DOS PUEBLOS QUE NECESITAN UN FUTURO CON PAZ
No sé cómo terminará esta guerra ni tampoco cuando, pero sé que las guerras no cesan cuando dejan de sonar los disparos y ni siquiera cuando se firman lo acuerdos de paz. Las guerras terminan cuando los pueblos consiguen olvidar.
En esta región será difícil, los chicos de las poblaciones fronterizas con Gaza, los que ahora tienen ocho años, nacieron y crecieron con una sensación de temor, porque aunque a algunos no les hayan llegado los disparos, sus padres inevitablemente les deben haber transmitido su angustia. Los que murieron serán recordados por los que necesitarán olvidar para poder tener una vida, ¿podrán? ¿Cuánto tiempo les llevará?
Ni hablar de quienes han sufrido los atentados en todo Israel, los que murieron o los que quedaron para siempre baldados. Por mucho tiempo un árabe será objeto de sospecha y de rencor. ¿Qué decir de los padres que han perdido a jóvenes soldados en esta guerra que nunca quisieron pero a la que fueron con valor para que esos pueblos vivieran, finalmente, en paz?
Ahora tenemos otro pueblo que, además de haber heredado de sus mayores la convicción de que sus tierras les fueron robadas, han sufrido este ataque que sus líderes irresponsablemente provocaron. ¿Cuánto tiempo necesitarán para olvidar?
El ser humano saludable intenta encontrar razones para continuar su vida lo más normalmente posible, usará las argucias de la mente para sobreponerse y seguir, otros no podrán y su vida será una obligada condena. Lamentablemente a veces no está en todos la posibilidad de elegir, algunos serán víctimas para siempre de lo que les tocó vivir sin poder hacer nada para modificar lo que cambió su existencia.
No sé qué encontrará de rescatable el pueblo israelí para no odiar, aunque confío que podrá hallar en su cultura y su fe lo que le permita seguir adelante con alegría. En eso son expertos desde hace dos milenios.
En cuanto a los palestinos creo que deberán recordar que Israel no quiso este enfrentamiento y que ayudó a la población enemiga durante la misma guerra, algo muy difícil que haya pasado en cualquier otra. Eso indica que su pueblo no era el objetivo de sus armas sino que los que cayeron fue muy a su pesar y que hizo todo lo posible para evitar dañar lo que sus cobardes líderes les ponían adelante: su propia gente.
Otros pueblos pasaron por esto pero finalmente olvidaron, llevó su tiempo, pero hoy son aliados. ¿Por qué no podemos pensar que como sea que termine esta tragedia, estos pueblos podrán lograrlo? Lo más sensato es aceptar que llevará mucho tiempo pero que es posible, estas guerras modernas no duran cien años, depende de sus pueblos que esto no se repita y que las heridas del alma tampoco duren tanto tiempo.
Buenas noches Ana.
ResponderEliminarLlego a tu blog de la mano de otro blog amigo: "Es la hora". Ni que decir tiene que el tuyo, este "Reflexiones..." ya forma parte de mis blogs favoritos y que leeré con interés
Sólo un breve mensaje, si me permites, de agradecimiento por el estilo matizado, poliédrico, de las diferentes entradas que he leído.
Un cordial saludo.
Bienvenido Rogelio, Iojanan es mi amigo y sentirlo así es un regalo de la vida. Agradezco muchísimo tu mensaje y espero no defraudarte.
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