miércoles, 4 de agosto de 2010

639 - GREENFIELD - EL TERROR COMO MÉTODO


THE MOSQUES AND BANK ROBBERS OF PARIS (ESPAÑOL)

LAS MEZQUITAS Y LOS LADRONES DE BANCOS DE PARÍS

"¿Qué pretende esa horda de esclavos,
De traidores, de reyes conjurados?
¿Para quién son esas innobles trabas
Y esas cadenas hace tiempo preparadas?"

La Marsellesa

Por DANIEL GREENFIELD


THE SULTAN KNISH BLOG


(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

Mientras los judíos huyen de París debido a la violencia y el acoso musulmán, Robert Haroush, un empresario israelí, decidió financiar la reconstrucción de una mezquita con el fin de construir "un puente de paz ". La escasez de mezquitas en París es, por supuesto, casi tan serio como el exceso de coches intactos que se necesita quemar. Y la Ciudad de las Luces necesita más mezquitas oscuras, la forma en que Bagdad necesita más IED. (Improvised Explosive Devices-dispositivos de explosión improvisados). La financiación judía de una mezquita para promover la paz es tan irracional como la impresión de 100.000 copias del Mein Kampf (Mi Lucha) en 1939 para promover la tolerancia. Alimentar el odio no trae la paz. Y por más de mil años, el Corán ha sido el Mein Kampf del mundo musulmán, enseñando el odio hacia judíos y cristianos, y la mezquita ha sido el punto de reunión para sus enseñanzas de odio.

Robert no es el primer infiel crédulo que trata de construir puentes de paz. Pero el problema es que cuando usted construye un puente, es mejor que tenga una buena idea de lo que encontrará del otro lado. La construcción de puentes con gente cuyo único fin para cruzarlos será matarlo, no es más que una forma elaborada de suicidio.

El Matón en Jefe de Turquía, Erdogan,
fue bastante explícito sobre el papel de la mezquita en el islam cuando dijo: "Las mezquitas son nuestros cuarteles, las cúpulas nuestros cascos, los minaretes nuestras bayonetas y los fieles nuestros soldados." En esos tiempos el poema hizo aterrizar a Erdogan en una prisión turca. Pero el tiempo y suficientes fieles reunidos en los cuarteles de las mezquitas lo impulsaron hasta alcanzar el poder. Donde él ha tardado muy poco apurando una agenda islamista que incluye la persecución de los no musulmanes y la creciente escalada de las hostilidades hacia Israel.

París tiene una escasez de cuarteles, al menos según Dalil Boubakeur, de la Mezquita de París, quien quiere abolir en Francia esa cosa molesta,
La Separación entre Religión y Estado, hasta que los contribuyentes franceses hayan pagado por tantas mezquitas como las iglesias ya existentes. A diferencia de Robert Haroush, Dalil Boubakeur, dijo una vez, "Occidente ha cavado su tumba con sus propios dientes", por lo menos él sabe lo que busca. Él quiere más cuarteles. Lo que es útil tener si se está librando una guerra. Y si occidente está dispuesto a cavar su tumba pagando por ella, tanto mejor.

Pero esto plantea la pregunta obvia de por qué alguien querría pagar para renovar el cuartel de otros. Inclusive si la gente que lo ocupara no tuviera ninguna intención hostil hacia usted por el momento. Y muy especialmente si la tuvieran. Incluso un pacifista no compra balas para la pistola de su enemigo. Ese acto de locura no está reservado para aquellos que no lucharán, sino para quienes ni siquiera entienden que hay una lucha. Si los conflictos anteriores podían dividirse entre aquellos que estaban a favor y los que estaban en contra, un número considerable de los objetivos actuales del Choque de Civilizaciones insiste en creer que nada en absoluto está sucediendo. Aquí estamos tomando café.

A los Constructores de Puentes de la paz les gustaría mucho cambiar el Choque de Civilizaciones en un Acuerdo de Civilizaciones, convirtiendo un conflicto en una agradable feria de la cultura en la que los franceses aprenderían sobre técnicas de tejido de Marruecos, los inmigrantes musulmanes del Norte de África aprenderían las leyes de una república, y todos vivirían juntos y felices para siempre. Todo lo que se requiere es un cierto acuerdo por ambas partes. Un reconocimiento de la nueva realidad. Que la mezquita pertenece a París tanto como una iglesia. O, como el ex Presidente y ex alcalde de París,
Jacques Chirac, lo expresó: "Las raíces de Europa son tanto musulmanas como cristianas".

El problema con esta expresión hermosa de tolerancia, es que este tipo de acuerdo sólo corre por una sola vía. Los países musulmanes de Medio Oriente no están proclamando ansiosamente que sus raíces son igualmente musulmanas y cristianas. Es bastante difícil encontrar un país musulmán donde los cristianos en realidad sean iguales, o si hay alguna perspectiva seria de que lo sean. En Egipto, los coptos son una minoría perseguida. En Cisjordania, cuando se entregó Belén al gobierno musulmán, la comunidad cristiana local comenzó a desaparecer. En Malasia,
las iglesias son quemadas por atreverse a utilizar a Alá para mencionar a dios (lo que los musulmanes en occidente nos aseguran que es exactamente lo que significa Alá). Mientras que los cristianos en el mundo musulmán siguen siendo una minoría perseguida. Mientras que los judíos que una vez huyeron de países musulmanes hacia Europa están ahora siendo obligados a una segunda etapa de su éxodo en países como Francia, que ha desarrollado una considerable población musulmana. Contra este contexto es que se revela la verdadera crisis de la grave escasez de mezquitas parisinas.

Mientras que el mundo musulmán no está dispuesto a reconocer la igualdad de cristianos y judíos, ambos están dispuestos a tenerlos en un pie de igualdad en sus sociedades. No porque los musulmanes se hayan mostrado deseosos y en condiciones de ser socios, sino precisamente porque han demostrado no querer serlo. Esto no es tan paradójico como parece ser.

Suponga que un hombre de negocios entra en el banco Credit Lyonnais en la búsqueda de un préstamo de 100.000 euros. El banco examinará cuidadosamente si él merece un crédito que justifique el riesgo. Exigirán ver todo tipo de papeles y documentos que demuestren que es confiable. Y entonces el banco ofrecerá un préstamo con una tasa de interés alta. O quizá el funcionario de créditos se encogerá de hombros, y le deseará mejor suerte para que encuentre dinero en cualquier otra parte.

Pero supongamos ahora que un ladrón de la calle entra en el banco, armado y llevando una bomba considerable atada a su pecho exigiendo 100.000 euros. Nadie le pedirá documentos o pruebas de que él es digno de crédito. Él no es en absoluto digno de crédito. Y esa es exactamente la cuestión. En su lugar, el mismo Presidente del Banco saldrá, y tratará de negociar con él. No lo sacará corriendo, como lo hizo con el hombre de negocios legítimo. En cambio, le ofrecerá un trato. Tome 50.000 euros. La mitad de lo que estaba pidiendo. Sin intereses. Sin hacer preguntas. Lo mismo que ofreció Chirac cuando aceptó que las raíces de Europa son igualmente musulmanas y cristianas.

Los ladrones tienen una manera de conseguir lo que quieren. Ya sea que traten de robar bancos o países enteros. Las leyes normales de los ciudadanos no son aplicables a ellos. A través de la violencia ellos hacen sus propias leyes. Y la sociedad en la que se hayan estado imponiendo se defiende enérgicamente contra ellos, o trata de negociar algún tipo de compromiso.

¿Cómo se hace un compromiso con un ladrón de bancos? Ofrézcale la mitad de lo que quiere. Israel lo hizo. Ahora ya se ha ofrecido a los ladrones el 90 por ciento de lo que quieren. No obstante, los ladrones siguen insistiendo por más. Lo que es un comportamiento razonable en los ladrones. Pero no lo es en los gerentes de bancos invertir dinero para tratar de apaciguarlos, sino más bien invertirlo en guardias y sistemas de alarma. Aunque si uno tiene más miedo a la violencia que a perder lo que tiene, tal compromiso parece razonablemente ventajoso.

Hay dos razones por las cuales se teme la violencia. La seguridad personal y la confianza moral. La primera adolece de cobardía física. La última de cobardía moral. Pero la cobardía física es una aflicción mucho más seria que la cobardía moral. Porque la cobardía física tiene sus límites, pero la moral no los tiene. El cobarde físico tiene miedo en tanto él está en peligro. El cobarde moral tiene miedo sin importar si está en peligro o no. ÉL sigue preocupado por cosas que no tienen nada que ver con él. Él padece los espectros de la culpa y los fantasmas de la incertidumbre moral. El cobarde físico sabe que tiene derechos, pero tiene miedo de defenderlos. El cobarde moral no defenderá sus derechos porque no cree que tenga alguno. Es por eso que el cobarde físico teme a los ladrones de bancos, pero el cobarde moral les da la bienvenida. Para el cobarde moral, el ladrón de bancos es una fuerza moral porque en un mundo de incertidumbres, él está decididamente seguro de lo que quiere.

Este es el poder del primitivo. Para el hombre civilizado de poca fe, el salvaje parece moral debido a su simplicidad. El salvaje no tiene dudas. Él no se preocupa por el equilibrio adecuado entre la religión y el estado. Tampoco se preocupa sobre si hay un dios o no y si sus órdenes son o no morales. Él simplemente dice: "Las mezquitas son nuestros cuarteles, las cúpulas nuestros cascos, los minaretes nuestras bayonetas y los fieles nuestros soldados." Y al cobarde moral, tal simplicidad es reconfortante e irrefutable. Porque los cobardes morales que se enredan en la complejidad moral, a menudo miran hacia atrás a una época más simple del desarrollo humano. A la atracción reaccionaria de las respuestas fáciles a través del primitivismo.

En 1970, François Truffaut hizo una película llamada "L'Enfant Sauvage" o "El Niño Salvaje", sobre un niño apartado de la sociedad que encontraron desnudo en estado salvaje. En la película, lo llevan a París y le enseñan a hablar y vivir en la sociedad humana. Pero "L'Enfant Sauvage", en realidad se basó en la historia real de la vida del Niño Salvaje de Aveyron, un niño salvaje que, a pesar de los mejores esfuerzos de los expertos de Francia, nunca pudo convertirse en un verdadero ser humano. La diferencia entre la película y la realidad es la misma entre lo que nos gustaría pensar que es posible, y lo que realmente es. En el mundo tal como nos gustaría que fuera, a un niño salvaje se le puede enseñar a hablar francés y a tener buenos modales en la mesa y ser igual a uno de nosotros. En el mundo tal como realmente es, un niño salvaje seguirá siendo salvaje. Así también es el islam.

No se puede importar una ideología del siglo octavo rico en sangre y muerte al siglo 21 de París, y esperar que tenga buenos modales en la mesa. Sin embargo, una y otra vez insistimos en contar la historia de modo que el salvaje es el héroe y el hombre civilizado, el villano. Otra ficción más famosa de la adaptación del Niño Salvaje de Aveyron, es la novela de Víctor Hugo, El Jorobado de Notre Dame. Los héroes de El jorobado de Notre Dame son los salvajes y primitivos Quasimodo y Esmeralda, inclusive Clopin, los extraños incivilizados que se enfrentan a la perversión de las autoridades.

La narrativa del Monstruo Bueno, el Buen Salvaje, el Primitivo Sabio que luchan contra los males de una civilización corrupta y decadente se ha contado una y otra vez, más y más, muchas veces más allá de la cuenta. Pero las historias que nos contamos tienen una forma de traerlas a la vida. Y en la versión real de tales historias, la civilización que nos nutre resulta que no ha sido tan innoble como nosotros lo hemos creído, y los salvajes que vienen a liberarnos de las cargas de la razón y la moral, ni siquiera son tan noblemente primitivos como quisimos pensarlos. En cambio, ellos son como nosotros, en el sentido que quieren lo que nosotros tenemos. La diferencia es que ya no estamos dispuestos a matar por ello. Pero ellos sí lo están.

Por eso París tiene una escasez de mezquitas. Galway tendrá su primera mezquita. Un mega-mezquita se levantará cerca de la Zona Cero. Debido a que usted nunca puede tener demasiados cuarteles, inclusive cuando usted está ganando la guerra. Y mientras nosotros tratamos de ser razonables, ellos se esfuerzan por ser lo más irracionales. Porque cuando la fuerza está de su parte, no hace falta ser razonable. Simplemente presione tanto y tan fuerte como pueda. Una y otra vez, hasta que gane.

La mezquita es el cuartel de una civilización diferente. Una
que no busca la igualdad, sino el dominio. Ya sea a través de la demografía simple de la
Jihad de inmigración o por medio de las confrontaciones violentas de turbas enfurecidas y terroristas armados, la cuestión no es tanto "como" sino "cuando". El ladrón entra en el banco y comienzan las negociaciones. La violencia es la rueda que mantiene a las negociaciones en movimiento, más y más. Las bóvedas se vacían, una por una. Y el proceso todavía continúa. Hasta que no quede nada, y no hay nada más para negociar.

"¡Cómo! ¡Las cohortes extranjeras
Podrían hacer leyes en nuestros hogares!
¡Dios mío! En manos encadenadas
Nuestras cabezas se inclinarían ante el yugo."

La Marsellesa.

¿De verdad quiere ver el establecimiento de una República Islámica en Francia?

Sí, pero no sólo para Francia. Espero que el mundo entero se convierta en musulmán.

Abdelkader Bouziane, imán de Vénissieux.

FUENTE:
SULTAN KNISH-BANK ROBBERS-20/06/10


COMENTARIO:

¿Qué ocurre con quiénes aprenden conceptos de odio y temor desde temprana edad? ¿Serán irrecuperables? ¿Es el lenguaje formador de la personalidad? Si desde chiquitos se les enseña que la orden es matar. ¿Podrán superarlo con el tiempo y desechar esa educación? ¿Qué pasará con estos niños?

Es aplicable aquí la palabra
GIGO: Acrónimo que usan ciertos programadores para indicar al usuario que si introduce información errónea en un programa, la entrega de resultados será también errónea. Del inglés Garbage In – Garbage Out.

Nada bueno habrá en el futuro si la información que se introdujo en sus mentes no lo era, cuando se enseña a odiar sólo producirá una conducta de odio.


"Maten a los judíos!" NIÑOS MUSULMANES memorizan y recitan mensajes antisemitas en la TV de Egipto



¿Cómo se siente el temor en los países musulmanes dictatoriales?

Dice
Geert Wilders cuando siendo muy joven estaba visitando Egipto:

"Recuerdo el miedo que súbitamente asaltó a la aldea cuando se anunció la inesperada visita de Mubarak. Aún puedo ver la caravana de negros coches el día de su visita y tengo casi la misma conciencia de miedo, como un escalofrío en ese muy caluroso día de verano."

Lo mismo cuando otros dictadores visitan otras ciudades, explica.

Dice Wilders.

"Pocos años después leí en el Corán cómo los árabes en el siglo VII se sentían en presencia de Mahoma quien, como varios versos describen, ´infundía terror en sus corazones´ (suras 8:12, 8:60, 33:26; 59:12)."

Ese es el terror que aún hoy percibimos en ellos y que acobarda al mundo, es una metodología de dominio.

Es tan importante no aprender, como aprender tempranamente conceptos que nos marcarán para siempre. Un niño salvaje responderá siempre a sus primeras experiencias y sólo pensará en sobrevivir, difícilmente podrá cambiar ese sello de su personalidad, ese ha sido su primer aprendizaje y el que ha internalizado.

Viene bien recordar este verso del "Martín Fierro":

"Hay hombres que en su ciencia
tienen la cabeza llena;
hay sabio de todas menas,
mas digo, sin ser muy ducho:
es mejor que aprender mucho
el aprender cosas buenas."

ANA

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