sábado, 21 de agosto de 2010

653 - RUBIN - EL MUNDO JUDÍO EN OCCIDENTE


EXPLAINING JEWISH POLITICAL BEHAVIOR (ESPAÑOL-MUY RECOMENDADO)

EXPLICAR EL COMPORTAMIENTO POLÍTICO JUDÍO

Por BARRY RUBIN



(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

La clave para entender el comportamiento político judío contemporáneo en Europa y Norteamérica es la historia de la estrategia de la asimilación judía. Cuento la historia con más detalle en mi libro, "Assimilation and Its Discontents" ("Asimilación y sus Descontentos"), pero aquí tienen una versión abreviada, adaptada a lo que está sucediendo ahora mismo.

Esta estrategia se desarrolló en Europa occidental a mediados de 1800. No hubo un teórico único, libro influyente o doctrina coherente. Más bien se trató de un enfoque pragmático a la cuestión de cómo los judíos podían adaptarse a las presiones y oportunidades de las sociedades democráticas. La estrategia de asimilación continúa hasta nuestros días aunque la gente no es consciente de ello.

Hubo muchos -tradicionalistas religiosos, sionistas y revolucionarios de izquierda- que persiguieron rutas alternativas pero no voy a hablar de ellas aquí. También estoy plenamente consciente de las excepciones, como el
Bund judío y la situación política posterior a la Primera Guerra Mundial en Polonia, pero que no puedo tratarlas en este espacio limitado. Por favor, comprendan que necesariamente los siguientes puntos son generalizaciones, pero son las precisas.

El principal enfoque asimilacionista fue el siguiente:

--Dado que los judíos eran tan débiles y la mayoría que los rodeaban tan hostil, tenían que rogar por tener igualdad y demostrarse a sí mismos ser dignos de ella en lugar de alborotar o exigir. Por otra parte, ya que los judíos eran atacados por tener supuestamente demasiado poder, incluso cuando tenían poco o nada, hacían hincapié en que estaban deseosos en hacer concesiones, no en obtener victorias mediante la amenaza o presión. Esta fue una estrategia desarrollada mucho antes de los días de la culpabilidad de la mayoría, el multiculturalismo y la corrección política. Por lo tanto, este enfoque judío contrasta con los movimientos contemporáneos de los grupos minoritarios que se tienen más confianza, son más agresivos, unidos y exigentes.

--¿Cómo trataría de tener éxito esta estrategia? Probando que los judíos eran buenos ciudadanos, demostrando que eran desinteresados y que no buscaban nada para sí mismos, que tenían la voluntad de disolver los lazos y las costumbres de su propia comunidad, convirtiéndose en ejemplares de la difusión de los valores y la cultura del país donde vivían, y que ser amables con ellos beneficiaría a todos o a casi todos. En otras palabras, el altruismo era un elemento central en esta estrategia. Esto también contrasta con las prácticas contemporáneas en las que los derechos se dan por sentado y se espera que la sociedad se adapte a las exigencias de las minorías.

--Un elemento clave de la doctrina asimilacionista ha sido demostrar que los judíos se asimilaban como individuos, negando que había un interés comunitario colectivo y evitando hacer demandas colectivas. Esto, también, está en contraste con la situación de otras minorías de hoy, que se aferran a sus intelectuales y miembros de la élite, cuando en gran medida los mantienen a raya por vergüenza o incluso bajo formas de intimidación. Este enfoque está totalmente ausente en la comunidad judía. Por el contrario, gran parte de la élite judía se enorgullece de mantenerse al margen de su propio pueblo y considera una virtud abandonarlo rechazando cualquier noción de intereses comunitarios (incluyendo a Israel y la religión). De hecho, creen que la mejor manera de probar sus credenciales es defender las causas de otros grupos, incluso -a veces especialmente- aquéllas en conflicto con los intereses judíos.

--El énfasis de la elite de los judíos es a menudo librarse de ser identificada con la comunidad demostrando que es cosmopolita con una identidad universal, al ser la primera en pedir la disolución de toda lealtad a la comunidad y visualizando la encarnación de la identidad judía -Israel- como un impedimento para esos objetivos. Mientras que los antisemitas acusan a todos o a casi todos los judíos en posiciones de poder que persiguen un interés distintivamente judío, la verdad es exactamente lo contrario. Esto explica cómo los judíos de izquierda ensalzan el multiculturalismo y la autodeterminación de otros pueblos, inclusive cuando mantienen la actitud exactamente opuesta hacia su propio pueblo, decididos a demostrar que no son su propia gente.

El concepto de "auto-odio judío" es totalmente inútil en el contexto actual, cuando los radicales simplemente tienen una definición distinta de sí mismos, aunque sea tan destructiva como la sostenida por sus predecesores bolcheviques que en su mayoría terminaron siendo fusilados o encarcelados por Stalin. Como mínimo, al judío se le asigna el papel -en la frase del pro-stalinista Isaac Deutscher, el "judío no-judío"- de ser parte de una vanguardia revolucionaria, una de cuyas tareas es la disolución de los judíos, como pueblo y como religión.

--Por varios de los motivos enumerados anteriormente, muchos judíos, sobre todo en los puestos de élite, están ansiosos de probar sus credenciales criticando a su propio pueblo o a Israel. (¿Puede imaginar a cualquier otro grupo siendo constantemente presionado para hacer esto?) Ellos festejarán a sus enemigos y estarán encantados de mostrar su solidaridad por sus quejas. El concepto preciso de "hacer lo imposible por complacer" es el de un típico judío que simplemente no puede aplicarse a ninguna otra comunidad.

--El sionismo es una amenaza para la disolución de los judíos como pueblo, así como un problema para aquellos que se oponen a la idea de las naciones. Él socava el interés del judío de izquierda o del judío de elite en una docena de diferentes maneras. Esto explica por qué la oposición al nacionalismo judío es tan fuerte entre ellos y que lo haya sido por bastante más de un siglo.

--Algunas de las debilidades mencionadas arriba son balanceadas por un alto grado de activismo y energía, educación y articulación, demostrada por muchos judíos, sobre todo entre aquéllos que no pertenecen a la élite intelectual o de ideología de izquierda. La historia ha enseñado a los judíos que participar en política y en la discusión intelectual es una cuestión de supervivencia. Las cuestiones relacionadas con los judíos o con Israel son tan polémicas precisamente porque muchos judíos se defienden. No es que sólo los judíos (o Israel) esten siendo criticados, es que otros grupos y causas se dejan atropellar con muchas menos quejas. Una vez dicho esto, sin embargo, hay que agregar rápidamente que esto se aplica en gran medida a los tiempos históricos más recientes y, también, principalmente a Norteamérica y Australia, mucho menos a Europa, donde las comunidades judías son mucho más pasivas y a menudo están paralizadas por el miedo y el respeto.

--A partir de mediados del siglo XIX hasta 1945 el principal enemigo de los judíos estaba en la derecha política, no sólo en los fascistas sino también en los tradicionalistas, los partidarios de los nativos, cristianos reaccionarios y, en general, en los conservadores. En su conjunto, los judíos no son capaces de hacer la transición intelectual o política para entender que el principal enemigo en occidente proviene de la izquierda. Tampoco entienden que los cristianos, incluso los tradicionalistas, no son una amenaza grave, mientras que los extremistas islámicos lo son. A los que están en la derecha se los ve como cosacos, misioneros y nazis potenciales, un tema que la extrema izquierda sabe muy bien cómo explotar.

--Además, los judíos lograron en gran parte ser portadores de la modernidad en todos los aspectos desde la ciencia y la tecnología hasta las técnicas de comercialización y la innovación cultural. Al conservadurismo o tradicionalismo se lo ve, pues, como una amenaza a este patrón. Por supuesto, la asociación de los judíos con el modernismo (o el izquierdismo) ha sido la causa principal del antisemitismo en los tiempos modernos. Por ejemplo, el abrazo apasionado de la cultura alemana, las políticas liberales o de izquierda, y la vida económica -dándole su propia interpretación- fueron un factor primordial en el desarrollo de una base de masas para el antisemitismo nazi.

--Como se señaló anteriormente, los judíos quieren probar que son buenos ciudadanos, pero eso se ha interpretado -una vez que la asimilación cultural se ha logrado- como que son los que hacen una sociedad mejor, que ayudan a los pobres y oprimidos, quienes también son vistos como potenciales aliados en contra de las sospechosas elites. Este concepto se mantiene sin cambios aún cuando los judíos se han convertido en las partes clave de la élite.

La imaginación continúa alimentando una fantasía que tenía una base en la realidad de épocas pasadas, que hay una mezcla rica reaccionaria antisemita de aristócratas y capitalistas listos para atacar. O, al mismo tiempo, que las masas ignorantes manipuladas por los demagogos, pondrán en escena un pogromo, supuestamente hoy comenzando en un mitin del Tea Party. Es fácil burlarse de tales ideas, pero ellas están muy profundamente arraigadas en la psiquis de muchos judíos de occidente.

--Teniendo en cuenta estas premisas, ¿qué es lo que la mayoría de los judíos implícitamente creen que servirá para ellos actualmente? Demostrar que son tolerantes con el fin de obtener la tolerancia de los demás. Es sencillamente inimaginable para tal gente que los rabinos puedan manifestarse a favor de la creación de una mezquita (radical) cerca del lugar del ataque al World Trade Center aunque esa institución enseñará el odio sistemático hacia Israel y las doctrinas anti-judías. Al haber logrado persuadir a las sociedades occidentales que son buena gente, digna de un trato justo, ellos asumen que un éxito similar puede ser alcanzado con los árabes, musulmanes u otros varios grupos.

--No extraña, entonces, que un punto débil para los judíos ha sido enfrentar situaciones donde el odio hacia ellos y un esfuerzo para destruirlos como comunidad se han asociado con una retórica progresista aparentemente humanitaria. El comunismo, por supuesto, ha sido el último ejemplo hasta hace poco, una causa que atrajo a muchos judíos aunque fueran muertos o traicionados por él. Puesto que la historia de esta experiencia simplemente no se ha enseñado en todas partes, la mayoría no ha aprendido de ella. Esta historia debe ser contada principalmente por la relevancia que tiene con los paralelos contemporáneos.

--Por lo tanto, hay un abrumador temor histérico, tanto irracional como fuera de moda, por parte de la mayoría de los judíos (más evidente en Estados Unidos) como que parecieran comportarse o ser percibidos como reaccionarios. No existe un grupo contra el cual los gritos de "¡racista!" o "¡derechista" o "¡fascista!" es más efectivo. Sin embargo, no hay un miedo equivalente por ser visto como demasiado "progresista", una aceptación implícita (que no penetra en la mente consciente) de que al fantasma del antisemitismo de derecha ya no se lo toma en serio.

Sin embargo, ser ubicado en la posición de parecer reaccionario es visto no solamente como unirse al odiado enemigo (y por lo tanto traicionero), sino también como una invitación a la venganza de las "masas". Para decirlo sin rodeos, cuando a un judío se lo llama "racista" -y tal puede ser el castigo de la comunidad inclusive por el pecado de no votar por Barack Obama- eso no sólo significa unirse con los enemigos históricos de los judíos, sino también estremecerse por un supuesto ataque de los afroamericanos contra los judíos.

La explicación de gran parte de este complejo psicológico es que una comunidad que objetivamente es poderosa y acaudalada también es subjetivamente temerosa e insegura. Créase o no, esto es cierto. Al superar estos complejos de la diáspora (y al crear a los "judíos duros"), para esta gente Israel está de alguna forma traicionando lo que ellos entienden como el carácter judío. En algún nivel psicológico, un intelectual judío occidental de izquierda quiere que otros judíos sean víctimas de manera que, sin importar cuán rico o privilegiado sea, le sea posible invocar credenciales por ser una víctima noble entre la gente no occidental, no blanca o no rica.

Como resultado de estos factores, en general, los judíos de occidente no van a ganar con respecto a los puntos de vista conservadores, no importa qué argumentos se utilicen o qué lógica se invoque. Las reacciones de la historia y la propia imagen son simplemente demasiado fuertes. Se puede discutir sobre este punto, pero los judíos que lo hacen saben en su corazón que es verdad.

Sin embargo, lo que es posible es demostrar persuasiva y honestamente cómo la extrema izquierda contemporánea y el islamismo reaccionario radical son antiliberales y antidemocráticos por naturaleza. Destruyen la tolerancia de la sociedad a través de la cual los judíos se han beneficiado y expresan las tendencias dictatoriales. Tratan de destruir la religión y demonizar a la encarnación del pueblo judío, Israel. Ellos han convertido a una gran parte de esas instituciones responsables de proteger los valores liberales reales -la universidad y los medios de comunicación- en máquinas ideológicas para el adoctrinamiento de valores antidemocráticos y calumniadores de los intereses judíos. Son malos para los países a los que los judíos han dado su lealtad y los valores de la Ilustración, que los judíos, más que cualquier otro grupo en el mundo, han abrazado.

En otras palabras, los judíos no dejarán de ser en gran medida liberales, pero la supervivencia requiere ahora que se comprendan dos cosas.

En primer lugar, la amenaza a las instituciones y valores realmente liberales viene de ambos extremos del espectro político.

En segundo lugar, radicales y revolucionarios anti-democráticos pueden pretender ser liberales, lo mismo que hicieron los comunistas alguna vez cuando les convenía, pero nadie debe dejarse engañar por esta suplantación.

El que podría ser considerado el pueblo más adaptable en la historia del mundo, debe continuar adaptándose a las nuevas amenazas y condiciones cambiantes.

FUENTE:
RUBIN-JEWISH POLITICAL BEHAVIOR-10/08/10

Judíos ultraortodoxos visitan a Hamás-TARINGA

COMENTARIO:

Esta imagen es la que nos hace pensar que hay muchísimo más que lo que el autor nos puede explicar en este espacio. Hay dos mil años de razones por las que el judaísmo sobrevivió a tanta persecución, todas ellas se desbaratan ante el israelí de hoy al que no le hacen mella y que tiene una personalidad que no está contaminada con ese pasado.

Es realmente un hombre nuevo, es el nuevo-viejo judío, el que nunca olvidó qué era y qué quería seguir siendo. No le preocupan todas estas disquisiciones sobre el por qué todavía lo persiguen acosando a su estado, vive alegremente pero trabaja duro por un futuro mejor, busca la paz pero no baja la guardia. No es el pasado lo que lo condiciona de esa forma sino este presente, los atentados, las amenazas a su seguridad, los boicots de todo tipo de hoy, siempre el presente es lo que lo motoriza para producir más y mejor. Es culturalmente un ser pacífico obligado a combatir, pero lo acepta sin dudar, tiene en su cultura un bagaje inmenso, un libro, una historia lejana para él porque ha dejado atrás la necesidad de complacer para poder sobrevivir.

Por esto sólo Israel era necesario, para que el pueblo judío fuera, finalmente, libre.

Sin embargo, los que miramos desde afuera queremos saber, comprender qué pasa con Israel, con los judíos de la diáspora, con los judíos religiosos, con los ultraortodoxos, con los occidentales que no defienden a uno de los suyos y que vuelcan su dinero y sus simpatías a una cultura primitiva aún vigente. Que menean el eslogan "Derechos Humanos" para todos menos los que corresponden a Israel, que ayudan a una pequeña fracción de esta humanidad necesitada como si la única explicación es que su enemigo es Israel y se olvidan de millones de seres que sufren y que no la usarían para armarse contra un enemigo inventado.

Todo lo que estamos presenciando es tan incomprensible y confuso que nos mueve a tratar de saber, y cuanto más aprendemos menos podemos entender qué nos está pasando que seguimos atribuyéndole culpas a un pueblo muy especial, tan especial que sigue sobreviviendo a pesar de nosotros.

Tengo la impresión que deberíamos aprender de ellos cómo preservar nuestra cultura y valores, ellos pudieron, no sé si nosotros estamos siendo capaces de defender los nuestros.

ANA

2 comentarios:

  1. Impresionante!
    Rubin explica en un artìculo 200 años de historia judìa. (Desde la Emancipaciòn hasta el dìa de hoy). Enseña la falsedad de movimientos "libertarios" actuales quienes tienen una doble manera manera de juzgar (una para el Estado de Israel y otra para el resto del mundo) Hace casi 40 años que soy ciudadano israelì. Nunca pude explicarme el antisionismo de judìos de izquierda, hasta el dìa de hoy. El comentario de la dueña del blog es tan certero que no puedo mas que agregar una palabra: Bravo!
    Akiva-Jerusalem, Ciudad Capital

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  2. El poder de síntesis del Prof Rubin es envidiable, un tema extremadamente complejo inclusive para los entendidos, sean o no judíos. La historia de un pueblo que sobrevivió cuando otros desaparecieron, cómo lo hicieron, cómo fueron adaptándose a la circunstancia de cada época sin abandonar su identidad. Cómo casi exterminados lograron regresar y revivir su idioma en un mundo moderno, enriqueciéndolo. Desentrañar el misterio de los cambios en sus posiciones políticas, sin perder su esencia en la lucha por un mundo mejor, más justo y moral. De bolcheviques a lo que hoy representa su país, un imán que atrae a los capitales del mundo. La capacidad de cambiar y adaptarse a las nuevas situaciones resolviendo los nuevos desafíos es una de las definiciones de la inteligencia, y los define como un pueblo no mejor ni más inteligente sino mejor orientado por el bagaje de su historia, donde está el código moral que el cristianismo heredó y más recientemente por una dirigencia que sale del paso solucionando los problemas de la mejor manera posible. Nada le es fácil, pero sigue adelante haciéndonos casi creer que los milagros existen. Gracias Akiva.

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