sábado, 14 de agosto de 2010

649 - IMANES REZANDO EN CAMPOS DE EXTERMINIO


AT THE DEATH CAMPS, MUSLIM LEADERS GRAPPLE WITH JEWS´ PAIN (ESPAÑOL)

EN LOS CAMPOS DE EXTERMINIO, LOS LÍDERES MUSULMANES LIDIAN EN SU CONCIENCIA CON EL DOLOR DE LOS JUDÍOS

Por A. J. GOLDMANN


FOTOS: A. J. GOLDMANN

Oraciones y Aprendizaje: Delegados musulmanes cantan sus oraciones de la tarde ante el monumento principal de Dachau, durante una visita de líderes musulmanes norteamericanos a los campos de concentración nazis.
Max Mannheimer, 90, quien sobrevivió a Auschwitz y Dachau, muestra a los delegados el número impreso en su brazo cuando cuenta su experiencia durante la guerra.


(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

Cracovia, Polonia. Había sido un perfecto día de verano en el campo de concentración de Dachau. El cielo despejado y la brisa agradable casi parecían ofensivas. Y allí, bajo el monumento principal, una escultura de bronce de cuerpos retorcidos entrelazados en alambre de púas, fue un espectáculo poco común: un grupo de líderes musulmanes se postraron en oración.

Al final del servicio, el líder del rezo Muzammil Siddiqi, imán de la Sociedad Islámica de Orange County, California, ofreció una oración adicional: "Rogamos a Dios que esto no vuelva a pasar nunca más con el pueblo judío ni con ningún otro pueblo."

Siddiqi fue uno de los ocho líderes musulmanes norteamericanos en un viaje de estudios a Dachau y Auschwitz, que fue co-patrocinado por un experto alemán y el Centro para el Entendimiento Interreligioso, un grupo basado en el diálogo interreligioso de Nueva Jersey. El único miembro mujer fue Laila Mohamed, hija del difunto líder musulmán estadounidense W. D. Muhammad y nieta de Elijah Muhammad, difunto líder de la Nación del Islam.

La excursión se desarrolló en agosto.

Del 8 al 10 de agosto fue la reunión a la que el mismo gobierno de EE.UU. le dio gran importancia. Acompañando al grupo había varios funcionarios del gobierno, incluyendo a Hannah Rosenthal, enviada especial del Departamento de Estado para monitorear y combatir el antisemitismo, y Rashad Hussein, el enviado especial de la Organización de la Conferencia Islámica (OIC).

El inusual viaje fue creación de Marshall Breger, un judío ortodoxo y republicano, que sirvió como alto funcionario en las administraciones de Ronald Reagan y George H. W. Bush. Breger, quien llevaba su kipá en cada etapa del viaje, dijo que tuvo la idea de organizar la expedición el año pasado, mientras se encontraba en Israel durante la visita del Papa Benedicto XVI. La describió simplemente como una especie de inspiración inesperada.

"Existe la idea de que hay un creciente antisemitismo en el mundo musulmán, reforzada por gente como el presidente [Mahmud] Ahmadineyad, que hay un aumento de la negación del Holocausto en el mundo musulmán", explicó Breger, ahora un profesor de derecho en la Universidad Católica. "En vista de ello, la idea era ofrecer educación a los que no podrían tener el tipo de conocimiento que nosotros hemos tenido acerca de la Segunda Guerra Mundial y la comunidad judía, y hacer esto de manera pública."

Es imposible saber cuál será, a largo plazo, el impacto que tendrá un viaje así. Pero si las observaciones sinceras de los participantes del viaje -entre ellos algunos con antecedentes de haber hecho declaraciones anteriores que muchos judíos ven como algo problemáticas- sirven de guía, Breger no subestima el valor de la experiencia directa en promover la educación, la comprensión e incluso, tal vez, el cambio.

Entre otros acontecimientos, Mohamed Magid, imán y director ejecutivo de la Sociedad Musulmana All Dulles Area (ADAMS), una mega mezquita en el área de Washington que atiende a más de 5.000 familias, está preparando un artículo sobre la negación del Holocausto para "Islamic Horizons", la revista publicada por la Sociedad Islámica de Norteamérica. "Ningún musulmán en su sano juicio, hombre o mujer, debería negar el Holocausto", dijo el líder musulmán, originario de Sudán. "Cuando usted recorre el camino de las personas que fueron llevadas para ser gaseadas, para ser asesinadas, ¿cómo puede una persona negar la evidencia física, algo que está fuera de toda duda?"

Breger relató que había apelado a numerosas organizaciones judías por ayuda financiera, sin suerte, cuando él pensó en hacer del viaje una realidad. Pero la Fundación Konrad Adenauer, una organización de expertos afiliada a la Unión Cristiana Democrática de Alemania, estuvo de acuerdo casi inmediatamente después de haber sido abordada.

Los delegados fueron ubicados en hoteles de cinco estrellas, y degustaron delicias alemanas y polacas en una serie de restaurantes de categoría. Pero el viaje fue penoso física y emocionalmente. La experiencia de lenguado fresco a la parrilla seguida por una visita a los crematorios sólo se agregó a la frecuente sensación de una perturbación discordante.

El lunes 9 de agosto los delegados se reunieron en Munich y viajaron a la cercana Dachau. Allí se encontraron con Max Mannheimer, un sobreviviente de Auschwitz y Dachau, antes de ser guiados a través del campamento. La visita a Auschwitz y a Birkenau dos días más tarde, incluyó una reunión con Guillermo Brasse, un sobreviviente no judío de Auschwitz que tomó fotografías para los nazis en el interior del campo, incluyendo algunas para Josef Mengele.

El nivel de conocimiento sobre el Holocausto de los delegados, antes del viaje, parecía ser bastante bajo. Algunos habían leído sobre él en Internet, mientras que otros habían visto películas que describían los horrores del período nazi. Pero ninguno era un experto en el tema. Algunos estaban visiblemente alterados por lo que vieron. Los delegados parecían estar especialmente afectados al ver el número tatuado por los nazis en el brazo de Mannheimer. Le preguntaron cosas como: "¿Vio a algún miembro de su familia que fuera asesinado?" y, "¿Cuándo se enteró de los hornos crematorios?." A medida que recorrían los sitios, hacían preguntas que no parecían tener un matiz de escepticismo, sino que se hacían con indignación y un deseo de entender.

"Todos estos imanes tienen miembros importantes en las comunidades musulmanas de Norteamérica como reconocidos estudiosos del derecho, gente con mega-mezquitas, con programas de radio, gente en la web, personas que llegan a los jóvenes", señaló Breger. Dijo que la comunidad judía, por el contrario, a menudo busca colaborar con musulmanes que cumplen con los criterios especificados, pero que no tienen grandes distritos electorales.

De hecho, no era difícil imaginar que algunos de los delegados musulmanes podían ser considerados como candidatos imperfectos para el diálogo, de parte de judíos desconfiados de los debates con aquéllos que ven como islamistas o como propensos a tener puntos de vista extremistas.

Siddiqi, quien también ocupa el cargo de presidente del Consejo Fiqh de Norteamérica, un órgano que interpreta la ley religiosa, ha llamado la atención por emitir una Fatwa contra los atentados suicidas. Al mismo tiempo, ha sido criticado por fallar en no denunciar a grupos tales como Hezbollah y Hamás.

Once meses antes del ataque del 11 de septiembre contra el World Trade Center, Siddiqi también dio un discurso que desde entonces los críticos han utilizado para asediarlo: "Norteamérica tiene que aprender, si uno se queda del lado de la injusticia, vendrá la ira de Dios. ¿Lo recuerdan? Si se continúa cometiendo injusticias, vendrá la ira de Dios."

Sin embargo, pocas semanas después de 9/11, condenó enérgicamente el ataque, más notablemente en una reunión de oración interreligiosa con el presidente Bush en Washington.

Además de dirigir la oración en Dachau, Siddiqi habló en la ceremonia de la colocación de una corona en el Muro de la Muerte en Auschwitz-Birkenau, citando un verso del Corán (similar al adagio judío) que dice que el que mata a una persona mata a toda la humanidad.

Más tarde, ese mismo día, durante una audiencia con el arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, Siddiqi fue aún más contundente. "Hemos venido aquí para dar testimonio del lugar donde se cometieron los más horribles crímenes", dijo. "Hemos venido aquí para comprender el dolor de la comunidad judía. Esto es con el fin de mejorar nuestras relaciones, porque no se las puede construir con personas a menos que se sepa por lo que han pasado ", dijo.

Después de volar a Cracovia, los delegados fueron llevados a Auschwitz, a sólo una hora de distancia. Se reunieron con uno de los directores del museo antes de la visita guiada. En Auschwitz-Birkenau, vieron el acopio de maletas, zapatos y cabello humano, así como la única cámara de gas restante y el crematorio. Después de entrar en la vasta extensión de Auschwitz II-Birkenau, se trasladaron a las barracas de hombres y siguieron las vías del tren desde la "Judenrampe" (una rampa donde los judíos desembarcaban de los trenes y en la que se seleccionaba quienes irían a las cámaras de gas o enviados a trabajar) a las ruinas de las cámaras de gas y el crematorio, mientras el sol del mediodía caía a plomo sobre sus cabezas.

Al salir del crematorio de Auschwitz-Birkenau, los delegados firmaron un libro de visitas. Una de las inscripciones, de Sayyid M. Syeed, un activista de las relaciones interreligiosas, decía: "Para los musulmanes ver el Holocausto es una experiencia abrumadora." Siguió citando un versículo del Corán que dice que aunque el hombre fue creado por Dios de manera excelente, es capaz de convertirse en el más bajo de los bajos.

Al dirigirse al gran rabino de Polonia, Michael Schudrich, en una cena el 10 de agosto, Syeed consideró al viaje especialmente valioso "para algunos de nosotros con antecedentes de tener muy poca información que nos haya sido proporcionada en nuestra escuela y durante nuestra vida."

El enviado Hussain que, como Rosenthal, asistía con carácter oficial, vio el viaje como una continuación de la visita del presidente Obama del año pasado a El Cairo, donde él directamente abordó la cuestión de la negación del Holocausto. "En la medida en que algunas de las personas con las que me relaciono hacen preguntas, es muy importante para mí aclarar que he estado aquí y he visto el horror", explicó.

Si, y cómo, esos nobles sentimientos pueden ser implementados está por verse. En varios momentos durante el viaje se invocó el conflicto palestino-israelí, así como la percepción de la relación entre el Holocausto y la creación del Estado de Israel, que a menudo hace que el mismo Holocausto sea un tema difícil en el mundo musulmán. Algunos reconocieron que esto plantea un obstáculo potencial al reconocimiento generalizado del Holocausto en su propia comunidad.

En algunos de sus más sensibles debates, varios delegados lidiaron con el problema de cómo presentar la verdad del Holocausto de una forma que fuera aceptado y tomado seriamente por sus feligreses. Breger, al citar la necesidad de que los participantes hablaran con libertad el uno al otro sobre esto, promovió estos intercambios extraoficialmente. Pero en líneas generales, una sugerencia fue que el reconocimiento del Holocausto por parte de los musulmanes debería ser seguido por iniciativas similares del lado judío, para reconocer el sufrimiento palestino y el papel que jugaba en esto la fundación de Israel y las políticas posteriores del país.

El miembro más joven de la delegación fue Yasir Qadhi, 35, decano de los académicos en el instituto Al Maghrib, en New Haven, Conn. Él también tiene llegada a los musulmanes de todo el mundo a través de charlas por Internet. Podría decirse que Qadhi fue el miembro más controvertido de la delegación, debido a los comentarios que hiciera hace casi una década cuando polemizó sobre el plan de Hitler para exterminar a judíos.

Desde entonces Qadhi se retractó, tanto oralmente como por escrito, y explicó que las falsas afirmaciones provenían de su ignorancia. "El hecho de que yo estuve en un determinado entorno y en una cierta cultura [donde] se me enseñó esto, no me exime," me dijo Qadhi, al agregar que estuvo cercano a ´Los Protocolos de los Sabios de Sión´ durante sus estudios en Medina, la ciudad santa musulmana en Arabia Saudita." "Es por eso que me sentí muy feliz de hacer este viaje, porque quería ver por mí mismo lo equivocado que estaba."

"Cualquiera que sea un negador del Holocausto debería merecer una entrada gratis para ver Auschwitz y Birkenau, porque ver no es lo mismo que leer sobre el tema. Y nos encontramos con personas que lo han visto y atestiguado", continuó. Qadhi, dijo que no podía asomarse a las exhibiciones de los juguetes de los niños y los zapatos sin pensar en sus cuatro hijos.

Suhaib Webb, un imán de Santa Clara de la Bay Area, era el segundo miembro más joven de la delegación, con 38 años. Un converso al Islam, se crió en un hogar cristiano de blancos en Oklahoma y probablemente tuvo la mayor cercanía al Holocausto que cualquiera de los participantes musulmanes. Sin embargo, después de caminar alrededor de Auschwitz, con lágrimas en los ojos, dijo, "Fue mucho peor de lo que imaginaba."

En el viaje de vuelta a Cracovia, Webb y Magid de la Sociedad Musulmana de All Dulles Area conversaron sobre la posibilidad de llevar a estudiantes musulmanes y judíos en una gira por Auschwitz y Bosnia, en particular a Srebrenica, el sitio del genocidio de 1995 de 8.000 musulmanes bosnios. "Queremos traer a los jóvenes, hacerlos pasar por esto para que se conviertan en embajadores contra el genocidio y la gente deshumanizante", explicó Magid.

"Tenemos un relato para compartir que a veces se pierde en todos los problemas políticos que tenemos", dijo Webb, citando los ejemplos del siglo XX de judíos y musulmanes ayudándose entre sí en tiempos de genocidio. Señaló que hubo musulmanes que ayudaron a rescatar judíos durante el Holocausto. Más recientemente, las organizaciones judías ayudaron a ejercer presión para que se levantara el embargo de armas durante la crisis de Bosnia.

Mientras se hacía eco de esos sentimientos, Qadhi subrayó la importancia de que judíos y musulmanes comprendieran y reconocieran sus mutuos relatos de sufrimiento. "No se puede negar que tenemos problemas de los que tenemos que hablar, pero deshumanizar al otro no va a resolver nuestros problemas. Espero que ambas partes, musulmanes y judíos, podamos superar los estereotipos que cada uno tiene del otro. Si nos mantenemos unidos, ya no seremos más una minoría. Pero si seguimos siendo minorías que tratan de hacer un estereotipo de otras minorías, entonces estaremos perdidos ", concluyó.

FUENTE:
FORWARD-DEATH CAMPS-11/08/10

FUENTE: HILLEL FENDEL-TEARS AT AUSCHWITZ

COMENTARIO:

Cuando se filmó la película "La lista de Schindler", en el terreno de los hechos, se logró un clima tan real y denso que los que participaron en ella declararon que sólo querían terminarla y huir de allí. Esta debe haber sido la sensación de los que hicieron este viaje al horror. La experiencia cambia las ideas preconcebidas y se produce una ruptura, una crisis que nos conduce más rápidamente hacia la verdad.

Este tipo de emprendimientos -de acercar a las personas- es un paso adelante, sobre todo como en este caso, cuando los que participaron tienen feligreses que creerán lo que puedan contarles, son personas influyentes con una comunidad que los sigue y escucha.

El genocidio de los judíos nunca podrá ser entendido, lo mismo que todos los otros que han ocurrido en la historia y los que existen actualmente, es imposible pensar que un ser humano pueda ejercer un poder letal sobre otros de una forma metódica desprovisto de toda compasión.

Pero todo comienza por deshumanizar al otro, así empezó en Europa y está ocurriendo en los territorios palestinos donde se enseña que los judíos son "cerdos y monos". Entonces no debe sorprender que los israelíes tengan una aversión y también desconfianza por los palestinos. Esto es lo que ocurre entre Israel y sus vecinos. De lo que podemos deducir que todo podría cambiarse con la educación y eso no es lo que hacen los dirigentes palestinos. Su visión de las relaciones en el terreno es el enfrentamiento, no la comprensión del "otro". Y ellos son los que influyen sobre su gente, así como los miembros de esta delegación influyen sobre sus adeptos. Esta es la diferencia que debemos tener en cuenta.

Porque esta delegación de musulmanes son gente occidentalizada, los musulmanes norteamericanos no actúan ni piensan como los que viven en países musulmanes, y si bien se sienten parte de esa nación, ya no podrían vivir en esos países. Lo mismo pasó con los negros norteamericanos que pretendieron volver a África, ya no eran africanos, eran norteamericanos de ascendencia africana, pero con otra cultura diferente a la que encontraron y debieron volver. Esto también puede aplicarse a los judíos que intentaron adaptarse a Israel y no lo lograron. Los hábitos, las costumbres, la cultura con la que se ha vivido toda la vida suele ser una barrera infranqueable.

Me quedo con la última frase del artículo, ambos pueblos son una minoría fuera de los países árabes y fuera de Israel, si pueden verse de esa forma se ayudarán y dejarán de serlo, porque si bien los musulmanes no tuvieron un holocausto total como los judíos (sólo parcial en Kosovo), también han sufrido algún tipo de discriminación en occidente. Los judíos no logran mejorar su imagen pública, el prejuicio subsiste. Los musulmanes están en camino de ser cada vez más discriminados por las acciones de los fanáticos que se les están imponiendo a través del terror.

Esto ya está ocurriendo en Europa, donde los inmigrantes han llevado su cultura y no se han integrado, no es lo mismo en Estados Unidos, están más lejos y la inmigración no es masiva.

La educación y la interacción entre personas, cualquiera sea su cultura y credo, todos respetándose y obedeciendo la ley que debe ser igual para todos, es el único camino para una humanidad que debe cobijarse bajo el manto protector de los derechos humanos y de la compasión por el otro.

ANA

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