes costumbres.

Por allí hay que empezar. La guerra es entre civilización y barbarie.

ANA

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