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domingo, 4 de enero de 2009
243 - GAZA: ¿POR QUÉ HAMÁS ATACABA A ISRAEL?
LA AGRESIÓN DE HAMÁS A ISRAEL
POR HORACIO CALDERÓN
(Columnista de Radio Jai)
Poco después de iniciada la pasada Navidad, este analista envió un mensaje a los medios de comunicación alertando sobre la inminencia de un grave conflicto entre el Estado de Israel y las organizaciones terroristas basadas en la Franja de Gaza, gobernada de facto por el autodenominado “Movimiento de Resistencia Islámico” (HAMÁS).
Dicho mensaje decía textualmente lo siguiente:
“Los recientes ataques con cohetes y salvas de artillería, lanzados contra blancos civiles israelíes por organizaciones terroristas islamistas que operan en la Franja de Gaza, permite considerar con mediana a alta probabilidad de ocurrencia un ataque masivo de Israel en dicho territorio palestino para disminuir o eliminar la capacidad de las fuerzas enemigas.”
“Se trata de un quiebre del «cese del fuego» establecido entre las partes y no una «tregua» (hudna), que tiene bases de índole jurídica que no existieron en este caso”.
“Se desarrollan en este momento gestiones por parte de Egipto y otros actores estatales para evitar una escalada del conflicto”.
LAS PROBABLES RAZONES SOBRE LA PROVOCACIÓN DE HAMÁS
Tales gestiones no alcanzaron el objetivo esperado, que era al cese de los ataques con cohetes y morteros por parte de milicianos de HAMÁS contra poblaciones civiles israelitas, con el objeto de evitar un durísimo y previsible contraataque por parte de Israel.
El cese del fuego (tahadiya en lengua árabe, según la grafía más adecuada para su pronunciación), vigente entre HAMÁS e Israel durante gran parte de 2008, nunca fue realmente observado por esta organización, ya que pueden contabilizarse en más de 3.000 los disparos que alcanzaron el territorio de este último país, aunque las medidas preventivas impidieron pérdidas de vidas proporcionales a la cantidad de artefactos lanzados. Dicha tahadiya no estaba basada en acuerdo escrito alguno, sino que fue la consecuencia de esfuerzos realizados por Egipto, que lograron instaurar de facto cierta calma entre las partes en conflicto. El fuego cesó a partir de la hora 06:00 del 19 de junio de 2008, aunque a lo que HAMÁS respecta comprometió su vigencia por sólo seis meses, plazo que expiró el 19 de diciembre del año pasado. No obstante, desde principios de noviembre de 2008 los ataques contra poblaciones israelíes habían recrudecido, provocando a su vez una fuerte presión de sus ciudadanos al Gobierno del primer ministro Ehud Olmert para que se atacaran los blancos terroristas en Gaza.
Resulta interesante preguntarse por qué HAMÁS había anunciado con antelación que no prolongaría el más virtual que efectivo “cese del fuego” más allá del 19 de diciembre, para luego incrementar sensible y gradualmente el número de disparos contra blancos israelíes a lo largo de toda su frontera. Cabe asimismo destacar que en la última etapa no se trataba exclusivamente de los tradicionales cohetes y proyectiles hechos en Gaza, sino de modelos más sofisticados, con un mayor alcance y poder explosivo, fabricados totalmente en el exterior y/o ensamblados en este territorio palestino. Estos no sólo causaron muertos y heridos sino también un estado de pánico generalizado en numerosas ciudades y poblados israelíes.
El origen del movimiento terrorista
Antes de avanzar sobre las razones que motivaron la agresión de HAMÁS y su violenta escalada contra Israel, debe corregirse un error que por reiterado merecería ser calificado de ignorancia culposa por parte de quienes lo cometen. Es aquel que considera a HAMÁS como un movimiento palestino que limita sus objetivos a la fundación de un Estado soberano e independiente en los Territorios de Gaza y Cisjordania, cuando en realidad son otros que trascienden esas reivindicaciones y que forman parte de una agenda yihadista de vastos alcances. El ejemplo contrario está sí representado por el secular Al-Fatah -cuyo líder es Mahmoud Abbas, además Presidente de la Autoridad Nacional Palestina-, fuerza que desea establecer un Estado que pueda ser reconocido sin ambages por la comunidad internacional.
Aunque algunos autores atribuyen el nombre HAMÁS a un derivado de la palabra árabe hamásun, que significa “celo”, este es también el acrónimo de Harakat al-Muqawama al-Islamiya, cuya traducción al castellano es “Movimiento de Resistencia Islámico”. Este movimiento político-religioso terrorista de la rama sunnita del Islam, que debe considerarse como tal por haber adoptado dicho método como su arma predilecta de lucha, no tiene raíz alguna en las más antiguas tradiciones palestinas, tanto religiosas como seculares, sino que es un brazo de la egipcia “Sociedad de los Hermanos Musulmanes” o simplemente “Hermandad Musulmana”, fundada en ese país en 1928 por el profesor Hassan Al-Banna, quien murió asesinado presumiblemente por un agente de la monarquía el 12 de febrero de 1949.
La figura más notable de la “Hermandad Musulmana” luego de Al-Banna fue la del filósofo Sayyid Qutb, también egipcio, cuyos escritos influenciaron e influencian notablemente a los más importantes exponentes del terrorismo sunnita, como por ejemplo Osama Bin Laden y su lugarteniente y principal ideólogo de Al-Qaeda, Dr. Ayman Al-Zahuahiri. Enfrentado por su visión religiosa extremista al régimen nacionalista secular egipcio cuyo líder y Presidente era el coronel Gamal Abdel Nasser, Sayyid Qutb fue arrestado, acusado de traición, juzgado y ahorcado el 29 de agosto de 1966. Fue este uno de los más importantes puntos de ruptura entre el secularismo y el islamismo árabe en las regiones del Levante y del Medio Oriente, que se han trasladado hasta el presente, en que el antiguo panarabismo se extingue frente a la fuerza creciente del panislamismo extremista sunnita -enemigo de la Cristiandad-, que además compite en la arena mesoriental, de otras regiones y a escala global con los sectores más radicales del chiísmo duodecimano liderado por Irán.
El fundador de HAMÁS fue el jeque Ahmed Yassin -asesinado por Israel el 22 de marzo de 2004-, formado en la escuela de la “Hermandad Musulmana”, quien durante parte de la década de los años 60 del siglo pasado trabajaba activamente para el movimiento egipcio en la Franja de Gaza y Cisjordania, ocupadas por Israel en 1967 durante la llamada “Guerra de los Seis Días”. El citado Yassin, que ya había previamente establecido el “Centro Islámico” en Gaza, fundó HAMÁS en esta región en diciembre de 1987, como uno de los brazos del movimiento extremista egipcio en la región. Otra de las ramas de la “Hermandad Musulmana” se estableció en Siria, donde fue reprimida sangrientamente en 1982 por el entonces presidente general Hafez Al-Assad, cuyo ejército mató en combate a miles de sus milicianos, que habían intentado derrocar a su régimen secular para implantar un Estado yihadista.
El vínculo de la “Hermandad Musulmana” y HAMÁS no se ha roto hasta el presente, ya que este último conserva la misma orientación religiosa y lo central de la ideología, doctrina, estrategias, tácticas operacionales y sistema de membresía de su inspiradora. A partir de ese momento y en vida de Yasser Arafat, resultaron notables las diferencias entre HAMÁS y Al-Fatah; esta última elemento central dentro de la “Organización para la Liberación de Palestina” (OLP). Tales diferencias fueron acentuándose hasta que luego de ganar inesperadamente las elecciones del 25 de enero de 2006 y acceder al premierazgo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), HAMÁS comenzó a enfrentarse militarmente con Al-Fatah, hasta culminar con los violentos enfrentamientos que permitieron a la primera tomar el control total de la Franja de Gaza el 14 de junio de 2007.
Los verdaderos objetivos de HAMÁS
Los planes de este movimiento no tienen demasiado en cuenta la creación de un Estado palestino, soberano e independiente en la Franja de Gaza y Cisjordania, como se afirmó anteriormente. Su objetivo principal es la fundación de un emirato islamista regido por una agenda extremista, que posteriormente intentarían expandir a Jordania y Egipto. Ello, como un capítulo regional hacia la conformación de un califato global de signo extremista, al que aspiran y proclaman la mayoría de los movimientos terroristas, inspirados en maestros como Hassan Al-Banna y Sayyib Qutb. El terreno es sumamente fértil. Jordania, porque cuenta con una comunidad palestina que supera en cantidad la mitad de la población del país. Egipto, porque un HAMÁS fortalecido en la Franja de Gaza conectaría con la “Hermandad Musulmana” del primer país, creando un serio problema a la seguridad del actual régimen secular y a la estabilidad regional. No en vano la posición egipcia en este conflicto ha sido más dura con HAMÁS que Israel, aunque sin usar medios militares, algo que tampoco debería descartarse en un futuro.
HAMÁS y el salafismo qaedista
Este movimiento extremista ha sumado además la doctrina salafista a las ya duras vertientes del islamismo predicado por la “Hermandad Musulmana”. El salafismo, que conjuntamente con el sector más extremista del wahabismo saudita alimenta desde su fundación a los líderes y cuadros de Al-Qaeda, es una escuela de pensamiento nacida en la segunda mitad del siglo XIX, que preconiza el retorno a la tradición de los “píos antepasados” (salaf), en referencia a Mahoma y sus iniciales lugartenientes. Inicialmente podía considerársela como menos propensa al extremismo que el wahabismo, pero durante las últimas décadas y especialmente a partir de 1970 ha endurecido sus posiciones; ambas escuelas registran una notable confluencia, digna de un mejor estudio que los actuales existentes.
Retornando a las razones principales de la provocación que condujo al ataque aéreo masivo israelí -conociendo la potencial y grave respuesta a que se exponía-, debe señalarse en primer término que al igual que Israel, HAMÁS enfrenta un año electoral en el que debería revalidar sus títulos frente a su rival histórico, Al-Fatah, que actualmente reina en Cisjordania, donde se encuentra la sede del Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). El movimiento islamista ganó las elecciones en un momento en que no estaba preparado para ejercer funciones exigentes de Gobierno, porque en realidad su capacidad funcional resulta más adecuada para la guerra contra Israel y las luchas intestinas con facciones rivales, que para gestionar una Administración aquejada por una serie de vicisitudes casi imposibles de superar.
La administración en Gaza por parte de HAMÁS ha sido un verdadero desastre, acentuado por el prolongado aislamiento y bloqueo internacional provocado por su irrefrenable extremismo, considerado también un peligro por la mayoría de los Estados árabes.
El índice decreciente de popularidad por parte de HAMÁS requería un fuerte choque propagandístico que solamente podría brindarle un escenario como el actual: un grupo de extremistas que usan al terrorismo como su arma predilecta, presentados al mundo por ciertos medios de comunicación como si fueran unas indefensas monjitas de clausura atacadas por un conjunto de jíbaros, dispuestos a manducarlas una vez pasadas las murallas de su convento. Terroristas que no titubean en escudarse en civiles inocentes y hasta en sus propias familias para usarlos como escudos o propaganda en caso de que algo les sucediera; y tampoco dudan en enviar a sus hijos para que se hagan explotar ante o dentro de un blanco en un ataque suicida, como en el caso de Nizar Rayyan, el terrorista tal vez más peligroso de la organización, que acaba de morir en uno de los ataques israelíes.
HAMÁS está casi solo y huérfano de respaldos efectivos que vayan más allá de la retórica. Solamente el Estado terrorista de Irán, enrolado en el sector más extremista de la rama chiíta duodecimana del Islam y a pesar de diferencias insalvables con el Islam sunnita, ha sido el principal actor estatal que ha donado cuantiosos fondos, armas y tecnología para fabricar algunas de ellas, entrenamiento y apoyo logístico a HAMÁS. Resulta obvio que tamaña “generosidad” no pasa de otro ideal común que el de combatir a un enemigo que ambos desean borrar de la faz de la tierra.
La autodenominada “Brigada Ezzedin al Qassam”, brazo armado de HAMÁS, es la principal responsable de casi todos los atentados terroristas ordenados por la organización, como también de los ataques con cohetes y obuses contra Israel. Está liderada actualmente por Ahmed Jaabari, a quien se cree muerto como consecuencia de la primera serie de bombardeos de Israel a objetivos de la organización en Gaza, noticia no confirmada hasta el momento.
La sombra de Irán
¿Irán podría haber estado tras la ruptura del cese del fuego entre HAMÁS e Israel? La respuesta es que resulta alta la probabilidad de ocurrencia de tal hipótesis, ya que la actual conmoción regional permite a Irán alejar por el momento la atención de sus enemigos inmediatos y muy especialmente a Israel sobre el sospechoso programa nuclear que tiene en desarrollo. El conflicto permite a Irán ganar un tiempo precioso y sin ser atacada, hasta que Barack Obama asuma la presidencia de los EE.UU., con la esperanza de encontrar a un presidente de los EE.UU. más propenso a aceptar lo que parece un camino irreversible hacia la fabricación de armas nucleares.
La devastadora respuesta israelí -por el momento limitada a operaciones aéreas- podría haber estado también diseñada para prevenir un ataque combinado del Hizballah libanés y de HAMÁS, sueño acariciado por Irán desde mucho tiempo atrás. Esta es una hipótesis que quien escribe las presentes líneas ha tenido siempre en cuenta tanto en notas como en reportajes desde hace mucho tiempo.
LA CRISTIANDAD COMO BLANCO DE LOS TERRORISTAS MUSULMANES
Este autor ha hecho referencia en numerosas oportunidades a numerosos escritos de ideólogos alineados con la apocalíptica islamista, en los que se amenaza de manera taxativa con ataques terroristas a la Iglesia Católica, al Papa y a la misma Santa Sede. Es que tampoco falta en la literatura apocalíptica islámica la figura del Mahdí, una especie de mesías de los últimos tiempos, que luego de abandonar su estado de ocultación -según la escatología islámica- vendría a unificar a los pueblos musulmanes bajo el estandarte de un nuevo califato, sucesor del inaugurado por Mahoma. La figura del Mahdí aparecería -siempre según los ideólogos milenaristas- para derrotar al Anticristo y a la coalición “cruzada” y hebrea. El Mahdí y el Califa se corporizarían así en un nuevo personaje histórico, que lideraría una larga campaña militar, que al fin de sus conquistas harían que “los cantos de batalla resuenen en Roma”, como anuncia “Al-Masih al-Dajjal” de Said Ayyub, publicado en 1987. Estas advertencias se refieren específicamente al Vaticano y pueden encontrarse en gran cantidad de libros, libelos e historietas publicadas y distribuidas en países árabes e incluso clandestinamente en Israel.
El advenimiento del Anticristo es para los milenaristas islámicos el resultado de un complot judío, que tiene como principal instrumento a los EE.UU., que termina por aliarse con los “cruzados” cristianos y en particular con el Vaticano. Este ser maligno que figura en el Nuevo Testamento (2 Tes 2,4; 1 Jn 2,18; 2 Jn 7; Ap 19,20), que aparecerá según las Sagradas Escrituras antes de la segunda venida de Cristo para seducir a los cristianos y apartarlos de su fe, guarda también importantes diferencias con aquel contra el cual se preparan a combatir los seguidores de la apocalíptica islámica.
Es que los milenaristas como la “Hermandad Musulmana” y HAMÁS -además de Al-Qaeda- proclaman que Cristo aparecerá, como vasallo del Mahdí, para luchar contra el Anticristo, vencerlo y comenzar un reino de mil años antes del juicio final.
En abril del año 2008 se propaló un mensaje por televisión de HAMÁS que decía específicamente:
“Pronto conquistaremos Roma, la capital de los católicos, la capital cruzada que ha declarado la guerra al Islam. Roma será un puesto de avanzada que llevará a la conquista islámica de Europa”. Esta noticia fue también publicada el pasado 31 de diciembre por el diario Corriere Della Sera, en un artículo escrito por el periodista Francesco Battistini.
Durante el mes de septiembre de 2004 y cuando Italia se encontraba conmovida por el secuestro en Irak de las ciudadanas italianas Simona Torretta y Simona Pari, existió un estado de alerta vinculado al probable ingreso de comandos suicidas que habrían tenido como objetivos la Basílica de San Pedro y/o la Capilla Sixtina, de la ciudad del Vaticano.
La amenaza de HAMÁS, arriba mencionada, trae a la memoria la declaración de febrero de 1998, en que Osama Bin Laden anunció la alianza con otras organizaciones, que se llamó “Frente Islámico Internacional por el Yihad contra los Judíos y Cruzados”. Esto prueba que las enseñanzas de autores extremistas como Sayyid Qutb, maestro de qaedistas, de la “Hermandad Musulmana” y por extensión de la organización fundada por el jeque Ahmed Yassin, han prendido profundamente en las doctrinas del cada vez más creciente espectro de las formaciones terroristas cuyo brazo es lo suficientemente largo como para alcanzar cualquier lugar del mundo. Entre ellos la Argentina, sin lugar a dudas, tal como sucedió en Buenos Aires en 1992 1994.
El triunfo de organizaciones como HAMÁS y sus aliados en guerras como las que hay en curso, no significaría tan sólo una derrota de Israel, sino el comienzo de la persecución, sometimiento y muerte de todo cristiano que no reniegue de su fe, a los pies del altar del falso mesías esperado por los fanáticos seguidores de esta peligrosa organización.
Especialmente, frente a una Europa que ya ha claudicado y poco o nada podrá hacer -de no mediar una pronta toma de conciencia situacional- cuando “los cantos de batalla resuenen en Roma”.
FUENTE: RADIO JAI
COMENTARIO:
Este artículo es importante para entender qué está ocurriendo en Gaza. Horacio Calderón nos explica el por qué de las alianzas imprevisibles entre sectas enfrentadas y por qué países árabes que no apoyan a Hamás de rebote están respaldando a Israel.
¿Es esta una agresión de Hamás por razones territoriales? El analista nos explica que no, la actitud de Israel era inevitable para sí y para el resto de los países árabes que consideran a Hamás un movimiento incontrolable.
Es difícil entender cómo se encolumnan los países por diferentes razones, ninguno apoya verdaderamente a Israel, sin embargo, lo que ahora hace les es útil, está combatiendo por necesidad a un enemigo de los países más racionales. Aunque hagan declaraciones que lo condenen, en realidad les está haciendo un trabajo que ellos no podrían hacer abiertamente porque tendrían que enfrentar dentro de su suelo la crítica popular. Acá se explica por qué Egipto cierra sus fronteras a Hamás en Rafah y por qué Nizar Rayyan se inmoló en Gaza. Algo bastante difícil de aceptar porque también su familia murió con él, ¿sus hijos pudieron elegir? Una locura a la que Israel no tuvo más remedio que enfrentar.
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felicitacion por tu valiente trabajo
ResponderEliminarsaludos cordiales
dolores.
Gracias Dolores y bienvenida. Un mensaje es siempre un estímulo muy importante. Saludos y buen año.
ResponderEliminarUn buen post para tener una idea bien clara del conflicto en Gaza.
ResponderEliminarDios te continúe Bendiciendo.
Hola Abel Adán:
ResponderEliminarSoy atea irrecuperable, sin embargo, tu buenos deseos me llegan al alma porque mi formación es cristiana. La moral judeo-cristiana permanece en nosotros aunque algunos hayamos perdido la fe y te agradezco muchísimo tus palabras.