domingo, 10 de mayo de 2009

345 - LA RELACIÓN ACTUAL ISRAEL-EE.UU.


LUZ VERDE DE OBAMA PARA ATACAR A IRÁN


(Obama's green light to attack Iran)

Por CAROLINE GLICK



La inoperancia de los grandes en acción


(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

Vientos árticos soplan desde Washington hacia Jerusalén en estos días. En tanto se aproxima rápidamente la visita del 18 de mayo del Primer Ministro Binyamin Netanyahu a Washington, la administración de Obama incrementa su retórica anti-israelí y trabaja febrilmente para acorralar a Israel.

Usando la conferencia anual de AIPAC como telón de fondo, la administración de Obama lanzó esta semana su ataque más duro contra Israel hasta la fecha. Comenzó con los informes de los medios cuando el Consejero de Seguridad Nacional James Jones le dijo a un ministro de Asuntos Exteriores europeo que EE.UU. está planeando construir una coalición anti-israelí con los árabes y Europa para obligar a Israel a entregar Judea, Samaria y Jerusalén a los palestinos.

Según Haaretz, Jones fue citado en un cable clasificado del Ministerio de Relaciones Exteriores como habiéndole dicho a su interlocutor europeo, "La nueva administración convencerá a Israel a comprometerse sobre la cuestión palestina. No empujaremos a Israel bajo las ruedas de un autobús pero seremos más contundentes hacia Israel que lo que fuimos bajo Bush."

Entonces explicó que EE.UU, la Unión Europea y los estados árabes moderados deben determinar juntos cómo será "una solución final" satisfactoria.

En cuanto a Jones, él cree que Israel debe ser excluido de esas conversaciones y simplemente se le deberá presentar un hecho consumado que estará obligado a aceptar.

Los sucesos de esta semana demostraron que la declaración de Jones fue una precisa representación de la política de la administración. En primer lugar, el mediador del Cuarteto, Tony Blair, anunció que en un plazo de seis semanas EE.UU, la Unión Europea, la ONU y Rusia presentarán un nuevo marco para el establecimiento de un estado Palestino. Hablando con los periodistas palestinos el miércoles, Blair dijo que este nuevo marco será una iniciativa seria, ya que "se está trabajando en el más alto nivel de la administración americana."

Además, esta semana nos enteramos que la administración está tratando que los mismos árabes escriban el nuevo plan del Cuarteto. La sede en Londres del diario pan-árabe Al-Quds al-Arabi informó el martes que actuando en nombre de Obama, el rey de Jordania Abdullah urgió a la Liga Árabe a actualizar el así llamado plan de paz árabe del 2002. Ese plan, que pide a Israel retirarse de Jerusalén, Judea, Samaria y los Altos del Golán y a aceptar a millones de árabes extranjeros como ciudadanos como parte del llamado "derecho de retorno" a cambio de relaciones "naturales" con el mundo árabe, ha sido rechazado por sucesivos gobiernos israelíes como un subterfugio diplomático cuyo objetivo es la destrucción de Israel.

Con la aceptación de millones de los así llamados "refugiados palestinos", Israel dejaría de ser efectivamente un estado judío. Achicándose hasta la línea de armisticio de 1949, Israel no podría defenderse contra la invasión extranjera. Y puesto que "las relaciones naturales" es una expresión sin sentido, tanto en el discurso jurídico internacional como en el discurso diplomático, Israel habría cometido suicidio nacional por nada.

Para que el plan sea menos objetado por Israel, al parecer Abdullah pidió a sus hermanos árabes no hacer referencia a los así llamados "refugiados árabes" del plan y acordar relaciones "normales" en lugar de "naturales" con el estado judío. Según el informe, se espera que el Presidente egipcio Hosni Mubarak presente a Obama los cambios en el plan durante su reunión en Washington a finales de este mes. El plan revisado se suponía que iba a constituir la base para el nuevo plan del cuarteto al que Blair se refirió.

Pero los árabes no habrían hecho nada con él. El miércoles, tanto el Secretario General de la Liga Árabe Amr Moussa, como el líder de Fatah Mahmoud Abbas anunciaron que se oponen a la iniciativa. El jueves, Siria rechazó hacer cualquier cambio en el documento.

Nada podía importarle menos a la administración. Palestinos y árabes no son más que actores de segunda en su política de Medio Oriente. En lo que a la administración de Obama se refiere, Israel es el único obstáculo para la paz.

Para asegurarse que Israel entiende este punto central, el Vice Presidente Joseph Biden utilizó su aparición en la conferencia de AIPAC para hacerla suya. Como dejó claro Biden, EE.UU. no respeta ni apoya el derecho de Israel como estado soberano a determinar sus propias políticas para asegurar sus intereses nacionales. En las palabras de Biden, "Israel tiene que trabajar hacia una solución de dos estados. No les va a gustar que yo diga esto, pero no deben construir más asentamientos, deben desmantelar los puestos avanzados y deben permitir a los palestinos la libertad de circulación".

Para Israel, el principal evento de la semana se suponía que iba a ser la reunión del Presidente Shimon Peres con Obama el martes. A Peres se le encargó la tarea de calmar las aguas antes de la visita de Netanyahu. Se esperaba que él podría introducir un tono más igualitario en las relaciones EE.UU.-Israel.

Lo que Israel no contó fue con la humillante recepción que Peres recibió de Obama. Impidiendo a todos los medios de comunicación que cubrieran el evento, Obama transformó lo que se suponía era una visita amistosa de un respetado y amistoso jefe de Estado, en un encuentro por la puerta trasera con un invitado no deseado, que fue silenciado en y fuera de la Casa Blanca sin un sonido.

El rudo intento de la Casa Blanca de Obama de obligar a Israel a hacerse cargo de toda la culpa por la hostilidad del mundo árabe hacia ella, no es la única manera de que se tome a Israel como chivo expiatorio de los males de la región.

En su intento de abrir relaciones diplomáticas directas con Irán, Obama y sus asesores también están culpando a Israel por el programa nuclear de Irán. Ellos están haciendo esto directa e indirectamente.

Como el Jefe de Gabinete Rahm Emmanuel dejó en claro en su exposición informativa a puertas cerradas a los altos funcionarios de AIPAC esta semana, la administración hace responsable indirectamente a Israel por el programa nuclear de Irán. Lo hace alegando que la negativa de Israel a ceder sus tierras a los palestinos es lo que hace imposible que el mundo árabe apoye para que se evite que Irán obtenga armas nucleares.

Algo inconveniente para la administración, los propios árabes rechazan esta premisa. Esta semana el secretario de Defensa estadounidense Robert Gates visitó la zona del Golfo Pérsico y Egipto para calmar los temores de los árabes causados por los desesperados intentos de la administración en apaciguar a los mulás, para que no resulten en detrimento de sus intereses de seguridad. Asimismo, trató de obtener su apoyo al plan de la administración para presentar un nuevo plan de paz dirigido a aislar y presionar a Israel.

Después de reunirse con Gates, Amr Moussa -que se ha distinguido a sí mismo como uno de los más incisivos críticos de Israel- dijo categóricamente: "La cuestión de Irán debe ser independiente del conflicto árabe-israelí".

Así como la administración es inamovible ante hechos objetivos que exponen como una locura su devoción al pensamiento único de la noción que Israel es responsable por la falta de paz en el Oriente Medio, así es el rechazo árabe por su opinión de que debe culparse a Israel por el programa nuclear de Irán, lo que simplemente los ha impulsado a intensificar sus ataques contra Israel. Esta semana se abrió una nueva campaña de culpar a Israel directamente -a través de su presunto arsenal nuclear- por las ambiciones nucleares de Irán.

Hablando en un foro de la ONU, la Subsecretaria de Estado de EE.UU, Rosa Gottemoeller dijo: "La adhesión universal al mismo TNP [Tratado de No Proliferación Nuclear], incluidos India, Israel, Pakistán y Corea del Norte... sigue siendo un objetivo fundamental de Estados Unidos".

Como Eli Lake del "The Washington Times" demostró convincentemente, por hablar como lo hizo, ella efectivamente suprimió un entendimiento de 40 años por el que Estados Unidos se mantendría en silencio sobre el programa nuclear de Israel, porque entendía que era defensivo, no ofensivo, en su naturaleza. Al hacerlo, Gottemoeller legitima el reclamo de Irán que no se puede esperar que suspenda su intento de obtener armas nucleares mientras Israel las posee. Ella también borró cualquier distinción entre las armas nucleares en manos de EE.UU. y de aliados de los Estados democráticos y las armas nucleares en manos de los enemigos de EE.UU. y de estados terroristas.

Los medios de comunicación israelíes están en gran medida elaborando la historia del creciente y ya sin precedentes antagonismo de Estados Unidos hacia Israel como un desafío diplomático de Netanyahu. Para responder a este reto, se argumenta que Netanyahu debe ir a Washington en 10 días, con un atractivo plan de paz que pueda ganar en la Casa Blanca. Pero esta es una falsa interpretación de lo que está sucediendo.

Inclusive Ethan Bronner, del "The New York Times", señaló esta semana que la política de Obama para Medio Oriente no se basa en hechos. Si así fuera, la llamada "solución de dos Estados", que ha fracasado en repetidas ocasiones desde 1993, no sería su pieza central. La política de Obama para Medio Oriente se basa en ideología no en la realidad. Por lo tanto, es inmune a la argumentación racional.

El hecho de que si Irán obtiene armas nucleares, todas las posibilidades de paz entre Israel y los palestinos e Israel y el mundo árabe van a desaparecer, no es de interés para Obama y sus asesores. A ellos no les importa que el día después que el maestro-del-terror de Hamás, Khaled Mashaal, le dijo a "The New York Times" que Hamás estaba suspendiendo sus ataques contra Israel desde Gaza, el régimen de terror controlado por Irán se acreditó varios disparos de cohetes desde Gaza contra objetivos civiles israelíes. La administración aún pretende darle a Gaza 900 millones de dólares de los fondos de los contribuyentes estadounidenses y todavía exige que Israel dé su tierra a un gobierno de Hamas-Fatah.

Independientemente del peso de los argumentos de Netanyahu, y sin tener en cuenta la racionabilidad de cualquier iniciativa diplomática que le presente a Obama, él no puede esperar la simpatía o el apoyo de la Casa Blanca.

En consecuencia, por la importancia operacional de las posiciones anti-Israel de la administración, Israel no será bien atendido si adoptara una postura más flexible hacia los palestinos ni hacia Irán. De hecho, perversamente, lo que el tratamiento de la administración de Obama hacia Israel debe hacerle ver claramente al Gobierno de Netanyahu es que Israel ya no debería tener en cuenta los puntos de vista de Washington, puesto que toma sus decisiones acerca de cómo hacer avanzar sus intereses de seguridad nacional. Esto es particularmente cierto en relación con el programa nuclear de Irán.

Racionalmente hablando, la única forma en que la administración de Obama podría razonablemente esperar disuadir a Israel de atacar las instalaciones nucleares de Irán sería si pudiera hacer que el costo para Israel de atacar fuera más alto que el costo de no atacarlo. Pero lo que el comportamiento de la administración de Obama está demostrando es que no hay diferencia significativa en los costos de las dos opciones.

Al culpar a Israel por la falta de paz en el Oriente Medio mientras ignora la negativa de los palestinos a aceptar el derecho de Israel a existir; mientras trata de construir una coalición internacional con Europa y los árabes contra Israel disimulando el hecho de que los árabes, al menos, comparten las preocupaciones de Israel con respecto a Irán; al exponer el arsenal nuclear de Israel y presionar a Israel a desarmarse y mientras tanto corteja a los ayatolas como un novio súper-ansioso, la administración de Obama está diciendo que, independientemente de lo que hace, y cuan objetiva sea la realidad, en lo concerniente a la Casa Blanca, Israel es el culpable.

Esto, por supuesto, no significa que Netanyahu no deba presentar su caso a Obama cuando se reúnan y al pueblo norteamericano durante su visita a EE.UU. Lo que sí significa es que Netanyahu no debería tener ninguna expectativa de que la buena voluntad de Israel pueda desviar el curso que Obama ha elegido. Y de nuevo, esto nos dice dos cosas: las relaciones de Israel con los EE.UU. durante el mandato de Obama en el cargo será desagradable y difícil, y que el daño que Israel causará a esa relación al impedir que Irán obtenga los medios para destruir será insignificante.

FUENTE: JERUSALEM POST
caroline@carolineglick.com

COMENTARIO:

Este artículo asusta y entristece, por este camino no habrá paz en la región, no creo que ceder ante las demandas del terrorismo sea una solución, nunca lo ha sido. Pensar que un estado palestino en estas condiciones puede ser positivo es demencial, nada de lo que propone Obama y sus consejeros va a resultar positivo si es que Israel lo aceptara. Para que fuera exitoso alguien debería hacerse cargo del control de una población que pretende lo que nunca obtendrá, la destrucción del Estado de Israel. Y por allí debería encararse el problema, mientras nadie lo haga Israel está obligado a asumir esa tarea. Resulta increíble que no se vea qué ocurriría si Israel se debilitara, si no pudiera defenderse como hasta ahora. ¿Quien va a asumir la responsabilidad esta vez?

Por otra parte, pensar que Irán dejaría de pretender obtener armas nucleares porque el resto se desarme es bastante ingenuo, nadie temió que Israel las tuviera si es que las tiene, nadie se preocupó, pero ahora todo el mundo árabe sabe que el riesgo es real si Irán se convirtiera en una potencia nuclear. Todo lo que se dice acá que intenta hacer la administración de Obama me suena a infantil y poco serio. ¿Qué se hizo de la gente con un poco de sentido común en Estados Unidos?

Hay cosas que no se entienden y hay cosas que particularmente duelen, Shimon Peres colaboró en la creación de un Estado exitoso y democrático en medio de un mundo que se esfuerza no en progresar sino en volver atrás. Obama tiene cuatro meses en el cargo, a él sí debería haberle hecho una reverencia. Un mundo al revés, eso es lo que estamos presenciando.

2 comentarios:

  1. Lo que he leído es una trama orquestada para que Israel desaparezca del mapa, si esto es cierto y los planes siguen adelante espero que los países europeos se opongan con firmeza.
    Estamos en un mundo desconocido, un mundo que intenta doblegar a los ciudadanos y aniquilar la libertad, un mundo ruin que solo se mueve por intereses, lo que mas duele es la herencia que recibirán las próximas generaciones.
    Saludos

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  2. Hola Monmar: Si, uno se resiste a creer que políticas tan simplonas pueden haberse pensado para solucionar un problema tan complejo, pero es lo que se repite en la historia, por eso cada día estamos peor. Los americanos han demostrado ser políticamente cretinos y lo peor es que actúan como si supieran... así les va... No hay aliados por convicciones compartidas, sólo compañeros de ruta. Estados Unidos quiere terminar con el terrorismo afuera para asegurarse la paz adentro, ja! (y continuar con sus negocios por doquier) y cree que sacrificando a su mejor aliado en ese sentido lo conseguirá. Es difícil de entender y mucho más difícil para Israel aceptarlo, cada vez que cedió fue para peor, habrá que esperar y ver cómo maneja esta nueva situación. Cuesta mucho analizar la situación tal cómo se presenta y mantener la calma... Saludos.

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