lunes, 25 de mayo de 2009

359 - MEDIO ORIENTE: PROTAGONISTAS Y PARTIQUINOS


EL PROCESO DE PAZ PALESTINO COMO TEATRO POLÍTICO:

NO SUBESTIMAR LA ESTRATEGIA DE NETANYAHU

Por George Friedman of Stratfor



(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

Una de las propuestas más importantes del Primer Ministro Benjamin Netanyahu es tratar los reclamos del Presidente americano Barack Obama para reformar el proceso de paz. Si le creyéramos al Presidente Shimon Peres, Netanyahu no retrocederá con respecto a la fórmula de los dos estados. En cambio, el primer ministro israelí está pidiendo que varios de los estados árabes interesados se involucren directamente en las negociaciones. En otras palabras, Netanyahu está proponiendo que participen los estados árabes con posiciones privadas y públicas muy diferentes sobre un estado palestino, de modo de obligarlos a que se conozcan públicamente sus verdaderas posiciones para crear finalmente una crisis política interna en los estados árabes.

Lo ingenioso acerca de esta posición es que Netanyahu no sólo sabe que su pedido no será posible sino que de verdad él no quiere que se convierta en realidad. La estabilidad política de Jordania, Arabia Saudita y Egipto es de interés tanto para Israel como para Estados Unidos. De hecho, Israel quiere inclusive una Siria estable, puesto que cualquier cosa que venga después del régimen alawita de Damasco será mucho más peligrosa para la seguridad de Israel que el actual régimen sirio.

Por encima de todo Israel es un poder conservador. En términos de estados-nación, él no quiere agitación; está bastante contento con los actuales regímenes del mundo árabe. Pero a Netanyahu le encantaría ver una conferencia internacional con los estados árabes condenando rotundamente a Israel públicamente. Esto sería un apoyo para justificar las políticas domésticas de Netanyahu, mientras que simultáneamente crearía un marco para reformar a la opinión pública mundial mostrando a un Israel aislado en medio de estados hostiles.

Parecería que Obama está informado a través de canales diplomáticos desde los países árabes que ellos no quieren participar directamente en el proceso de paz palestino. Y Estados Unidos realmente tampoco los quiere allí. El proceso de paz de cualquier forma normalmente termina en la ruina y Obama no tiene prisa por presenciar su destrucción. Él querrá aislar a otros aliados de los efectos laterales del fracaso, apartándolos del desenlace del proceso de paz, por tanto tiempo como sea posible. Obama envió a George Mitchell como su enviado especial para Medio Oriente para lidiar con este asunto y, desde el punto de vista del presidente de Estados Unidos, esa es suficiente atención para el problema.

Netanyahu, por supuesto, sabe todo esto. Parte de su misión es simplemente convencer a su coalición de gobierno -y particularmente a Lieberman, a quien Netanyahu necesita para sobrevivir, y que, lejos, es el más agresivo Ministro de Exteriores de Israel que haya habido- que él está comprometido a redefinir la completa relación israelí-palestina. Pero en un contexto más amplio, Netanyahu está buscando una mayor libertad de acción. Al plantear una exigencia que Estados Unidos no concederá, Israel se posiciona pidiendo algo que parece más pequeño.

ISRAEL Y LA APARIENCIA DE LIBERTAD DE ACCIÓN

Lo que Israel en realidad haría con mayor libertad de acción es lejos menos importante que simplemente crear la apariencia que Estados Unidos ha apoyado la habilidad de Israel para actuar de una forma nueva e impredecible. Desde el punto de vista de Israel el problema con las relaciones israelíes-palestinas es que está bajo severa restricción de parte de Estados Unidos, y los palestinos lo saben. Esto significa que los palestinos pueden inclusive anticipar la aplicación de la fuerza por parte de Israel, lo que implica que pueden prepararse para ella y soportarla. Desde el punto de vista de Netanyahu, el problema primordial de Israel es que los palestinos se sienten confiados porque saben lo que los israelíes harán. Si Netanyahu logra que Obama ponga un grado de ambigüedad en la situación, Israel puede recobrar la ventaja de la incertidumbre.

El problema para Netanyahu es que Washington no está interesado en que ocurra nada impredecible en las relaciones israelíes-palestinas. Estados Unidos está bastante contento con la situación actual, particularmente cuando Irak se ha vuelto más estable y la situación de Afganistán permanece inestable. Obama no quiere una crisis desde el Mediterráneo hasta Hindu Kush (en Afganistán). El hecho que Netanyahu tiene una coalición política para conformar no le interesa a Estados Unidos, y mientras Washington en algún punto no especificado podría apoyar una conferencia de paz, no será hasta que Israel y su ministro de exteriores apoyen la fórmula de dos estados.

Netanyahu entonces, cambiará a otra área donde la libertad de acción es relevante, digamos, Irán.

Los israelíes han filtrado la información a los medios israelíes que la administración de Obama les ha dicho que Israel no debería atacar a Irán sin el permiso de Estados Unidos, y que Israel aceptó este requerimiento. (El presidente de Estados Unidos George W. Bush y el Primer Ministro Ehud Olmert atravesaron por esta misma rutina hace no mucho tiempo, actuando como el policía bueno/policía malo en una tentativa para reactivar las negociaciones con Irán).

En realidad, Israel tendría muchas dificultades si atacara las instalaciones iraníes con fuerzas no-nucleares. Una campaña de múltiples objetivos a 1.000 millas de distancia contra un enemigo con algunas defensas aéreas podría ser una operación compleja y larga. Tal raid requeriría un lago viaje a través de un espacio aéreo controlado por Estados Unidos para la bastante pequeña fuerza aérea israelí. Israel podría usar misiles de crucero, pero el tonelaje de altos explosivos lanzados por un misil de crucero no puede penetrar ni siquiera estructuras moderadamente endurecidas; también es cierto para ICBMs (misiles balísticos intercontinentales) acarreando ojivas convencionales. Israel debería notificar a Estados Unidos de sus intenciones porque estaría pasando a través del espacio aéreo irakí y porque la inteligencia técnica de Estados Unidos sabría de qué se trataría inclusive antes que el avión israelí despegara. La idea de que Israel pudiera considerar atacar a Irán sin informar a Washington es por lo tanto aparentemente absurda. Así y todo, la historia ha aparecido otra vez en un diario israelí en una virtual copia de historias publicadas hace más de un año.

Netanyahu ha prometido que no será permitido que continúe esta situación de tablas sin fin con los palestinos. Él también sabe que cualquier cosa que ocurra, Israel no puede amenazar la estabilidad de los estados árabes que en su conjunto no se interesan por los palestinos. También entiende que a la larga, la libertad de acción de Israel la define Estados Unidos, no Israel. Su plataforma electoral y sus realidades estratégicas nunca estuvieron alineadas. Podría decirse que para los intereses de Israel el status quo podría trastocarse, pero no para los intereses de Estados Unidos. Por lo tanto Netanyahu no podrá redefinir la situación palestina ni la iraní. Israel simplemente carece del poder para imponer la realidad que desea, la actual constelación de regímenes árabes que necesita y la relación estratégica con Estados Unidos sobre la que descansa la seguridad nacional israelí.

Al fin, este es un clásico estudio de los límites del poder. Israel puede tener su libertad de acción toda vez que esté deseoso de pagar el precio por ello. Pero Israel no puede pagar el precio. Netanyahu viene a Washington a ver si puede obtener lo que quiere sin pagar el precio, y nosotros sospechamos fuertemente que él sabe que no lo obtendrá. Su problema es el mismo que el de los estados árabes. Hay muchos en Israel, particularmente entre los partidarios de Netanyahu que creen que Israel es un gran poder. Pero no lo es. Es una nación que es fuerte en parte porque vive en un vecindario bastante débil, y en parte porque tiene amigos muy fuertes. A muchos israelíes no les gusta que se lo digan, y Netanyahu llegó al cargo interpretando este aspecto del poder nacional israelí.

Así continuará el proceso de paz, nadie espera nada de él, los palestinos quedarán aislados y las guerras estallarán regularmente. La única ventaja de esta situación desde el punto de vista de Estados Unidos es que es preferible a cualquier otra realidad disponible.

FUENTE: JWR

COMENTARIO:

Un artículo para leerlo varias veces, explica la situación de Israel y el papel que representa en esta obra sobre el actual Medio Oriente, donde cada personaje interpreta su rol para un público que no alcanza a entender cual es el objetivo que cada uno persigue.

Estados Unidos no quiere más conflictos que los que hay actualmente y se concentra en lo que a él le interesa porque hace a su seguridad nacional, la lucha contra el terrorismo. No se interesa mayormente en modificar el status quo de la relación Israel-palestinos aunque haga declaraciones públicas al respecto.

Israel da explicaciones sobre el tema palestino pero en realidad apunta hacia la amenaza de Irán, que es vital para su supervivencia y que para solucionarla necesita el apoyo imprescindible de Estados Unidos.

Los países árabes aparecen como que les interesara el problema palestino pero no se involucran en él activamente y en realidad el problema es tan complejo y de tan difícil solución, que nadie quiere que involucrándose se desestabilice la situación política interna de cada uno de ellos.

Aparentemente únicamente Israel deberá encontrar la forma de solucionar el problema que tiene con sus vecinos desde su creación como estado. Lo demás que leemos en los medios son sólo palabras que no ayudan a la solución del conflicto aunque parezca que es lo que intentan promover.

Si algún día Irán deja de proveer armas y gente para seguir manteniendo esta guerra permanente entre Israel y sus vecinos, entonces será posible que el conflicto se pueda solucionar pacíficamente. Allí es donde reside el verdadero nudo de la cuestión, y para aflojarlo todos deben participar activamente.

Israelíes y palestinos les estarán agradecidos.

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