THE UNFINISHED WAR (ESPAÑOL)
LA GUERRA INACABADA
Por JONATHAN SPYER
REGEV Y GOLDWASSER, SU SECUESTRO ORIGINÓ LA GUERRA DEL 2006
COMENTARIO:
Esta es una prueba más de la dificultad de la ONU para impedir el choque entre las dos partes en el futuro, ocurre aquí y ha ocurrido en otros lados del mundo. ¿Qué son 15.000 soldados frente a un ejército que se arma en su propio suelo? No es una "fuerza" disuasoria, es un tapón que impide momentáneamente el enfrentamiento, pero si ocurriera, las fuerzas de la ONU se retirarían, como ya pasó en otras partes. Esto es comprensible y no tiene solución.
Una vez se informó, por ejemplo, que las fuerzas de la ONU vieron a un camión que pasaba detenerse por un desperfecto y cuando se acercaron a ayudar les ordenaron que se retiraran o serían baleados por fuerzas de Hezbollah, ¿qué podían hacer? Se retiraron. ¿Cuántos pasaron antes de ese camión sin tener desperfectos y qué llevaban? Tampoco puede hacer mucho más el gobierno de Líbano para detener a Hezbollah, que forma parte del gobierno y que durante todo este tiempo se siguió armando para un segundo round. El gobierno no tiene fuerza politica ni militar para enfrentarlo y, además, sería desatar una guerra civil.
¿Qué se pretende que haga Israel? ¿Que se desarme frente a un enemigo que lo considera un invasor y que sólo quiere destruirlo?
De todos modos la pregunta es ¿por qué se hizo fuerte Hezbollah? ¿Por qué tiene apoyo popular? Creo que cada vez que alguien ocupa un lugar es porque otro lo dejó vacío. Hezbollah lo ocupó dando ayuda social y la gente lo prefiere a un gobierno que no le dio soluciones.
Los cuerpos de Regev y Goldwasser asesinados cuando estaban patrullando territorio israelí fueron canjeados por terroristas presos, tan miserables como Samir Kuntar (*), eso fue doloroso pero necesario, hay miles de militantes dispuestos a reemplazarlos y a inmolarse en un atentado, por lo menos estos dos soldados israelíes descansan entre los suyos.
Personalmente creo que la fortaleza de Israel está en su fuerza moral, en la capacidad que aún conserva de sentir compasión y solidaridad por su gente y por el ser humano en general, y la difícil decisión de liberar o no a un terrorista no puede cambiar el motor interior que hizo que este pueblo sobreviviera cuando todos los otros que lo combatieron han desparecido y sólo son un nombre en la historia de la humanidad.
La guerra en Medio Oriente es interminable, a menos que gobiernos decentes y un mundo que no apañe al terrorismo esté dispuesto a cambiar la historia en lugar de darle cuerda para que siga creciendo. ¿Se entiende?
ANA
(*)
(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)
La explosión en el pueblo sureño libanés de Tayr Felseir ofrece la última evidencia de la forma en que Hezbollah está reconstruyendo su infraestructura después de la Segunda Guerra del Líbano en el 2006. En el período anterior a 2006, Hezbollah mantuvo su infraestructura militar en áreas de campo abierto, con frecuencia consideradas prohibidas para todos menos para el personal del movimiento. En contraste, la infraestructura reconstruida se hizo dentro del tejido de la vida civil en el sur del Líbano. Este proceso tuvo lugar en gran medida sin ser molestado por el personal militar libanés ni de la ONU, visiblemente desplegados en todo el sur.
Hace poco más de un año, The Jerusalem Post describió algunos de los métodos usados por el Hezbollah para realizar su nueva infraestructura. Las fortificaciones fueron construidas en casas particulares cuyos dueños tuvieron que dejar el sur para ir hacia el área de Beirut. A los dueños se les dio el amigable consejo de no preguntar demasiado con respecto a estas alteraciones. La evidencia sugiere que ésta y otras prácticas similares han continuado a buen ritmo.
La decisión del Hezbollah de hacer uso de zonas pobladas es principalmente el resultado del aumento de la presencia del personal de UNIFIL y de LAF (Fuerzas Armadas Libanesas) en el área al sur del Río Litani, una presencia obligatoria bajo los términos de la Resolución 1701 de la ONU. Por supuesto, el movimiento también usó en el pasado áreas pobladas por civiles. Durante la guerra del 2006, Hezbollah lanzó con frecuencia Katyushas desde pueblos (generalmente los que no eran chiítas). Pero la ubicación de depósitos de armas y posiciones permanentes dentro de las zonas residenciales ha servido para que la renovada infraestructura militar estuviera en gran medida fuera del alcance de la inspección internacional. La experiencia pasada indica que es poco probable que la bochornosa publicidad derivada de la explosión de Tayr Felsair modifique este cuadro.
La explosión de esta semana no fue la primera vez en los últimos meses que la artillería del Hezbollah se detonó accidentalmente en el sur de Líbano. El 14 de julio hubo una serie de grandes explosiones en el pueblo de Khirbet Silm. Lo que sucedió después de la investigación de la UNIFIL sobre las explosiones, muestra en qué medida tanto las fuerzas internacionales como el ejército libanés están adoptando una actitud de "vive y deja vivir" con respecto a los preparativos del Hezbollah para la próxima guerra.
Entonces, las acciones del Hezbollah en Khirbet Silm siguieron un patrón similar al que se observó el lunes en Tayr Felsair. En primer lugar, los agentes del Hezbollah retiraron la evidencia. Cuando se estaba haciendo esto un número de "indignados vecinos" del área hicieron demostraciones para impedir que las tropas de la UNIFIL inspeccionaran la escena. Finalmente las fuerzas pacificadoras hicieron su investigación y concluyeron que el sitio en Khirbet Silm contenía grandes cantidades de 107 mm.
Cohetes Katyusha, municiones de ametralladoras pesadas y tubos de mortero del tipo usado por Hezbollah.
Los investigadores de la fuerza internacional también descubrieron que el sitio había sido permanentemente vigilado por personal del Hezbollah. Ellos registraron que todo esto constituía una "grave violación" de la Resolución 1701.
Más allá de esta declaración, la investigación no tuvo ningún otro resultado perceptible. Ninguno fue nombrado, y mucho menos nadie que rindiera cuentas. Tampoco cambió el modus operandi de la UNIFIL aún teniendo en cuenta la probabilidad de que si había un depósito de armas en Khirbet Silm, posiblemente no era el único.
En su mayor parte, la UNIFIL quedó desplegada en áreas despobladas. Entra en pueblos chiítas únicamente con una escolta de personal militar libanés. Sus vehículos y patrullas aéreas que se ubican a lo largo de caminos de patrullas reconocidos y en áreas rurales, han producido resultados tangibles en cuanto al descubrimiento de bunkers y viejas municiones que no han sido usados. Pero la fuerza internacional, que mantiene puestos de control no independientes, hace lo mejor que puede para estar fuera del camino del Hezbollah y de la población civil.
Excepto para los casos donde es obvio que hay signos que apuntan a la presencia de artillería -como cuando ocurre una gran explosión- la UNIFIL simplemente prefiere no actuar ante la evidencia. Y no hay ningún indicio que la última explosión en Tayr Falseir cambiará esta situación. Más bien es probable que la investigación de la UNIFIL sea rápidamente olvidada y que los resultados sean discretamente archivados mientras los medios de comunicación se retiran.
Inclusive más problemático es el rol jugado por el LAF. Tanto al ejército libanés como a la UNIFIL se les prohibió entrar en la casa de Tayr Falseir inmediatamente después de la explosión. Una vez que se permitió entrar a los representantes de LAF, éstos respaldaron rápidamente la versión del Hezbollah sobre lo que había sucedido.
El ejército libanés, al que se ve mucho más en el terreno que a la UNIFIL, sin duda tiene mayor conciencia de lo que realmente está pasando. El problema con el LAF para que se convierta en un obstáculo para el rearme y reorganización del mismo Hezbollah en el sur del Líbano, es que el ejército es una organización profundamente dividida. Muchos de sus miembros son simpatizantes de la "resistencia". Un treinta por ciento del cuerpo de oficiales del LAF y la mayoría de sus tropas son chiítas, como el Hezbollah. Más aún, la posición oficial del LAF es de "respaldo" al "derecho a resistir" del Hezbollah. El LAF define a Israel como su "principal antagonista y enemigo". Por lo tanto, ni la UNIFIL, ni el LAF, ni sus respectivos patrocinadores -las Naciones Unidas y el Gobierno del Líbano- se van a poner en el camino del programa de Hezbollah de rearmarse, a corto plazo, en áreas pobladas.
En última instancia la situación en el sur del Líbano es una faceta de un problema más grande, o sea, la existencia de un estado del Hezbollah dentro de un estado, que no le rinde cuentas a nadie más que al liderazgo del movimiento y a sus patrocinadores iraníes. Desde la mini-guerra civil de mayo del 2008, se vio más claramente que nunca que no hay fuerza en el país que pueda desafiar la política exterior independiente del Hezbollah y su política de "defensa". El movimiento mantiene un ejército paralelo, un servicio de seguridad paralelo, una red de comunicaciones paralela y también, por supuesto, estructuras independientes educativas y sociales.
A los ganadores de las últimas elecciones de junio en Líbano no les gusta la situación actual, pero son incapaces de evitarla, ya que no han tenido éxito en formar un gobierno desde su victoria. En qué medida el estado de Hezbollah dentro de un estado, está subordinado a Irán o si tiene su propia agenda queda en debate para los analistas. Pero no hay debate en que está completamente libre de cualquier control o supervisión por parte del estado libanés oficial.
Los preparativos para el próximo round de lucha sigue diariamente, sin ser molestados, en el corazón de las pobladas áreas al sur del Río Litani, y el ocasional "accidente de trabajo" es el único recordatorio que el mundo recibe de lo que está sucediendo. UNIFIL conduce sus patrullas y no se mete en su camino, y el LAF juega un rol todavía más ambiguo. Cualquiera que haya pensado que la guerra entre Hezbollah e Israel terminó el 14 de agosto del 2006, seguramente se equivocó.
Jonathan Spyer es investigador senior en el Centro "Global Research in International Affairs" (GLORIA), Herzliya, Israel
FUENTE: ME&T - THE UNFINISHED WAR - 28/10/09 -
La explosión en el pueblo sureño libanés de Tayr Felseir ofrece la última evidencia de la forma en que Hezbollah está reconstruyendo su infraestructura después de la Segunda Guerra del Líbano en el 2006. En el período anterior a 2006, Hezbollah mantuvo su infraestructura militar en áreas de campo abierto, con frecuencia consideradas prohibidas para todos menos para el personal del movimiento. En contraste, la infraestructura reconstruida se hizo dentro del tejido de la vida civil en el sur del Líbano. Este proceso tuvo lugar en gran medida sin ser molestado por el personal militar libanés ni de la ONU, visiblemente desplegados en todo el sur.
Hace poco más de un año, The Jerusalem Post describió algunos de los métodos usados por el Hezbollah para realizar su nueva infraestructura. Las fortificaciones fueron construidas en casas particulares cuyos dueños tuvieron que dejar el sur para ir hacia el área de Beirut. A los dueños se les dio el amigable consejo de no preguntar demasiado con respecto a estas alteraciones. La evidencia sugiere que ésta y otras prácticas similares han continuado a buen ritmo.
La decisión del Hezbollah de hacer uso de zonas pobladas es principalmente el resultado del aumento de la presencia del personal de UNIFIL y de LAF (Fuerzas Armadas Libanesas) en el área al sur del Río Litani, una presencia obligatoria bajo los términos de la Resolución 1701 de la ONU. Por supuesto, el movimiento también usó en el pasado áreas pobladas por civiles. Durante la guerra del 2006, Hezbollah lanzó con frecuencia Katyushas desde pueblos (generalmente los que no eran chiítas). Pero la ubicación de depósitos de armas y posiciones permanentes dentro de las zonas residenciales ha servido para que la renovada infraestructura militar estuviera en gran medida fuera del alcance de la inspección internacional. La experiencia pasada indica que es poco probable que la bochornosa publicidad derivada de la explosión de Tayr Felsair modifique este cuadro.
La explosión de esta semana no fue la primera vez en los últimos meses que la artillería del Hezbollah se detonó accidentalmente en el sur de Líbano. El 14 de julio hubo una serie de grandes explosiones en el pueblo de Khirbet Silm. Lo que sucedió después de la investigación de la UNIFIL sobre las explosiones, muestra en qué medida tanto las fuerzas internacionales como el ejército libanés están adoptando una actitud de "vive y deja vivir" con respecto a los preparativos del Hezbollah para la próxima guerra.
Entonces, las acciones del Hezbollah en Khirbet Silm siguieron un patrón similar al que se observó el lunes en Tayr Felsair. En primer lugar, los agentes del Hezbollah retiraron la evidencia. Cuando se estaba haciendo esto un número de "indignados vecinos" del área hicieron demostraciones para impedir que las tropas de la UNIFIL inspeccionaran la escena. Finalmente las fuerzas pacificadoras hicieron su investigación y concluyeron que el sitio en Khirbet Silm contenía grandes cantidades de 107 mm.
Cohetes Katyusha, municiones de ametralladoras pesadas y tubos de mortero del tipo usado por Hezbollah.
Los investigadores de la fuerza internacional también descubrieron que el sitio había sido permanentemente vigilado por personal del Hezbollah. Ellos registraron que todo esto constituía una "grave violación" de la Resolución 1701.
Más allá de esta declaración, la investigación no tuvo ningún otro resultado perceptible. Ninguno fue nombrado, y mucho menos nadie que rindiera cuentas. Tampoco cambió el modus operandi de la UNIFIL aún teniendo en cuenta la probabilidad de que si había un depósito de armas en Khirbet Silm, posiblemente no era el único.
En su mayor parte, la UNIFIL quedó desplegada en áreas despobladas. Entra en pueblos chiítas únicamente con una escolta de personal militar libanés. Sus vehículos y patrullas aéreas que se ubican a lo largo de caminos de patrullas reconocidos y en áreas rurales, han producido resultados tangibles en cuanto al descubrimiento de bunkers y viejas municiones que no han sido usados. Pero la fuerza internacional, que mantiene puestos de control no independientes, hace lo mejor que puede para estar fuera del camino del Hezbollah y de la población civil.
Excepto para los casos donde es obvio que hay signos que apuntan a la presencia de artillería -como cuando ocurre una gran explosión- la UNIFIL simplemente prefiere no actuar ante la evidencia. Y no hay ningún indicio que la última explosión en Tayr Falseir cambiará esta situación. Más bien es probable que la investigación de la UNIFIL sea rápidamente olvidada y que los resultados sean discretamente archivados mientras los medios de comunicación se retiran.
Inclusive más problemático es el rol jugado por el LAF. Tanto al ejército libanés como a la UNIFIL se les prohibió entrar en la casa de Tayr Falseir inmediatamente después de la explosión. Una vez que se permitió entrar a los representantes de LAF, éstos respaldaron rápidamente la versión del Hezbollah sobre lo que había sucedido.
El ejército libanés, al que se ve mucho más en el terreno que a la UNIFIL, sin duda tiene mayor conciencia de lo que realmente está pasando. El problema con el LAF para que se convierta en un obstáculo para el rearme y reorganización del mismo Hezbollah en el sur del Líbano, es que el ejército es una organización profundamente dividida. Muchos de sus miembros son simpatizantes de la "resistencia". Un treinta por ciento del cuerpo de oficiales del LAF y la mayoría de sus tropas son chiítas, como el Hezbollah. Más aún, la posición oficial del LAF es de "respaldo" al "derecho a resistir" del Hezbollah. El LAF define a Israel como su "principal antagonista y enemigo". Por lo tanto, ni la UNIFIL, ni el LAF, ni sus respectivos patrocinadores -las Naciones Unidas y el Gobierno del Líbano- se van a poner en el camino del programa de Hezbollah de rearmarse, a corto plazo, en áreas pobladas.
En última instancia la situación en el sur del Líbano es una faceta de un problema más grande, o sea, la existencia de un estado del Hezbollah dentro de un estado, que no le rinde cuentas a nadie más que al liderazgo del movimiento y a sus patrocinadores iraníes. Desde la mini-guerra civil de mayo del 2008, se vio más claramente que nunca que no hay fuerza en el país que pueda desafiar la política exterior independiente del Hezbollah y su política de "defensa". El movimiento mantiene un ejército paralelo, un servicio de seguridad paralelo, una red de comunicaciones paralela y también, por supuesto, estructuras independientes educativas y sociales.
A los ganadores de las últimas elecciones de junio en Líbano no les gusta la situación actual, pero son incapaces de evitarla, ya que no han tenido éxito en formar un gobierno desde su victoria. En qué medida el estado de Hezbollah dentro de un estado, está subordinado a Irán o si tiene su propia agenda queda en debate para los analistas. Pero no hay debate en que está completamente libre de cualquier control o supervisión por parte del estado libanés oficial.
Los preparativos para el próximo round de lucha sigue diariamente, sin ser molestados, en el corazón de las pobladas áreas al sur del Río Litani, y el ocasional "accidente de trabajo" es el único recordatorio que el mundo recibe de lo que está sucediendo. UNIFIL conduce sus patrullas y no se mete en su camino, y el LAF juega un rol todavía más ambiguo. Cualquiera que haya pensado que la guerra entre Hezbollah e Israel terminó el 14 de agosto del 2006, seguramente se equivocó.
Jonathan Spyer es investigador senior en el Centro "Global Research in International Affairs" (GLORIA), Herzliya, Israel
FUENTE: ME&T - THE UNFINISHED WAR - 28/10/09 -
COMENTARIO:
Esta es una prueba más de la dificultad de la ONU para impedir el choque entre las dos partes en el futuro, ocurre aquí y ha ocurrido en otros lados del mundo. ¿Qué son 15.000 soldados frente a un ejército que se arma en su propio suelo? No es una "fuerza" disuasoria, es un tapón que impide momentáneamente el enfrentamiento, pero si ocurriera, las fuerzas de la ONU se retirarían, como ya pasó en otras partes. Esto es comprensible y no tiene solución.
Una vez se informó, por ejemplo, que las fuerzas de la ONU vieron a un camión que pasaba detenerse por un desperfecto y cuando se acercaron a ayudar les ordenaron que se retiraran o serían baleados por fuerzas de Hezbollah, ¿qué podían hacer? Se retiraron. ¿Cuántos pasaron antes de ese camión sin tener desperfectos y qué llevaban? Tampoco puede hacer mucho más el gobierno de Líbano para detener a Hezbollah, que forma parte del gobierno y que durante todo este tiempo se siguió armando para un segundo round. El gobierno no tiene fuerza politica ni militar para enfrentarlo y, además, sería desatar una guerra civil.
¿Qué se pretende que haga Israel? ¿Que se desarme frente a un enemigo que lo considera un invasor y que sólo quiere destruirlo?
De todos modos la pregunta es ¿por qué se hizo fuerte Hezbollah? ¿Por qué tiene apoyo popular? Creo que cada vez que alguien ocupa un lugar es porque otro lo dejó vacío. Hezbollah lo ocupó dando ayuda social y la gente lo prefiere a un gobierno que no le dio soluciones.
Los cuerpos de Regev y Goldwasser asesinados cuando estaban patrullando territorio israelí fueron canjeados por terroristas presos, tan miserables como Samir Kuntar (*), eso fue doloroso pero necesario, hay miles de militantes dispuestos a reemplazarlos y a inmolarse en un atentado, por lo menos estos dos soldados israelíes descansan entre los suyos.
Personalmente creo que la fortaleza de Israel está en su fuerza moral, en la capacidad que aún conserva de sentir compasión y solidaridad por su gente y por el ser humano en general, y la difícil decisión de liberar o no a un terrorista no puede cambiar el motor interior que hizo que este pueblo sobreviviera cuando todos los otros que lo combatieron han desparecido y sólo son un nombre en la historia de la humanidad.
La guerra en Medio Oriente es interminable, a menos que gobiernos decentes y un mundo que no apañe al terrorismo esté dispuesto a cambiar la historia en lugar de darle cuerda para que siga creciendo. ¿Se entiende?
ANA
(*)
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