¿UNA CRECIENTE DIVERGENCIA ENTRE JERUSALEM Y WASHINGTON?
Por Efraim Inbar
(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)
A pesar de las garantías de Shimon Peres y de funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, la política americana para Medio Oriente del Presidente Barack Obama puede dar lugar a tensiones entre Israel-EE.UU. Sin embargo, las orientaciones políticas adoptadas por Washington tienen importancia para los intereses nacionales de América y para la defensa del mundo libre, que van mucho más allá de la relación bilateral de Washington-Jerusalén. Mientras que como superpotencia EE.UU. tiene grandes márgenes de error, tenemos que rezar para que su curva de aprendizaje con respecto a las realidades internacionales sea breve.
La intención de Obama de "comprometer" a países como Irán y Siria a fin de iniciar una "nueva página" en las relaciones bilaterales golpea como una ingenuidad a la mayoría de los israelíes y árabes de Medio Oriente, como si con palabras agradables se pudieran cambiar los intereses nacionales establecidos. Los árabes, tanto como Israel, quieren ver que Irán y sus agentes retrocedan, no que sean apaciguados por Washington.
También es preocupante la reciente declaración de la Secretaria de Estado de EE.UU, Hillary Clinton, con respecto a que el apoyo árabe sobre la propuesta de Israel para impedir la nuclearización de Irán, requiere flexibilidad de parte de Israel en la cuestión de Palestina. Es difícil creer que el Departamento de Estado no entienda que los estados árabes moderados cooperarán para impedir que Irán obtenga una bomba nuclear, independientemente de la cuestión palestina. La amenaza iraní empequeñece cualquier posible repercusión que hubiera por una pausa en el tema Israel-palestinos. Por encima de todo, impedir un Irán nuclear es de interés primordial para América. Si la lente bajo la cual Washington mira actualmente los asuntos mundiales obnubila su juicio estratégico, Occidente está en problemas.
Hace dos semanas también supimos que la Casa Blanca está tratando de hacer parecer como correcta la transferencia de fondos a un gobierno palestino que incluye al islamista Hamás radical. Este es otro signo de locura estratégica. Hamás, una reconocida organización terrorista, es un agente de Irán con una clara agenda jihadista. Hamás tiene fuertes lazos con la oposición islámica en Egipto, que quiere sustituir al pro-occidental régimen de Mubarak. Los estados árabes moderados están alarmados por cómo resiste el gobierno de Hamás en Gaza y la última cosa que quieren es ayudar a esta organización radical. La lucha contra Hamás, al igual que la búsqueda para evitar que Irán se convierta en una potencia nuclear, sirve tanto a los intereses americanos como a los de sus aliados en Medio Oriente. Ella está sólo marginalmente relacionada con Israel.
Los dirigentes de los estados árabes moderados observan las primeras iniciativas de Obama con gran aprensión. Los israelíes son igualmente escépticos. Según una encuesta encargada el mes pasado por ADL y el BESA Center, sólo el 37 por ciento de los israelíes confía en que Obama toma las decisiones correctas en el conflicto árabe-israelí, y el 63 por ciento cree que su aproximación al mundo árabe y musulmán será a expensas de Israel. Ciudadanos japoneses expresaron similares actitudes críticas hacia Obama después de la tímida respuesta de América sobre el lanzamiento de misiles de largo alcance de Corea del Norte y sobre la decisión de Pyonyang de reiniciar su reactor nuclear.
La razón para el escepticismo es evidente. Los intentos de EE.UU. de congraciarse con el mundo musulmán han fracasado en el pasado, como cuando tomó partido por los musulmanes en Pakistán, Bosnia y Kosovo. Asimismo, los intentos por apaciguar a los agentes musulmanes de la República Islámica de Irán, Hamás y Hezbolá, resaltan la debilidad de América y es probable que no se correspondan con políticas de conciliación.
Por otra parte, las posibilidades de progreso hacia una solución de dos Estados para el conflicto palestino-israelí, favorecido por EE.UU, son deprimentes. Los dos movimientos nacionales no pueden llegar a un compromiso, particularmente cuando los palestinos se niegan a aceptar el derecho judío a la libre determinación. Además, los palestinos han fracasado en poner en funcionamiento un estado centralizado y las tendencias centrífugas se intensificarán con Hamás gobernando Gaza. La creciente influencia de Hamás en la política palestina radicaliza a su sociedad y debilita su capacidad para alcanzar y poner en práctica un acuerdo con Israel.
Del mismo modo, no parece que las negociaciones con Siria finalicen en un tratado de paz. Damasco no está dispuesto a pagar el precio: desconectarse de Irán y perder a Israel como un conveniente enemigo para apuntalar al régimen alawita. Damasco ve a una América débil en su camino de salida de Iraq y no tiene motivos para distanciarse de Irán, el poder en ascenso en Medio Oriente. Desde 1976, todos los intentos de América para poner una cuña entre Damasco y Teherán han fracasado. No está claro si Obama puede ofrecer a Bashar Assad algo más que sus predecesores.
Las políticas equivocadas de América en Oriente Medio particularmente en relación con Irán, pueden tener consecuencias desastrosas, como la caída en manos islamistas de Egipto, Arabia Saudita y Turquía. En tal situación, Israel seguirá siendo el único país donde un avión americano podría aterrizar a salvo en Medio Oriente, lo que no es un pensamiento que Jerusalén disfruta. Israel preferiría que el presidente Obama se pusiera al día con las realidades de Medio Oriente lo antes posible.
El autor es profesor de estudios políticos en la Universidad Bar-Ilan y director del Centro de Estudios Estratégicos, Begin-Sadat (BESA).
FUENTE: JERUSALEM POST
COMENTARIO:
Un artículo que puntualiza las fallas que hasta ahora se perciben en la politica de Estados Unidos con respecto a Medio Oriente. Sin duda que lo que está intentando Obama es no profundizar el antagonismo entre EE.UU. y los países musulmanes que no son sus aliados. Pretende su ayuda para salir lo más rápidamente de Irak, mejor de lo que se presume que podrá y también tratarlos como si esos mismos países no fueran los que fomentaran directa o indirectamente el terrorismo en el mundo. Suena demasiado ingenuo, es como pedirle al gato que nos ayude a proteger a los ratones.
Coloquialmente, diría que no podemos pretender que todo el mundo nos ame, según nuestras virtudes o defectos algunos nos amarán y otros nos odiarán y lo mismo sentiremos por los demás. Creo que Obama intenta ser amado por todos, inclusive haciendo un seder en la Casa Blanca para después exigirle a Israel que haga lo que atenta contra su capacidad defensiva en un territorio que le es hostil desde se fundación como estado. Y quizá crea que de esa forma Israel podrá seguir amándolo. Es un poco infantil, esta no es una fiesta de fin de curso donde todos están dispuestos a aplaudir al mejor compañero; los estados no tienen sentimientos sino intereses, como los tiene él. Es preferible un tonto que sabe a un simpático inteligente que no sabe, porque tiene más apoyo y puede obtener con más facilidad sus objetivos equivocados.
Por supuesto que un individuo inteligente aprende fácilmente y puede corregir sus errores. Es de esperar que este sea el caso porque en materia política los errores se pagan muy caro y ni Israel ni el resto de sus aliados, léase Europa y los países musulmanes moderados, estarán dispuestos a apoyarlo si no aprende bien y rápido.
ANA
Intuyo, estimada Ana que el presidente de USA se va decantando día si y otro también por el lado más progre de la sociedad europea, por mucho que se ofendan los demócratas al ser llamados socialistas su conjunto de actuaciones en el interior va en ese camino, en el exterior quiere arreglar el mundo a base de rezar y poner penitencias, creo que se dará cuenta de golpe y porrazo que la situación se le ha ido de las manos. Hace unos meses tuve fe en que podría dar un giro a tantas cosas, hoy no es más que otro presidente , y eso será con el perjuicio de sus aliados. Saludos
ResponderEliminarIojanan: Acertás en tu análisis y es descorazonador. A una acción equivocada -como fue la del gobierno de Bush- se origina la reacción contraria ahora, también errónea. Sin embargo, aún es muy temprano para predecir que hará Estados Unidos cuando no tenga la respuesta que espera. Mientras, parece que su política exterior está produciendo efectos inimaginables, todo el Medio Oriente no fanático incluido Israel, está entendiéndose en una política sin complejos, sin considerar creencias ni arrepentimientos como el afligido occidente que se autoflagela por los pecados cometidos, sino que se concentra en la organización de un futuro sin peligrosos agresores tan parecidos a los que ya sufrió el mundo en el pasado. El apaciguamiento no sirvió y deben preservar la supervivencia de sus gobiernos en el caso de los países árabes y su supervivencia como estado en el caso de Israel. Como era previsible, las más extrañas alianzas se hacen y deshacen según la circunstancia, quien lo hubiera dicho...
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